SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Hospital Robert Reid ha logrado que su agua sea verdaderamente potable gracias a “la estandarización del nivel del cloro” en sus cisternas, lo que entre otras virtudes está ayudando a mantener a raya la tasa de infección de sus pacientes, según un informe al que Acento tuvo acceso.

Los 241 pacientes que ese informe admite que se infectaron en el Hospital Reid Cabral el año pasado representan un 1.56% del total de 15,354 enfermos ingresados ahí por más de 48 horas entre enero y diciembre. Se trata de un porcentaje muy por debajo “de la meta trazada que significa no pasar de un 3 % en la tasa de infección”, revela el texto.

Dr. Carlos MI. Feliz Cuello. Foto Acento/Archivo

De estos 241 infectados, 45 fallecieron a causa de esta realidad intrahospitalaria. Casi cuatro fallecimientos por mes. A simple vista, parecen cifras de escándalo, pero lo cierto es que son números que reflejan “indicadores ejemplarizantes”, destaca el reporte firmado por el Dr. Carlos MI. Feliz Cuello, coordinador del Programa Control y Prevención IASS, “HIDRRC”.

Este porcentaje de 1,56% en buena medida se debe a “un elemento determinante:  la estandarización del nivel del cloro que aplicamos para el agua que dispone y consume el hospital", se dfestaca en el escrito.

Esto supone que es agua que puede ser bebida sin miedo por pacientes y personal sanitario, a diferencia de la que llega a nuestros hogares por tubería, lamentablemente aún altamente contaminada. Tampoco escapa de la peligrosa suciedad el agua embotellada, según denunció adicionalmente un reciente estudio nacional que confirmó contaminaciones en al menos tres de cada diez marcas estudiadas.

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Pero no es solamente la calidad del agua lo que permite a este hospital estatal mostrar tamaño logro, por lo que el mismo informe es generoso en reconocimientos y agradecimientos al “personal  de enfermería, laboratorio, conserjería , mantenimiento, estadísticas, informática, medio ambiente y, de manera especial, a nuestro asesor externo en control microbiológico, el Dr. Frank Reyes, y los Laboratorios Franjas, los cuales han  sido piezas clave para mantener estos indicadores ejemplarizantes”, subraya.

Carmen Suárez/acento.com.do

Los hongos, virus, protozoos o priones y las bacterias existentes en esta dependencia de salud pública (principalmente Candida albicans, Pseudomona aeruginosa, Klebsiella pneumoniae, Burkholderia cepacia, Escherichia coli y otras) son combatidos sin tregua y a conciencia por el personal de este hospital, como se verifica en el contenido del informe y como debería suceder en todos los centros médicos.

Las IAAS (Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud) tienen por mandato legal que ser enfrentadas en cada hospital por un Comité y Programa de Control, que en el caso del Hospital Robert Reid Cabral lo conforman ocho profesionales que de verdad hacen su trabajo y pueden exhibir cifras que así lo demuestran, además avaladas por los Laboratorios Franjas, según se detalla.

La incidencia de las IAAS categorizan la carencia o existencia de calidad en el servicio de salud, “variable que en los países llamados desarrollados representa una tasa comprendida entre un 5 y 10%”, en tanto que en países como República Dominicana, las llamadas naciones de desarrollo medio, “representa entre el 2 y 20% por encima de los desarrollados", destaca el texto.

La OMS y las IAAS

Sobre la carga mundial de infecciones asociadas a la atención sanitaria, la Organización Mundial de Salud (OMS) no se va por las ramas a la hora de definir las IAAS.

“Las también denominadas infecciones «nosocomiales» u «hospitalarias», son infecciones contraídas por un paciente durante su tratamiento en un hospital u otro centro sanitario y que dicho paciente no tenía ni estaba incubando en el momento de su ingreso”, se lee en la página web respectiva de la OMS.

Las IAAS, prosigue, “pueden aparecer también después de que el paciente reciba el alta. Asimismo incluyen las infecciones ocupacionales contraídas por el personal sanitario. Las IAAS son el evento adverso más frecuente durante la prestación de atención sanitaria, y ninguna institución ni país puede afirmar que ha resuelto el problema”.

Cada día, remata la OMS, “las IAAS provocan la prolongación de las estancias hospitalarias, discapacidad a largo plazo, una mayor resistencia de los microorganismos a los antimicrobianos, enormes costos adicionales para los sistemas de salud, elevados costos para los pacientes y sus familias, y muertes innecesarias”.