Son para cantarte, madre generosa
pálidas las voces, débil la expresión
no ha dado la tierra vida más heroica:
no eres criatura, eres creación.

El sol en tus ojos, repartido el orbe,
en las dos mitades de tu pecho en flor;
la miel de tus labios que la dicha absorbe,
la tierra en tus brazos, el cielo en tu amor.

En tus heroísmos has sacrificado,
para que nos baje del cielo la luz,
tu amoroso pecho divino, elevado,
en tus mismos abrazos abiertos en cruz.

Eres la piadosa sombra en el camino
por donde viajamos de la dicha en pos,
lucero en la noche de nuestro destino,
puente de esperanzas entre el mundo y Dios.

 

Ramón Emilio Jiménez, nació en Santiago, en 1886 y falleció en Santo Domingo en 1970. Maestro, periodista, director de revistas y diarios nacionales. Ocupó altos cargos en la Era de Trujillo aunque siempre mantuvo un bajo perfil y nadie le ha acusado jamás de ningún acto reprochable. Fino poeta, autor de varios libros, entre los cuales se destacan Boda de ruiseñores, Diana lírica y Naturaleza y hombre de poesía. La Patria en la Canción que contiene la mayor cantidad de himnos escolares que hemos conocido. Dejó también un poético libro en prosa sobre las costumbres nacionales: El amor del Bohío.