SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El hallazgo de un nacional haitiano, colgado de un árbol, maniatado de pies y manos, en el corazón de Santiago es espeluznante.
La escena del crimen provocó asombro entre los pasaban por el Parque Ercilia Pepín de la ciudad Corazón y observaban perplejos.
Más aun, cuando este martes, en esa misma ciudad, organizaciones populares del sector El Ciruelito, en actitud desafiante, quemaron la bandera haitiana en plena calle, en el marco de una manifestación que calificaron como una rebelión contra la supuesta permisividad del gobierno ante lo que dicen es una invasión pacífica de extranjeros.
Aunque la Policía rápidamente descartó que el crimen de este miércoles haya sido motivado por racismo, diciendo que el hombre frecuentaba una banca de apuestas junto a otros dos compatriotas haitianos que lo acompañaban la última noche que fue visto con vida y estos aun no han dado señales de vida, difícilmente se crea esta versión oficial en muchos ámbitos.
Si sumamos este caso a la manifestación de este martes, claramente racista y también tomamos como referente las acusaciones contra periodistas, llamándonos traidores de la patria, será complicado explicarle al mundo que no se trata de un crimen xenofóbico, que aparenta tener un claro mensaje anti haitiano.
No hace falta recordar que fuimos condenados como país por Corte Interamericana de los Derechos Humanos por la Sentencia del Tribunal Constitucional 168-13, dictada hace más de un año.
Hechos tan repugnantes como estos deben motivarnos a reflexionar como sociedad, lo que no significa que nos dejemos imponer o permitamos la injerencia sobre nuestras leyes. Pero sí que meditemos sobre lo que estamos reflejando como pueblo, si realmente estamos cuidando la dignidad de cada ser humano, cuidando de que se cumpla cada renglón de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que incluye treinta derechos fundamentales que constituyen la base para una sociedad democrática.
Pueden estar seguros que con actuaciones como estas, imágenes que recorrerán el mundo rápidamente, le estamos dando armas a nuestros enemigos que desde ya deben estar cantando, LA CONDENA VA.