Rio Piedras, Puerto Rico.- Todavía el camarógrafo dominicano conocido como Franklin Guerrero no sale de su asombro ante la muerte de su hija de cinco años que, el sábado pasado,  cayó desde un cuarto piso del edificio donde vivía.

Las autoridades puertorriqueñas investigan el caso, mientras el cuerpo de la menor  Lucero Francheska Mariano Infante, aún permanece en el Instituto de Ciencias Forenses, cuyos resultados serán enviados a la fiscalía para determinar cuáles serían los cargos que impondrían a  su madre, Anaís Infante Adón, que dejó sola a la menor el pasado sábado para entregar, supuestamente,  unos productos de belleza.

La menor vivía en la Romana, República Dominicana y había venido a residir a Puerto Rico hace  9 meses.

Sus padres estaban separados y la niña residía con su madre, abuelos maternos y dos hermanos en el edifico Paseo de Diegos donde ocurrió el fatídico hecho el pasado sábado.

El camarógrafo Francisco Esteban Mariano Guerrero, mejor conocido en los medios de comunicación como Franklin Guerrero, no pudo contener las lágrimas al conversar con nosotros sobre esa noche y el último encuentro con su hijita.

Comentó que ese mismo día (sábado) visitó el apartamento donde vivía la niña en dos ocasiones, primero a la una de la tarde, y luego a las 4:00pm como si algo lo llevara hacia ella.

La niña tenía 5 años, cumplidos el pasado el pasado 29 de septiembre, y ese sábado en la tarde abrazó intensamente a su padre tanto así que le dio muchos besos contados uno a uno.

Cada vez que lo veía le repetía que lo amaba, “Me decía papi, te amo, te amo…este sábado en la tarde yo no sé que tenía en su cabeza, mi hija me dio 18 besos y yo le pregunté -¿Mami por qué tu me besas tanto?- y ella me dijo porque yo te amo papi…”, dijo entre lagrimas el acongojado padre.

“Ella siempre me decía papi yo te amo…y como a las 5:00 de la tarde me fui y me tiró un beso”, dijo Guerrero al recordar ese momento, sin saber que sería el último momento que vería con vida a su hija Franchescka.

Los padres de la menor estaban separados, pero habían procreado otro hijo que en la actualidad tiene  2 años, cuya custodia le fue otorgada de manera provisional .

Guerrero informó que no radicará cargos contra la madre de su hija muerta, aunque las autoridades puertorriqueñas fijaron para el 30 de diciembre una vista.

“Dentro de mi corazón no hay resentimiento contra ella; anoche estaba orando y le pido a Dios que le dé fortaleza porque ella tiene doble dolor: el dolor de la perdida de la niña y lo que está pasando”, dijo.

Indicó que ella no ha sido mala madre y que no puede juzgarla por lo que pasó.

“Te puedo decir que no es una madre maltratante, no puedo juzgarla y Dios sabe que en mi corazón lo que te estoy diciendo es verdad…Ella está sufriendo por el descuido y ojala que todo le salga bien”, expresó.

COMUNIDAD SE SOLIDARIZA

Este lunes un grupo de dominicanos y puertorriqueños se reunieron en las facilidades de la Fundación Inmigrantes Unidos que dirige la señora Génova Navarro y le entregaron alimentos y otras ayudas para colaborar con el funeral de la pequeña.

En el encuentro hubo palabras de aliento por parte algunos de los presentes entre ellos los pastores Ismael González y la reverenda Sara Ramírez de la Iglesia Cristo Palabra de Poder;  el pastor Esdras M. Rivera de la Iglesia Evangélica Luterana de la avenida Universidad y el pastor Héctor Matías.

También Romelinda Grullón, presidenta del Centro de la Mujer Dominicana; Rochy Torrens, presidenta Fundación Misión de Amor, Mery D’costa, presidenta de la Asociación de Comunicadores Dominicanos y las periodistas del periódico Diáspora Dominicana Gheidy de la Cruz y Dominga Valdez, entre otros.