SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El exgobernador del Banco Central, Guillermo Caram, llamó al gobierno a informar a la población cuales son las intenciones precisas de las declaraciones recientes del Ministro de Hacienda de “hacer lo posible en aumentar los ingresos para equilibrar el admitido presupuesto deficitario”.

“El gobierno está en la obligación de informar a la opinión pública y a los agentes económicos de la nación”.

Texto integro   

Requerimiento de explicación al gobierno a las declaraciones del ministro de Hacienda sobre “aumentar los ingresos” ¿Los impuestos?

El gobierno debe explicar si va a seguir con la práctica equivocadas aplicada durante los últimos años de propiciar reformas fiscales, creando nuevos impuestos o aumentando tasas, creyendo vanamente que de esa manera va a corregir el ya admitido déficit presupuestario del 3.4% del PBI: “los ingresos son de 14.1 % del PIB contra un gasto de 17.5% del PIB” según declaración aludida.

O si por el contrario entrará en razones aceptando propuestas de amplios sectores empresariales y opositores, de simplificar el sistema tributario, reduciendo impuestos y tasas unificadas; que han demostrado y siguen demostrando, en el país y en el mundo, que traducen aumentos de recaudaciones y reducciones en el déficit presupuestario.

Un examen del comportamiento fiscal durante los últimos 24 años demuestra que la mayor presión tributaria, medido por la relación ingresos tributarios con el PBI no garantizan resultados presupuestarios (ingresos tributarios menos gastos totales sin aplicaciones financieras) positivos; tal y como se observa e ilustra en el siguiente gráfico:

Gráfico

Nótese que mientras la presión tributaria mantiene una tendencia sostenidamente creciente por encima del 10% durante los últimos 24 años, los resultados presupuestarios tienden a ser progresivamente deficitarios hasta llegar a niveles preocupantes (negativos en el gráfico) a partir del 2008.

Hasta 2007 la presión tributaria se mantuvo al 12% del PBI mientras los resultados presupuestarios arrojaban un superávit de 0.3%; es decir que sobraba dinero.

Incluso, durante la administración de Balaguer (1991-1996) la presión tributaria era mucho menor (10.5%)  mientras el resultado presupuestario era casi tres veces más  superavitario, (0.8%); es decir sobraba más dinero.

Pero a partir del 2008 a la fecha habiendo aumentado la presión tributaria a 13.3% del PBI, los resultados presupuestarios comenzaron a ser significativamente deficitarios: 2.7%; es decir faltando recursos significando 10 veces peor que el observado durante todo el período precedentemente analizado 1991-2007; y 12 veces peor que durante la administración de Balaguer.

El siguiente cuadro resume lo anterior y permite reafirmar que no es través la  mayor presión tributaria que se logrará eliminar los déficits sino a través de otros componentes de la política fiscal que se mencionan al final de la presente declaración:

 

Periodos 1991-1996 1991-2007 2008-2014
Presión Tributaria/PBI en % 10.5% 12.0% 13.3%
Resultado Presupuestario/PBI en% 0.8% 0.3% -2.7%

De allí que, conforme la evolución real de las finanzas públicas durante los últimos 24 años, constituye un absurdo que el gobierno siga pretendiendo corregir los déficits fiscales procurando mayores ingresos, ¿impuestos? como insinúa el Ministro de Hacienda.

Más bien, el establecimiento de nuevos tributos insinuados por el citado funcionario corre el riesgo de aumentar la informalidad y evasión que han venido provocando que los ingresos no se comporten como proyectan los funcionarios, lo cual, al no cumplirse, frente a gastos que pasan a ser obligados por ley; terminan causando los déficits presupuestarios citados.

Consideramos en consecuencia que en lugar el establecimiento de nuevos impuestos para aumentar ingresos como insinúa el funcionario de marras; el gobierno debería empeñarse, si de verdad quiere reducir déficits, y el endeudamiento que éste genera, en abordar otros componentes de la política fiscal que haría innecesario la imposición de nuevos y absurdos sacrificios a la ciudadanía y a la economía.

Entre estos instrumentos no puede faltar la reducción para la reorientación del gasto público, priorizar las decisiones en que invertir, el mejoramiento de la calidad del gasto, reducciones de costos incluyendo eliminación de los asociados a la corrupción; todos ellos conducentes a un buen gasto público, principal estimulador del pago de impuestos por parte de los contribuyentes.