SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Gonzalo Vargas Llosa se despidió de la República Dominicana con un mensaje de esperanza y con la promesa de que siempre que se encuentre en una situación difícil buscará inspiración en lo aprendido en la sociedad dominicana y en el coraje y la voluntad de personas como Juliana Deguis Pierre.
Al pronunciar unas palabras de gratitud en la despedida que diversas personalidades organizaron este miércoles, Gonzalo Vargas Llosa dijo que conoció con detalles expresiones de solidaridad pocas veces vistas por él.
“Y es por eso que, donde sea que me lleve el ACNUR en los próximos 15 años antes de jubilarme, cada vez que me encuentre en una situación muy difícil donde hasta puede que llegue a dudar de mi vocación, buscaré nuevamente inspiración y motivación en el recuerdo de esos dominicanos solidarios con las víctimas del terremoto de Haití, en la lucha valiente de Juliana Deguis Pierre y en el coraje ejemplar de todos los aquí presente”, dijo el saliente representante del ACNUR en República Dominicana.
A continuación damos a conocer íntegro su mensaje
Palabras de despedida a los dominicanos
Queridos amigos,
Muchas gracias por este emotivo encuentro y por sus palabras de amistad.
Sin duda, la imagen de esta despedida será una de las que me vendrán a la mente cada vez que piense en mi paso por la República Dominicana.
Hay otra imagen, más distante pero todavía nítida, que también me llevaré conmigo a Londres:
Ocurrió a los pocos días de yo llegar al país por primera vez, el 19 de enero del 2010. A las pocas horas de aterrizar en Santo Domingo, viajé a la frontera, a Jimaní. Me acuerdo la emoción que sentí al ver cómo todos esos dominicanos les abrían las puertas de sus humildes casas a sus hermanos haitianos que lo habían perdido todo; cómo compartían con ellos sus escasísimos recursos; cómo el personal en los centros de salud y en los hospitales trabajaban noche y día para brindarles atención. Gracias a ellos, miles y miles de haitianos se libraron de morir.
En estos 23 años desde que comencé a trabajar en el ACNUR, literalmente he recorrido el mundo y nunca antes había visto demostraciones tan extraordinarias de generosidad y fraternidad como las que vi en Jimaní en esos días. El pueblo dominicano debe estar orgulloso, como lo estamos los extranjeros, de su respuesta ejemplar el terremoto de Haití.
No hay duda que, a nivel personal, estos cuatro años y medio desde que llegué a este bella tierra han sido muy difíciles, a lo mejor los más difíciles de mi carrera, por la complejidad y sensibilidad del tema que nos ha tocado manejar a mis colegas del ACNUR y a mí.
Pero también he vivido momentos de enorme satisfacción, que incluiré en mi maleta de recuerdos. Como cuando, después de una lucha titánica de casi diez años, ese 1ero de agosto del 2014 una mujer a la que admiro mucho, Juliana Deguis Pierre, por fin logró obtener su cédula que la acredita como lo que siempre fue: una ciudadana dominicana.
"…cada vez que me encuentre en una situación muy difícil donde hasta puede que llegue a dudar de mi vocación, buscaré nuevamente inspiración y motivación en el recuerdo de esos dominicanos solidarios con las víctimas del terremoto de Haití, en la lucha valiente de Juliana Deguis Pierre y en el coraje ejemplar de todos los aquí presente”
Mirando al futuro, es de vital importancia que esa lucha continúe para que el final feliz que tuvo la historia dramática de Juliana sea la regla y no, como desgraciadamente es el caso hasta ahora, más bien la excepción. Porque el sueño de Juliana es también el de miles y miles de personas de padres haitianos nacidas en República Dominicana, que aman este país y que aspiran a que se les reconozca su nacionalidad dominicana.
Han sido cuatro años muy difíciles pero ni el ACNUR ni yo nunca nos hemos sentido solos. Mis colegas de las Naciones Unidas siempre nos han acompañado y por eso les estoy enormemente agradecido.
Pero, sobre todo, les estoy muy agradecido a todos esos dominicanos como ustedes, y a los incontables que no se encuentran aquí esta noche, que han mostrado un gran coraje. A muchos de ustedes, por defender esta noble causa de los dominicanos de ascendencia haitiana, inclusive los han llegado a acusar de ser traidores a la patria.
Y, sin embargo, lo que son, es patriotas.
Patriotas porque, a diferencia de lo que ocurre con los falsos patriotas, ustedes defienden los valores que verdaderamente caracterizan al dominicano y a la dominicana: es decir, quieren tender puentes de entendimiento con sus vecinos y hermanos haitianos, y no levantar muros fronterizos de la discordia; quieren que se respeten los derechos humanos, incluyendo el derecho a la nacionalidad, pero de todos los dominicanos, sin importar su origen, raza o color; y quieren que la República Dominicana sea un ejemplo de solidaridad y legalidad para el mundo.
Es justamente porque existe este ejército cada vez más vasto de patriotas – de verdaderos patriotas – que, cuando suba la escalinata del avión que me llevará a Londres, no lo haré con pesimismo sino con optimismo en el futuro de la República Dominicana.
Y es por eso que, donde sea que me lleve el ACNUR en los próximos 15 años antes de jubilarme, cada vez que me encuentre en una situación muy difícil donde hasta puede que llegue a dudar de mi vocación, buscaré nuevamente inspiración y motivación en el recuerdo de esos dominicanos solidarios con las víctimas del terremoto de Haití, en la lucha valiente de Juliana Deguis Pierre y en el coraje ejemplar de todos los aquí presentes.
Muchas gracias.
Gonzalo Vargas Llosa
Santo Domingo, 1ero de octubre de 2014