WASHINGTON, EEUU.- Un grupo de generales y almirantes retirados en EEUU puso en duda la legitimidad de los comicios de noviembre pasado, en los que resultó elegido el presidente, Joe Biden, así como la condición física y mental del "Comandante en Jefe", quien a sus 78 años es el gobernante más longevo del país.
En una misiva difundida este miércoles, más de un centenar de integrantes de la organización autodenominada "Flag Officers 4 America" consideró que el país está "en grave peligro", ante la que tildan como una lucha entre "partidarios del socialismo y el marxismo" y "partidarios de la Constitución y la libertad".
Los exmilitares cuestionaron la votación de noviembre pasado con el mismo argumentario que usa el expresidente Donald Trump, al advertir que sin elecciones "justas y honestas que reflejen con exactitud la 'voluntad del pueblo'", la República Constitucional "está perdida".
Trump, quien resultó derrotado en las elecciones de noviembre pasado, ha denunciado sin pruebas que fue víctima de un fraude y lideró sin éxito distintas acciones legales para exigir la exclusión de votos en estados claves.
En su carta, los exmilitares apuntaron que la "integridad de las elecciones exige que se garantice un voto legal emitido y contado por ciudadano" y pidieron al FBI y al Tribunal Supremo "actuar con rapidez cuando surjan irregularidades y no ignorarlas como se hizo en 2020″.
También llamaron a "no ignorar la condición física y mental del Comandante en Jefe", al señalar que "debe tomar rápidamente decisiones precisas de seguridad nacional" en "cualquier lugar, de día o de noche".
De igual forma, consideraron que las investigaciones de los demócratas sobre los procedimientos del código nuclear envían “una peligrosa señal de seguridad nacional a los adversarios con armas nucleares".
En enero pasado, poco antes de que Trump entregara el poder el día 20 de ese mes, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, pidió a los jefes del Pentágono tomar precauciones para evitar que el gobernante saliente iniciara hostilidades militares u ordenara un ataque nuclear.
Los firmantes de la carta también dijeron que los "ilegales", en alusión a los inmigrantes que ingresan en condición irregular, están "inundando" el país, abogaron por "fronteras controladas", así como por más sanciones contra China o que EE.UU. no vuelva al acuerdo nuclear con Irán, del que Trump se retiró en 2018.
Trump demuestra su poder sobre el Partido Republicano
El expresidente de EE.UU. Donald Trump demostró este miércoles su capacidad para mover los hilos del Partido Republicano y manejarlo a su voluntad con la expulsión de la poderosa congresista Liz Cheney del liderazgo del partido.
En una votación a puerta cerrada, los conservadores destronaron a Cheney, hasta ahora "número tres" de los republicanos en la Cámara de Representantes, por haber refutado las mentiras de Trump sobre un fraude en las elecciones presidenciales de noviembre, en las que ganó el actual mandatario estadounidense, el demócrata Joe Biden.
El voto muestra que las críticas a Trump en este momento son inadmisibles porque el Partido Republicano cree que necesita el fervor que despierta entre los votantes de cara a las elecciones legislativas de 2022.
La legisladora, hija del exvicepresidente republicano Dick Cheney (2001-2009), decidió enfrentarse a Trump porque considera que dejarle mentir sobre las elecciones de noviembre supone un ataque para la democracia y para el Partido Republicano, además de poder incitar a nuevos episodios violentos como el asalto al Capitolio.
No hubo una votación individual, sino que el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, eligió un voto a "viva voz" en el que ganan aquellos que gritan más fuerte "sí" o "no".
Nada más conocerse el resultado, Cheney afirmó en declaraciones a la prensa que planea "liderar la lucha" por conseguir un Partido Republicano "fuerte" en el futuro y subrayó que hará todo lo que esté en sus manos para que Trump "no vuelva a acercarse al Despacho Oval".
Añadió que su partido debería asegurarse de elegir como líder y próximo candidato a la Presidencia a alguien que esté comprometido con la Constitución, algo que no ocurre, en su opinión, en el caso de Trump.
Ya el martes, sabedora de que esta votación se iba a producir hoy, la legisladora pronunció un solemne discurso en la Cámara Baja en el que criticó duramente a los dirigentes del partido por su fidelidad al exmandatario.
"No me quedaré sentada a mirar en silencio mientras otros llevan a nuestro partido por un camino que abandona el Estado de Derecho y se unen a la cruzada del expresidente para socavar nuestra democracia", dijo Cheney en el hemiciclo.
Los líderes republicanos, incluido McCarthy, habían argumentado en los últimos días que las críticas de la legisladora se habían convertido en una distracción y era necesario unir al partido.
Sin embargo, Trump demostró este miércoles que solo le interesa unir al partido en torno a su figura y que no tolerará ninguna insubordinación.
En un comunicado, el exmandatario celebró la destitución de Cheney, a la que describió como "un ser humano amargado y horrible", "mala" para el Partido Republicano y que "no tiene personalidad ni nada bueno que aportar a la política o al país".
Además, se refirió a ella como una "belicista" por el papel que su padre jugó en las guerras de Irak y Afganistán y la acusó de utilizar el mismo discurso que los demócratas en todos los temas, desde la crisis de la frontera hasta la "destrucción de la economía".
Por su parte, los demócratas alabaron a Cheney a pesar de que ideológicamente tienen muy poco en común con ella.
En concreto, los demócratas caracterizaron la expulsión de Cheney como un punto de inflexión en el espíritu del Partido Republicano y en la vida política de EE.UU.
"Ahora hay dos partidos: los patriotas y los traidores", sentenció durante una rueda de prensa el legislador demócrata Hakeem Jeffries, citando al que fuera presidente de EE.UU. entre 1869 y 1877, Ulysses S. Grant.
Asimismo, en su rueda de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, consideró "perturbador" ver cómo cualquier líder, sin importar el partido, es "atacado simplemente por decir la verdad". "Como dijo el presidente la semana pasada, es difícil de entender", añadió.
Se espera que Cheney sea sustituida por la legisladora Elise Stefanik, que representa al distrito 21 de Nueva York y que, aunque en el pasado se perfiló como una política moderada, en los últimos meses ha intentado demostrar su lealtad a Trump con declaraciones incendiarias y entrevistas en medios de ultraderecha.
Trump y el liderazgo republicano ya han expresado apoyo a su candidatura, por el momento la única para el puesto que ocupaba Cheney.
El voto para confirmar a Stefanik como "número tres" del Partido Republicano en la Cámara Baja podría producirse el viernes. EFE