SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La tesis de la supuesta “fusión” de las repúblicas Dominicana y Haití y de otorgar igualdad de derechos a dominicanos y haitianos en toda la isla La Española, no es autoría de potencias extranjeras ni de planes malévolos concebidos por los “traidores de la patria dominicana”, como argumentan los nacionalistas, sino que se trata de una propuesta de dos prominentes intelectuales dominicanos.
Uno político derechista de larga carrera, Joaquín Balaguer (1906-2002), y otro educador, filósofo de ideas liberales y músico, Ramón Rafael Casado Soler (1917-1997), coincidieron por separado en diversas épocas en plantear la creación de una federación o confederación de estados entre las repúblicas Dominicana y Haití, para mejorar las relaciones políticas y comerciales, el ejercicio de derechos a los ciudadanos y la administración de gobierno a ambos lados de la isla compartida por dominicanos y haitianos.
El dirigente político derechista y escritor, Joaquín Balaguer, plantea el gobierno federado entre República Dominicana y Haití en su libro La realidad dominicana, publicado en 1941, y lo retomó con mayores detalles en La isla al revés, publicado en 1983.
El filósofo Ramón Rafael Casado Soler, perseguido por su oposición a la dictadura trujillista, lo planteó como una tesis más elaborada en 1949, en un documento que escribió como parte de sus estudios de filosofía en la entonces Universidad de Santo Domingo, y luego lo retomó en 1951, con motivo de la reunión de los dictadores Rafael Leónidas Trujillo Molina, dominicano, y Paul E. Magloire, haitiano, celebrada en Elías Piña.
A continuación las páginas en que Balaguer desarrolla su propuesta, en los capítulos "Haití y el destino dominicano" y "Hacia la confederación de ambos pueblos" desde la página 219 hasta la 231 de La isla al revés, Haití y el destino dominicano (1983, Editora Corripio, Santo Domingo, Repúbica Dominicana):
Balaguer propuso la doble ciudadanía para dominicanos y haitianos
En su libro La isla al revés (1983) el intelectual y político dominicano Joaquín Balaguer retomó la idea de la federación dominicohaitiana y propuso la redacción, aprobación y proclamación de una sola constitución para la República Dominicana y la República de Haití, que comparten la isla La Española o La Hispaniola, originalmente llamada Aytí (Tierra alta) por los aborígenes que la poblaban cuando irrumpieron los invasores españoles en 1492.
“Bajo esa constitución podría reconocerse inclusive, con determinadas restricciones, la doble ciudadanía a los naturales de ambos países” (Balaguer)
Pero Balaguer llega más lejos, propone que, en virtud de esa constitución única para los dos estados, se establezca también la doble ciudadanía para dominicanos y haitianos. Es decir que todo dominicano sea al unísono, por derecho, haitiano, y que todo haitiano sea dominicano (Cfr: La isla al revés, Editora Corripio, Santo Domingo 1983).
Joaquín Balaguer, el presidente por siete ocasiones, incluida su etapa de gobernante títere del dictador Rafael Trujillo, afirma en la obra citada: “una constitución paralela” garantizaría “la existencia en toda la isla de un régimen democrático fundamentalmente idéntico para los dos países.”
Y agrega: “Bajo una Carta Orgánica refrendada por los dos pueblos, Haití y Santo Domingo podrían ayudarse mutuamente y el estatus internacional a que se acojan por su propia voluntad serviría de cortapisas a las extralimitaciones de sus gobernantes y constituiría a la vez un obstáculo contra los abusos de poder y contra las tiranías.
“Bajo esa constitución podría reconocerse inclusive, con determinadas restricciones, la doble ciudadanía a los naturales de ambos países”.
Nadie en su sano juicio, que haya leído el libro citado y que conozca la trayectoria de Joaquín Balaguer, podría acusarlo de ser un pro haitiano ni nada parecido, ni de estar detrás de los imaginarios “planes internacionales para la fusión” de ambos países, socorrido disparate fruto de la perversidad, y que lamentablemente se propaga por la suma letal del fanatismo con la ignorancia.
Ver documentos anexos:
Balaguer, La isla al revés, Haití y el destino dominicano pp 219 a 231
La propuesta de Casado Soler: Bases para una confederación entre Dominicana y Haití
El profesor Ramón Rafael Casado Soler, filósofo, educador y músico, autor de la hermosa canción de cumpleaños El regalo mejor, elaboró su tesis Bases para una confederación entre Dominicana y Haití en el año 1949, como un ensayo en sus estudios de filosofía en la Universidad de Santo Domingo. (Ver documento íntegro en formato PDF, al pie de esta publicación y en la sección DOCUMENTOS de Acento.com.do)
Dos años después, con motivo de la reunión Trujillo- Magloire, en 1951, la retomó y envió al propio dictador dominicano, como una propuesta para mejorar las relaciones entre las repúblicas Dominicana y Haití.
Entre otras cosas plantea:
“Una Confederación Dominico-Haitiana sería un pacto de unión permanente que salvaguarde los preceptos de paz, progreso y justicia que se han trazado nuestros dos pueblos..”.
“Para nosotros es la única solución justa…la idea de Confederación parecerá al principio un propósito incongruente con nuestras mismas esencias vitales. ¡Summun de prejuicios y no realidad verdadera!”.
“El mito de la raza –aún fantasma para muchos-, y la pseudo barrera de la lengua –socorrida argumentación de otros- quedan desmoronados ante la vigencia de un problema humano muy superior a las limitaciones conceptuales que nos distanciaron, y muy soluble cuando el buen entendimiento alcance un plano de jerarquía sobre los prejuicios pasados”.
“Somos dos pueblos distintos, cierto, pero con un problema vital común: el desarrollo de ambos dentro de los límites de una misma isla. Si comprendemos que su solución concierne a los dos con el mismo interés, el conflicto será dirimido con igual ventaja para ambos”.
“Para nosotros es la única solución justa…la idea de Confederación parecerá al principio un propósito incongruente con nuestras mismas esencias vitales. ¡Summun de prejuicios y no realidad verdadera!” (Casado Soler)
“Pero hasta ahora todos nos hemos limitado a buscar una solución satisfactoria solamente para nuestros egoísmos particulares y exacerbados nacionalismos”
“Hemos actuado con criterio unilateral donde hay dos partes con la misma aspiración de paz e iguales ideales de grandeza”.
“Jamás se ha tratado de reconocer en la otra parte el elemento de coordinación que existe, y hemos dado así la espalda a la clave misma del problema. Eso es, desconocimos que nuestra unidad geográfica nos reclama un órgano funcional que estructure en Derecho el hecho de nuestra interdependencia, para proveer a los intereses sociales, económicos, políticos, de la isla, del medio eficaz para incrementar toda su capacidad creadora”.
“La conciencia de que para la obtención de ese propósito común se precisa de una acción conjunta orientada en el mismo sentido establece las bases sobre las cuales debe cimentarse la paz perpetua de la isla con la fundación de la Confederación de Dominicana y Haití”.
Finalidad de la Confederación
Al desarrollar su propuesta, el educador e intelectual dominicano detalla que la finalidad de la Confederación Dominico-Haitiana que propone está implícita en el beneficio común, que generaría una buena fe entre las partes y elevaría la productividad y el progreso de ambos pueblos.
Con respecto al exterior, el profesor Casado Soler afirma que la Confederación Dominico-Haitiana “protegerá de toda agresión extraña, tano física como moral, a los dos Estados..como si se tratara de la defensa propia de cada uno en particular”.
“Despertará, en consecuencia, una conciencia de insularidad política, en consonancia con la unidad geográfica que somos, que borre el prejuicio de separación que siempre hemos padecido y establezca el primado de la comprensión y el afecto como el más alto legado de nuestra civilización”, precisa.
Otras consideraciones del profesor Casado Soler, sobre las relaciones entre dominicanos y haitianos:
“Las condiciones históricas que rigieron nuestra vida del pasado no son las mismas que informan nuestra vida hoy”.
“No debemos toma aquellas, por tanto, como patrón para mantener un estado de cosas que nuestra experiencia actual nos enseña a enfocar de modo distinto”.
“Las pasadas guerras entre la Dominicana y Haití obedecieron al trance de inadaptación propio de todas las colectividades vecinas separadas por distintos orígenes culturales o raciales, explicables aún más por la circunstancia nuestra de que todos esos elementos concurrían dentro de los límites geográficos de una isla”.
Ver documentos anexos:
Balaguer, La isla al revés, Haití y el destino dominicano pp 219 a 231