SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Fundación Alam Cabrera-Un Pedacito de Cielo, referente en la lucha nacional contra el suicidio y otras secuelas de problemas psiquiátricos y psicológicos, alertó que en República Dominicana hay “personas desesperadas” por “la mezcla de toda la incertidumbre, el encierro y los problemas que ha acarreado” la pandemia de la covid-19.

“No damos abasto con la cantidad de personas que llaman para realizar sus citas, muchas veces desesperadas; me hablan por las redes porque necesitan acudir a una de nuestras terapeutas lo antes posible”, relató Luz Bethania Antigua Mena, la presidenta de la fundación que lleva el nombre de su hijo, víctima de una depresión que en 2011 lo llevó a quitarse la vida.

Desde que a inicios de año llegó la pandemia a la República Dominicana, “se han incrementado por mucho los casos” de personas que piden auxilio, insistió Antigua Mena y remarcó conocer, lamentablemente de primera mano, lo que es una depresión mayor.

“He vivido desgarradamente la pérdida de un hijo a través del suicidio; se qué es tener que levantarse cada día y tener que seguir viviendo sin ganas de hacerlo, porque he tenido durante estos nueve años que seguir adelante, muchas veces sin contar con el deseo, pero gracias a esta fundación he podido canalizar mi pérdida ayudando a otros jóvenes y esto le ha dado sentido a mi vida”, dijo.

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10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental

El objetivo que persigue esta conmemoración es el de recordar que la salud de cada individuo es la sólida base para la construcción de vidas plenas y satisfactorias.

Esto tiene una estricta correlación con la definición de "salud" (1946) propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la considera como un "estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".

Así se establecen estrechos vínculos entre la salud física y la salud mental, entendiendo que son pilares fundamentales para el bienestar.

A propósito de la conmemoración, Luz Bethania Antigua Mena requirió que el país “asuma estas enfermedades con mucho más responsabilidad de la que hoy lo estamos haciendo”.

“Cuando se trata de cáncer, diabetes, cardiopatía, por mencionar algunas enfermedades, todos contribuimos y apoyamos a tantas de las organizaciones sin fines de lucros que existen en el país” para esos casos, pero es diferente la situación en problemas de salud como los que son abordados por fundaciones como la suya que “existe y brinda servicios gracias al gran esfuerzo que hace la persona quien les habla”, sostuvo Antigua Mena.

La Fundación Alam Cabrera-Un Pedacito de Cielo “tiene como objetivo hacer un gran aporte a la sociedad con sus consultas psicológicas y psiquiátricas” y, gracias a un acuerdo firmado con el Ministerio de Salud Pública, “puede referir pacientes para consultas e ingresos en diferentes hospitales”, recordó.

“Pero quiero -subrayó- hacer un llamado de conciencia a los que están cercanos a mí y a los que no me conocen, (y que aún) no se han acercado a contribuir con este proyecto, que no es solo una fundación más ya que, como yo la llamo, es una ‘Organización Viva’ que todos los días atiende a muchas personas que vienen en busca de ayuda para no quitarse la vida”.

“Hemos salvado muchas vidas y seguiremos haciéndolo, con o sin la ayuda de los que deberían estar involucrados, como son los empresarios, el Gobierno, los medios de comunicación que ciertamente me han apoyado mucho, pero falta mucho más”, advirtió Antigua Mena.

“Esta fundación –prosiguió- existe gracias a la voluntad de Dios y a la que me ha dado para no dejar que el nombre y la vida de mi hijo Alam Cabrera sea recordado para siempre que se fue a causa de una enfermedad mental, en este caso la depresión, y eso que él estaba recibiendo la ayuda médica de uno de los mejores psiquiatras del país, según sus propios colegas, y la vez ayuda terapéutica con psicólogos y terapeutas prestigiosos”.

Para concluir, remató, “quiero decirles, y puede sonar cruel, pero a usted que está leyendo esta nota, también le puede pasar… estamos todos expuestos a que nos enfrentemos a una grave depresión u otro tipo de enfermedad o, lo peor, perder a alguien muy querido porque no obtuvo la ayuda necesaria a tiempo”.