LONDRES, Reino Unido.- El Gobierno británico ha echado el freno a la desescalada en Inglaterra y retrasará el inicio de la siguiente fase, prevista para este sábado, hasta, al menos, el próximo 15 de agosto, tras detectar un aumento de la "prevalencia de la COVID-19 en la comunidad".
El primer ministro, el conservador Boris Johnson, informó este viernes de que, además de esta "pausa" en la reapertura de la economía, también ha sido necesario imponer desde hoy una nueva restricción en buena parte del norte de Inglaterra, que impide visitar a personas en sus hogares.
Con estos factores sobre la mesa, Londres podría mostrarse más reticente a suavizar la cuarentena de 14 días impuesta el pasado sábado a los viajeros procedentes de ciertos países, entre ellos España, o incluso a eliminar esa restricción a ciertas zonas con menos niveles de coronavirus, como las islas Canarias o las Baleares, destinos vacacionales muy populares entre los británicos.
Las autoridades británicas están preocupadas, como demuestra el cambio de tono del "premier", quien hace menos de dos semanas confiaba en que la hoja de ruta marcada en la desescalada llevaría al país y su economía a la "normalidad" en torno al mes de noviembre, "a tiempo para la Navidad".
Sus consejeros científicos le han mostrado otra realidad y, con las cifras en las manos, sostienen que, ahora mismo, no es posible seguir con la desescalada, al menos en Inglaterra, la región más poblada del Reino Unido, con 56 de sus 66,6 millones de habitantes.
"Probablemente, hemos alcanzado o estamos cerca de los límites de lo que podemos hacer para reabrir la sociedad. La idea de que podemos reabrir todo y mantener el virus bajo control no es correcta", aseguró hoy el asesor médico del Gobierno para Inglaterra, Chris Whitty, en una rueda de prensa junto a Johnson.
En consecuencia, el líder "tory" reiteró que hay que actuar ahora, después de que la Oficina nacional de estadísticas (ONS) detectara un repunte de la COVID-19 "en la comunidad", con una prevalencia de 1 contagio por cada 1.500 personas, al margen de lo que también ocurre en hospitales y residencias de ancianos.
Es una "luz de alerta" que el Ejecutivo "no puede ignorar", dijo Johnson, quien apuntó que el virus "avanza rápidamente en Asia y Latinoamérica", y que también "algunos de nuestros amigos europeos tienen dificultades para controlarlo".
Agregó que, aparte de "poner en pausa" la reapertura de lugares "de riesgo", a partir del 8 de agosto se hará obligatorio el uso de mascarillas en recintos cerrados como museos, cines y lugares de culto, además de en tiendas, donde ya es obligación.
El freno al plan de desescalada se conoce después de que anoche el Ejecutivo anunciara en Twitter la imposición a partir de hoy de una nueva restricción que afecta a unas cuatro millones de personas en Inglaterra.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, ha defendido las medidas, al señalar que, según los datos de rastreo de contagios, la mayor parte de la transmisión del virus, más activo en esa parte del territorio inglés, se produce "entre hogares que se visitan entre sí y gente que visita a parientes y amigos".
La directriz significa que los habitantes de ciudades como Manchester y su área metropolitana y los condados de East Lancashire y parte de West Yorkshire no podrán encontrarse en las casas de unos y otros ni en sus jardines, pero cada hogar sí podrá ir al "pub" o a restaurantes siempre que no se mezcle con otro grupo de personas.
En el resto de Inglaterra y los territorios de Irlanda del Norte, Escocia y Gales hay un desconfinamiento relativo, si bien se avisa de que hay que estar alerta porque se percibe un segundo brote del virus en Europa.
Esto ha llevado al Ejecutivo de Johnson a imponer una cuarentena a los viajeros llegados desde España, y no descarta hacer lo mismo con otros territorios.
La medida ha sido criticada por el sector turístico y, hoy mismo, el turoperador TUI ha anunciado que amplía la suspensión de sus paquetes vacacionales a las islas Canarias y las Baleares hasta el 10 de agosto y sus programas a la España peninsular hasta el 17 del mismo mes.
La empresa anglo-alemana anunció por primera vez la suspensión de sus paquetes al Estado español, inicialmente por menos días, después de que el Gobierno británico impusiera el 26 de julio una cuarentena obligatoria a los pasajeros llegados de España.
Ante las quejas del sector turístico y del Gobierno español, el Ejecutivo británico sopesa ahora reducir de 14 a 10 los días de confinamiento y la posibilidad de establecer corredores aéreos a nivel regional con zonas menos afectadas por el virus, como las Baleares y las Canarias.
En el Reino Unido, las muertes por la COVID-19 se elevaron el viernes a 46.119, tras sumar 120 en 24 horas, con 880 nuevos contagios, el mayor número diario en un mes. EFE