Ciudad del Vaticano (EFE).- La inmigración es "la mayor emergencia" de Europa desde la Segunda Guerra Mundial y no serán ni la "burocracia" ni las "finanzas" las que la resolverán, según dice el papa Francisco en una entrevista publicada hoy en el diario "La Stampa".
"Estoy convencido de que no serán la burocracia o los instrumentos de las altas finanzas los que salvarán la crisis actual y resolverán el problema de la inmigración", según Francisco.
Para el pontífice, esta crisis a la que se enfrentan los países europeos "es la mayor emergencia desde el final de la Segunda Guerra Mundial".
En la entrevista, que forma parte de un libro sobre los viajes del papa escrito por el periodista italiano Andrea Tornielli que se publicará la semana próxima y del que el periódico publica un extracto, Jorge Bergoglio responde sobre por qué no se desplazado todavía a más países europeos.
Señala que se dio cuenta de tenía que cambiar de opinión acerca de la necesidad de salir del Vaticano cuando fue a la isla italiana de Lampedusa ese mismo año tras la tragedia que costó la vida a cientos de inmigrantes que pretendían llegar a Europa.
"He preferido privilegiar a los países en los que puedo dar una pequeña ayuda, apoyar a quienes, a pesar de las dificultades y los conflictos, trabaja por la paz y por la unidad", agregó Francisco.
Por eso, explica, decidió acudir a Grecia, "el único país de la Unión Europea que he visitado", a excepción de sus visitas "a instituciones" como el Consejo de Europa o el Parlamento Europeo,
Añade que hizo ese viaje, "de apenas cinco horas a Lesbos para reunir y consolar a los refugiados".
En la entrevista el papa reconoce que no se esperaba desplazarse tanto cuando fue elegido pontífice y admite que, "sinceramente, no" le ha gustado mucho viajar en general.
Pero añade que después de ir a Brasil en 2013 para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud comenzó a sentir que debía viajar, y que ahora cree que debe "hacer viajes, ir a visitar las Iglesias, alentar las semillas de esperanza que hay en ellas".
Señala que se dio cuenta de tenía que cambiar de opinión acerca de la necesidad de salir del Vaticano cuando fue a la isla italiana de Lampedusa ese mismo año tras la tragedia que costó la vida a cientos de inmigrantes que pretendían llegar a Europa.
Bergoglio recuerda que se dirigió a Lampedusa sin invitación oficial, "un viaje italiano", pero que le habían conmovido las imágenes que vio del naufragio de los inmigrantes en aquella isla del Mediterráneo donde se vivió una "tragedia angustiosa". EFE