ROMA, Italia.- Las autoridades italianas ordenaron este sábado el desembarco de los 28 menores no acompañados que estaban entre los 134 rescatados a bordo del barco "Open Arms", a solicitud del primer ministro, Giuseppe Conte, y pese a las reticencias del titular del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini.
Los menores llegaron al muelle del puerto de Lampedusa a bordo de dos lanchas de la Guardia Costera y la Guardia de Finanzas italianas y pisaron tierra firme después de 16 días en el barco humanitario español de la ONG Open Arms, que este mismo sábado se declaró en estado de necesidad después de más de dos semanas sin poder desembarcar a los migrantes.
El primer ministro Conte había enviado por segunda vez una carta al ministro Salvini urgiéndole a permitir desembarcar inmediatamente a los menores, a lo que el líder de la ultraderechista Liga respondió que, a pesar de no estar de acuerdo, pero "como otro ejemplo de colaboración leal" no iba a obstaculizar que se ejecutara la orden, por lo que los menores pudieron llegar a tierra firme.
Pero Salvini reiteró que su posición respecto al Open Arms no ha cambiado y denunció que "mientras Madrid no mueve un músculo, las presiones se multiplican sobre Italia".
Mientras, la Justicia italiana ha ordenado una inspección médica en el "Open Arms" para constatar las condiciones higiénico-sanitarias en que se encuentran el centenar de adultos migrantes hacinados en cubierta.
La extracción de los menores se produjo después de que la nave de la ONG española se declarase "en estado de necesidad", lo que no incidió en el ministro Salvini que mantiene su prohibición a que el barco atraque en un puerto del país, pese a que un tribunal italiano dejó sin efecto su orden.
"Después de 16 días a la espera de un puerto seguro donde desembarcar, de 6 evacuaciones médicas y de haber informado sobre nuestra situación a las autoridades, sin que hayamos obtenido ninguna respuesta, nos encontramos en situación de necesidad y ya no podemos garantizar la seguridad de las 134 personas a bordo", señaló poco antes en el encargado de la ONG.
El barco se encuentra fondeado junto a las costas de Lampedusa desde hace dos días sin que se haya autorizado el desembarco de los migrantes, mientras la tripulación denuncia el deterioro de la situación a bordo.
El fundador de Open Arms, Oscar Camps, lanzó un llamamiento desesperado para que Italia permita desembarcar a todos los migrantes, al no poder garantizar su seguridad y ante el temor de que se produzca un motín Dijo que tanto los rescatados como la tripulación están "secuestrados".
Camps apeló al presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, para que "proteja los derechos de los ciudadanos españoles que tienen a su cargo la seguridad de las personas en un buque con pabellón español que está secuestrado en aguas italianas".
"La situación está fuera de control. Escapa a nuestra capacidad", aseguró Camps en un vídeo hecho desde una lancha frente al buque Open Arms.
"A partir de hoy no nos podemos sentir responsables ni garantizar la seguridad de las 134 personas ni los 19 voluntarios de la tripulación, que están secuestrados en el Open Arms, porque ya es imposible mantener la calma. En cualquier momento se desata una acción colectiva y no podremos detenerla", advirtió.
Camps dijo que ayer comunicó esta situación a presidente del Gobierno español, a la canciller alemana, Angela Merkel, al presidente francés, Emmanuel Macron, y al del Parlamento Europeo, David Sassoli, y a "todas las autoridades italianas".
"Hay cien formas de autolesionarse en un barco como el Open Arms y cien maneras de suicidarse a bordo. No tenemos ya la capacidad ni podemos detenerlos, ni mucho menos estar controlando a estas 134 personas", añadió.
Por ello, exigió "el cumplimiento de la resolución judicial (italiana), que es en si un título suficiente no solo para entrar en aguas territoriales sino para la evacuación inmediata de las personas rescatadas y la prestación de asistencia inmediata".
Insistió en que los rescatados precisan asistencia "por necesidad extrema" e incluso los voluntarios de la ONG y la tripulación, tras 16 días en unas condiciones infames abordo.
"Denunciamos que en un barco de bandera española, con ciudadanos españoles secuestrados contra nuestra voluntad, estamos siendo retenidos en una condiciones inaceptables, peor que delincuentes", continuó Camps. EFE