Almería (España), 24 ene (EFE).- La Fiscalía española pide la pena de prisión permanente revisable, la máxima que se aplica en este país, para la dominicana Ana Julia Quezada por el asesinato del niño Gabriel Cruz, de ocho años, hijo del que era su pareja sentimental en España.

Según ha informado este jueves la Fiscalía Superior de Andalucía, región donde se produjo el suceso, también piden diez años de cárcel por sendos delitos de lesiones psíquicas a los padres del menor y casi un millón de euros por reparación del daño moral para la familia, así como los gastos generados por su búsqueda.

Ana Julia Quezada fue detenida el pasado 11 de marzo con el cadáver del niño en su coche, doce días después de su desaparición, que desde el primer momento había provocado un gran despliegue policial y ciudadano y en el que la acusada participó activamente.

Según la Fiscalía, el asesinato se produjo el mismo día de la desaparición del niño, el 27 de febrero, por "asfixia mecánica por sofocación" y "con la finalidad de encubrir su actuación criminal, la acusada ocultó el cuerpo en una pequeña fosa" y posteriormente trasladó las prendas del niño hasta otro lugar.

Según los investigadores, la mujer aprovechó un momento en que el niño estaba solo para llevarlo a una finca propiedad del padre en la localidad de Nijar, en el sur de España, mediante engaños, y allí lo mató.

El Ministerio Público censura la actitud de la procesada durante los días que duró la búsqueda del niño, de "aflicción, compungida y apesadumbrada", "en una clara actitud de simulación, fingimiento y farsa, pública y notoria con absoluta frialdad de ánimo", con la intención de disipar cualquier sospecha sobre su implicación.

La prisión permanente revisable que pide el fiscal para Quezada, supone el cumplimento íntegro de entre 25 y 35 años de cárcel, dependiendo del tipo de delito y en España está prevista para asesinatos especialmente graves.

Transcurrido ese tiempo la condena se revisará y si no se cumplen determinados requisitos para la libertad el preso seguirá en prisión.

Quezada llegó a España en 1995 y se instaló en la Burgos, al norte de España, junto a una hija. Posteriormente se casó y tuvo otra niña. La mayor de ellas falleció en 1996 al caer desde una ventana de la vivienda de Burgos a un patio interior, un caso que se cerró como una muerte accidental. EFE