SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La procuradora fiscal titular del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, decidió abrie una investigación sobre las denuncias de pederastia y perversión contra niños en que incurrió el hasta hace poco embajador del Vaticano en Santo Domingo, Joséf Wosolowski o Wesolowski.

La fiscal de la capital dominicana informó que abrió a investigación en contra del nuncio apostólico en República Dominicana, a raíz de las denuncias que realizaron las periodistas Nuria Piera y Addy Burgos, en sus respectivos programas de investigación, así como la confirmación sobre la destitución de Wesoloswski que hiciera monseñor Agripino Núñez Collado, por casos de abuso sexual en contra de niños, niñas y adolescentes.

"La Fiscalía del Distrito iniciará la investigación no obstante no tener una denuncia formal de las posibles víctimas, ya que al tratarse de hechos de acción pública, el ministerio público tiene plena competencia de iniciar de oficio las indagatorias", explicó por escrito.

Antes, en conversación con periodisas de Acento.com.do, la fiscal del Distrito Nacional había opinado que el Ministerio Público debía tomar acción en el caso.

"La normativa procesal penal dominicana establece que las acciones y omisiones punibles previstas en el Código Penal y en la legislación penal especial es de competencia exclusiva de las jurisdicciones penales, por lo que los hechos que se le atribuyen al recién destituido nuncio apostólico Jósef Wesoloswki deben ser investigados y sancionados en el país y no en la Santa Sede", apuntó.

"El abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es un delito grave con secuelas terribles que por lo general marcan para siempre la vida de un ser humano", manifestó la magistrada Yeni Berenice Reynoso.

Agregó que es función y responsabilidad del ministerio público investigar todos los delitos de acción pública o acción pública a instancia privada, requiriéndose mayor empeño cuando se trata de casos contra menores de edad. Los hechos denunciados deber ser investigados y llevados hasta las últimas consecuencias sin importar quiénes sean las víctimas o los agresores.