SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) expresó su preocupación por el posible aumento de la delincuencia en diferentes sectores del Distrito Nacional y otros puntos del país tras la reapertura de la actividad económica.

A través de un comunicado firmado por el vicepresidente ejecutivo de la entidad, Servio Tulio Castaños Guzmán, Finjus indicó que estos hechos deben ser cuidadosamente monitoreados por las autoridades vinculadas a la seguridad ciudadana porque existen señales de que con el fin de las medidas de restricción podrían subir los actos delictivos en todo el país.

Explicó que, aunque la inseguridad se viene arrastrando desde hace varios años, en la actualidad la sociedad dominicana se siente muy preocupada por esta percepción de inseguridad porque se produce en el marco de los efectos económicos y sociales derivados de la pandemia mundial por covid-19.

“Aunque todos recordamos que a lo largo del 2019 vivimos olas de vandalismo y delincuencia común que llamaron la atención incluso a los medios de comunicación, en este momento produce indignación en la forma abierta como estos delincuentes han actuado”, indicó

 

A continuación, el comunicado íntegro:

 

FINJUS EXPRESA PREOCUPACION POR UN POSIBLE AUMENTO DE LA DELINCUENCIA POR LA APERTURA DEL PAÍS Y LOS PROBLEMAS ECONOMICOS QUE PREVALECEN

Los medios de comunicación reportan en los últimos días el aumento de la percepción de inseguridad y la ocurrencia de actos delictivos en diferentes sectores del Distrito Nacional y otros puntos del país, especialmente del raterismo y hurtos vinculados con motoristas que se desplazan por las vías públicas. Para FINJUS estos hechos deben ser cuidadosamente monitoreados por las autoridades vinculadas a la seguridad ciudadana porque existen señales de que con el fin de las medidas de restricción podrían subir los actos delictivos en todo el país.

Aunque la inseguridad se viene arrastrando desde hace varios años, en la actualidad la sociedad dominicana se siente muy preocupada por esta percepción de inseguridad porque se produce en el marco de los efectos económicos y sociales derivados de la pandemia mundial por Covid-19. Aunque todos recordamos que a lo largo del 2019 vivimos olas de vandalismo y delincuencia común que llamaron la atención incluso a los medios de comunicación, en este momento produce indignación en la forma abierta como estos delincuentes han actuado.

La pandemia por Covid-19 ha transformado muchos aspectos de la vida cotidiana de las personas y ha cambiado las rutinas de trabajo y ocio, sobre todo después de permanecer más de un año en medio de medidas estrictas de confinamiento para limitar el contagio. En ese período también cambiaron los eslabones de la cadena criminal, dando como resultado que entre marzo de 2020 y junio de 2021 hubo un ligero descenso de raterismo, hurtos y arrebatos en las vías públicas.

Sin embargo la violencia intrafamiliar y los conflictos convivenciales aumentaron, lo que es coherente con lo ocurrido alrededor del mundo, como ha planteado un estudio reciente de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos que en ese periodo en 27 ciudades de 23 países la delincuencia bajo en un 46 por ciento en robos y hurtos.

En nuestro país observamos que inmediatamente fue levantado el toque de queda se ha producido un relajamiento del control policial sobre algunas zonas, lo que parece estar relacionado con un incremento del fenómeno de pandillas de motoristas asaltando en las calles de barrios populares y de clase media, sobre todo en el Distrito Nacional. Hechos parecidos se registraron por ejemplo en New York, especialmente en la zona del Alto Manhattan, donde ha habido un recrudecimiento de la violencia, los tiroteos y los asaltos en la vía pública luego del levantamiento de las restricciones a la circulación.

Aunque estos fenómenos tienen que ser estudiados más profundamente todo parecería indicar que en el período post-covid habrá un aumento de la violencia y la criminalidad en la región latinoamericana, como efecto del desempleo y la deserción escolar. Afortunadamente el pronóstico para el desarrollo económico del país es mucho más favorable que en el resto de la región, dando lugar a mejores oportunidades para que el Estado siga avanzando en la creación de políticas públicas en seguridad ciudadana y combate de la criminalidad que sirvan de base a los programas de prevención del delito.

Es urgente que las autoridades dispongan el aumento de los controles y patrullaje policial en las zonas donde se han cometido frecuentemente los delitos de raterismo señalados y se establezcan mecanismos de comunicación adecuados para orientar a la ciudadanía sobre este fenómeno.

Queda pendiente un estudio más profundo para determinar la relación entre pandemia y criminalidad, que permita establecer cómo estas variables interactúan y cómo pueden establecerse estrategias policiales y de seguridad ciudadana más efectivas para prevenir estos desafueros y actos vandálicos, en un marco de respeto a la legalidad y con el apoyo de la ciudadanía.

 

Servio Tulio Castaños Guzmán

Vicepresidente Ejecutivo de FINJUS

 

6 de septiembre, 2021