Miles de refugiados sirios emprenden un peligroso viaje por mar para cruzar desde Turquía a Grecia.

Las embarcaciones en las que viajan son tan precarias que muchos mueren ahogados antes de llegar a destino.

Una figura clave en este viaje es la del traficante, quien les asegura que el cruce no conlleva riesgos y que les permitirá empezar una nueva vida en Europa.