Washington, 28 abr (EFE).- El FBI cree que es probable que los hermanos Tsarnaev no actuaran solos a la hora de planear el atentado de Boston y está buscando dentro y fuera de EE.UU a sospechosos de haberlos entrenado, afirmaron hoy congresistas estadounidenses.
Los legisladores republicanos Michael McCaul -que preside el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara baja- y Mike Rogers -que dirige el Comité de Inteligencia- aseguraron que los investigadores de los ataques no han descartado que haya cómplices, pese a que hasta el momento no se ha informado de pruebas al respecto.
"Creo que dado el nivel de sofisticación de (las bombas caseras usadas en los ataques), el hecho de que una olla a presión es un artefacto que se ha usado en Pakistán o Afganistán, y la forma en que lo usaron me hace creer que hubo un 'entrenador' o 'entrenadores', y la pregunta es dónde están", dijo McCaul a la cadena Fox News.
"¿Están en la región (rusa) de Chechenia, o están en EE.UU.? En mis conversaciones con el FBI, ésa es la gran pregunta. Han lanzado una gran búsqueda tanto en el extranjero como en EE.UU. para encontrar a esta persona. Y creo que los expertos están de acuerdo en que hay alguien que ayudó a entrenar a estos dos individuos", agregó.
Por su parte, Rogers aseguró a la cadena ABC que aún "hay personas de interés con las que el FBI querría conversar".
Las autoridades tratan de obtener detalles sobre el viaje que el mayor de los hermanos, Tamerlán, hizo en 2012 a la república norcaucasiana de Daguestán, y la posibilidad de que fuera entrenado allí por extremistas islámicos, indicó Rogers.
Otro miembro del comité de Inteligencia, el demócrata Adam Schiff, dijo a la cadena CNN que "puede haber habido influencias que radicalizaran" a los hermanos, pese a que por el momento las pruebas sólo apuntan a que visitaban páginas web afines al extremismo.
En una entrevista con CBS, la senadora demócrata Claire McCaskill opinó, en cambio, que "por ahora, basándonos en las pruebas, parece que simplemente eran ellos dos".
Según las autoridades, entre los sitios que visitaba Tamerlán estaba la revista Inspire, una publicación digital en inglés producida por la filial de Al Qaeda en Yemen que ha difundido manuales para fabricar bombas.
Varios legisladores criticaron hoy además la actuación del FBI y la CIA a la hora de prevenir los ataques, dado que ambas agencias comenzaron a vigilar a Tamerlán en 2011 tras recibir una alerta de las autoridades rusas de que podría ser peligroso, pero más tarde dejaron de seguirle la pista.
"¿Cómo puedes ignorar el hecho de que un servicio extranjero de inteligencia te ha informado de que tienes a un radical en tu territorio?", preguntó el senador republicano Lindsey Graham en la cadena CBS.
Rogers consideró en cambio que "es demasiado pronto para señalar y culpar" mientras se investiga lo que pasó, y recordó que el FBI "no puede simplemente interrogar a estadounidenses o a inmigrantes legales porque quieran", respecto a la decisión de la agencia de cerrar su investigación sobre Tamerlán tras no encontrar pruebas.
También ha causado polémica la decisión de permitir que una juez federal leyera el lunes sus derechos al superviviente de los hermanos, Dzhokhar, poniendo fin a un interrogatorio y también a su colaboración con las autoridades, dado que el joven apenas ha hablado desde que se le informó de su derecho a permanecer callado.
El senador demócrata Joe Manchin afirmó a Fox News que las autoridades "dispararon demasiado pronto" en su decisión de leer sus derechos al sospechoso, y el republicano Dan Coats dijo a CNN que le "sorprendió" que no alargaran el interrogatorio "cuando había razones legales y administrativas para hacerlo".
Los hermanos Tsarnaev están señalados de ser los responsables de los atentados cometidos el pasado 15 de abril en el maratón de Boston, que causaron 3 muertos y casi 300 heridos.
Dzhokhar, único acusado después de que su hermano muriera en la operación policial tras esos ataques, fue trasladado el viernes del hospital en el que estaba herido, a un centro médico de una prisión federal en el centro de Massachussetts. EFE