SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El doctor en Biología Humana y Farmacología iniciará con veinte pacientes que han sufrido traumatismos el primer ensayo clínico con la piel fotosintética que ha creado, la cual efectivamente produce y libera oxígeno.

"Este paso durará seis meses; es pequeño, pero muy importante para demostrar la seguridad de la tecnología. Si conseguimos que sea seguro, podremos aplicarlos en otro tipo de pacientes y enfermedades, como en trasplantes de órganos y enfermos de cáncer", afirmó Egaña en declaraciones a la delegación de la Agencia Efe en Santiago de Chile.

Esta investigación, realizada en la Universidad Católica de Chile, ha desarrollado una primera técnica para hacer un trasplante de piel a través de la implantación de unas microalgas modificadas genéticamente para producir oxígeno y así regenerar la zona.

"El 90 % de las células de nuestro cuerpo no son humanas. El cuerpo humano es un verdadero ecosistema donde conviven microorganismos y células humanas. Lo que queremos averiguar es qué ocurre en el cuerpo si implantamos microalgas que produzca la fotosíntesis", afirmó Egaña durante la presentación, efectuada en la sede de la Universidad Católica de Chile,  en el centro capitalino del país del cono sur americano.

La fotosíntesis es el proceso que realizan las plantas cuando rompen las moléculas de agua, con la energía de la luz, y liberan el oxígeno que después consumen todos los seres vivos del planeta.

"La gran pregunta es qué podríamos lograr si los humanos consiguiéramos reproducir este proceso en un contexto terapéutico, ya que hay muchas enfermedades causadas por la falta de oxígeno, como una hemorragia, un infarto, o heridas grandes que no sanan", agregó el científico chileno.

La primera línea de la investigación se centra en las posibles aplicaciones de esta técnica en heridas con el fin de oxigenarlas a través de cremas, vendajes o suturas que contengan microrganimos que realicen la fotosíntesis.

La segunda línea investiga la aplicación de esta tecnología en trasplantes de órganos, para así lograr que los órganos vivan más tiempo fuera del cuerpo, y en terapias oncológicas para conseguir una mayor eliminación de las células cancerígenas.

El inicio de esta investigación se remonta a la Universidad de Lübeck, en Alemania, donde Egaña se doctoró. Allí desarrolló con éxito una prueba en la que inyectó unas microalgas a un embrión de pez. Se fusionaron con éxito, "sin que las algas mataran al embrión y sin que el embrión matara a la algas", explicó.

Según recalcó hoy el investigador, la clave de este primer ensayo clínico será precisamente evitar el rechazo de los pacientes a estos trasplantes.

En caso de que los veinte pacientes reciban con éxito el trasplante cutáneo, la idea es que, cuando la piel esté regenerada, el implante sea eliminado por el mismo cuerpo o retirado.

En este sentido, los próximos seis meses serán fundamentales para determinar la posible implementación que tendrá esta técnica en el futuro de la medicina.