Santiago de Chile.- Álvaro Corbalán Castilla, exjefe operativo de la Central Nacional de Informaciones (CNI), la policía secreta de Augusto Pinochet, pidió hoy ser trasladado de una cárcel de seguridad donde, denunció, ha recibido amenazas de muerte.

Corbalán, sentenciado a una cadena perpetua y a otras penas por violaciones a los derechos humanos, fue trasladado el pasado 20 de noviembre desde el penal de Punta Peuco, a 35 kilómetros de Santiago, hasta una cárcel de alta de seguridad por incumplimiento en las normas internas.

La decisión de trasladar a Corbalán a un celda aislada y con vigilancia permanente fue tomada tras encontrar un celular y un chip en la celda, hecho que ya había ocurrido en ocasiones anteriores.

En escrito presentado ante el ministro en visita (juez especial) Mario Carroza, el abogado Enrique Ibarra indica que su defendido fue recluido en una cárcel de castigo de máxima seguridad y en una celda incomunicado.

Añade que "tiene que ducharse con agua helada, lo que ha afectado sus lesiones lumbares, y por su dolor lumbar ha solicitado un segundo colchón para poder soportar una cama de cemento de hormigón armado, lo que poco mitiga su dolencia".

En este contexto, el abogado del exagente de la CNI interpuso una petición ante el juez, pidiéndole que su defendido sea trasladado hasta el Hospital Militar.

El escrito, según consigna el diario La Tercera, señala que "después de 20 años en prisión se le sanciona por la incautación de celulares en tres oportunidades los que usó para comunicarse con sus padres (madre fallecida el mes pasado) con su esposa e hijos. Jamás usó esta comunicación en hechos delictuales o en contra de Gendarmería", aseveró el letrado.

Ibarra explica en el documento ante Carroza que el exjefe operativo de la CNI padece una serie de enfermedades como hernias lumbares, diabetes, hipertensión, la pérdida de la visión en uno de sus ojos y ha sido intervenido por un cáncer.

El abogado aseguró que Corbalán también ha recibido amenazas de muerte en su contra, indicando en el escrito que "durante los días que lleva recluido ha recibido gritos, insultos y amenazas de muerte de manera permanente, incluso durante la noche, perturbándole su descanso".

"(Es más) Su custodio debió intervenir ante un sujeto que llegó hasta la reja de su calabozo amenazándolo de muerte. Todo lo anterior y el rigor de las medidas aplicadas importan una violación evidente de sus derechos humanos que transgreden las normas vigentes y constitucionales", añadió.

Tras la publicación, el diputado del Partido Socialista, Daniel Melo señaló hoy que los dichos del exagente del aparato represor de Pinochet "son una burla a las víctimas que sufrieron en carne propia verdaderas vulneraciones a sus derechos humanos, muchos pagando con su vida, y muchos por culpa de Álvaro Corbalán".

Melo aseguró que le parece "insólito" que se pidan beneficios especiales para una persona que está pagando condenas por crímenes de lesa humanidad.

En su opinión, Corbalán con esa solicitud se burla de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos que él mismo perpetró.

El parlamentario agregó, además que "debemos pensar en el sentir de las personas que son víctimas de este represor, en quienes conviven con las secuelas de sus torturas con una sed de justicia y una pena inmensa. Este tipo de comentarios generan duras heridas en ellos".

Afirmó que concuerda con Nelson Caucoto, abogado en causa de violaciones de derechos humanos, quién señaló que el Hospital Militar no es una cárcel, sino un centro asistencial de salud "y que eso sería prácticamente darle una regalía a Corbalán, y no es justo".

Melo señaló que "él (Corbalán) debe permanecer donde está, y cumplir con las medidas disciplinarias por vulnerar los reglamentos carcelarios".

"Corbalán no está por sobre la Ley y debe respetar las reglas", aseveró. EFE