LA PAZ, Bolivia.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, calificó de "golpe de Estado" las denuncias de la oposición de fraude electoral y llamó a sus seguidores a mantenerse "en estado de emergencia" para defender la democracia ante quienes no reconocen que va a ganar en primera vuelta por cuarta vez consecutiva.

Evo Morales compareció este miércoles ante los medios en La Paz tras dos días de protestas en el país por la sospecha de un fraude electoral a su favor.

Morales se vio ya vencedor "por cuarta elección consecutiva", mientras el recuento oficial de votos llega a casi el 97 por ciento, con un 46,49 por ciento a su favor y un 37,01 para el opositor Carlos Mesa.

Este porcentaje sitúa al mandatario boliviano a solo un 0,52 por ciento de votos para evitar una segunda vuelta.

El presidente auguró que contará con mayoría parlamentaria, "a poco" de mantener los dos tercios con que cuenta ahora, y destacó que saca más de medio millón de votos de ventaja a Mesa.

Un "gran triunfo", en palabras de Morales, quien calificó de "imparable" el proceso de cambio que le llevó al poder en 2006.

En este punto, denunció "ante el pueblo boliviano y el mundo entero que está en proceso un golpe de Estado" por parte de la derecha opositora.

"Se prepararon la derecha (…) para un golpe de Estado", aseveró.

Evo Morales dijo que su partido, el Movimiento al Socialismo, no va a entrar en la confrontación, porque aguanta "humildemente" las protestas que vive el país desde el pasado lunes.

No obstante, llamó a los suyos a mantenerse en "estado de emergencia y movilización pacífica para defender la democracia".

Morales acusó a los opositores de obstaculizar el recuento de votos, con actos violentos como ataques a sedes del órgano electoral en varias regiones y a locales de campaña de su partido.

"No estamos en tiempo colonia y ni de monarquías para designar presidentes" al margen de la voluntad popular, advirtió antes de reiterar el llamado a sus bases "a organizarse para defender la democracia".

"Casi segurísimo que con el voto de las áreas rurales vamos ganar en primera vuelta", manifestó, para denunciar que la derecha no quiere reconocer su triunfo.

Hizo hincapié en que no es responsable "del enfrentamiento entre bolivianos" y acusó a la derecha de "instigar al odio y desconocer el voto del movimiento indígena. Vuelve el racismo".

El mandatario alertó de que los paros de protesta convocados en algunas regiones del país para esta jornada solo perjudican la economía y los calificó de políticos. "Un golpe de Estado", agregó.

La comparecencia, de nueve minutos, no incluyó preguntas de los periodistas.

La Constitución de Bolivia no incluye el estado de emergencia

La Constitución de Bolivia no incluye el estado de emergencia, expresión empleada este miércoles por el presidente del país, Evo Morales, pero sí el de excepción, que es potestad del mandatario.

El presidente dijo textualmente: "quiero decirle al pueblo boliviano, primero, estado de emergencia y movilización pacífica y constitucional para defender la democracia".

Evo Morales empleó esta expresión en una comparecencia ante los medios en La Paz en la que denunció un "golpe de Estado" de la derecha opositora, para no reconocerle la victoria en las elecciones del pasado domingo.

La figura que establece la Constitución boliviana, que el propio Morales promulgó en 2009, es la de estado de excepción, en sus artículos 137 a 140.

"En caso de peligro para la seguridad del Estado, amenaza externa, conmoción interna o desastre natural, la Presidenta o el Presidente del Estado tendrá la potestad de declarar el estado de excepción, en todo o en la parte del territorio", dice el artículo 137.

"La vigencia de la declaración del estado de excepción dependerá de la aprobación posterior de la Asamblea Legislativa Plurinacional", el Parlamento del país, añade el 138.

El Parlamento debe pronunciarse sobre la vigencia "apenas las circunstancias lo permitan y, en todo caso, dentro de las siguientes setenta y dos horas a la declaración del estado de excepción", según ese artículo.

Evo Morales emplea la expresión "golpe de Estado" de forma recurrente cuando se producen en Bolivia conflictos como el que estos días vive el país, con protestas desde que el lunes unos datos publicados por el órgano electoral desencadenaran sospechas de fraude electoral entre la oposición y movimientos cívicos.

El desencadenante de las protestas tuvo su origen en la decisión del órgano electoral de lanzar en la noche del pasado lunes unos resultados provisionales que daban una victoria de Morales en primera vuelta, sin esperar al cómputo oficial.

El cómputo oficial lleva desde la pasada noche parado en el 96,78 por ciento del recuento de votos, con un 46,49 por ciento a favor de Morales y un 37,01 para el opositor Carlos Mesa.

Este porcentaje sitúa al presidente a solo un 0,52 por ciento de votos para evitar una segunda vuelta.

El sistema electoral en Bolivia da por vencedor al candidato con al menos el 50 por ciento de los votos o el 40 con una diferencia de diez puntos sobre el siguiente, pero si no se logran esos porcentajes, los dos más votados van a segunda vuelta, que en este caso se produciría en diciembre.

Morales, en el poder desde 2006, ya se vio vencedor en la noche del pasado domingo tras la votación, mientras que Mesa mantiene que existe fraude para evitar una segunda vuelta. EFE