MADRID, España.- Investigadores del Instituto de Inmunología de La Jolla (Estados Unidos) han descubierto que las células T de las personas que se han recuperado de la COVID-19 o personas que han recibido las vacunas, por ejemplo la de Moderna o Pfizer-BioNTech, siguen siendo capaces de reconocer varias variantes del coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID-19.
Este estudio de La Jolla, publicado este jueves en la revista científica 'Cell Reports Medicine', muestra que tanto los linfocitos T "ayudantes" CD4+ como los linfocitos T "asesinos" CD8+ pueden seguir reconociendo las formas mutadas del virus.
Esta reactividad es clave para la compleja respuesta inmunitaria del organismo al virus, que permite al cuerpo eliminar las células infectadas y detener las infecciones graves.
"Este estudio sugiere que el impacto de las mutaciones encontradas en las variantes que nos preocupan es limitado. Podemos suponer que las células T seguirían estando disponibles como línea de defensa contra la infección viral", explica el profesor Alessandro Sette, autor principal del estudio.
"Estas variantes siguen siendo motivo de preocupación, pero nuestro estudio demuestra que, aunque haya una disminución de los anticuerpos, como han demostrado otros estudios, las células T no se ven afectadas en gran medida", añade a su vez la doctora Alba Grifoni, otra de las responsables del trabajo.
Este estudio se publicó previamente como preimpresión en marzo de 2021.
Los hallazgos fueron destacados por el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID, por sus siglas en inglés), el ya afamado doctor Anthony Fauci, en una rueda de prensa en la Casa Blanca el 31 de marzo.
"Estamos aprendiendo cada vez más que estos linfocitos T CD4+ y CD8+ son muy importantes en el sentido de que reaccionan de forma cruzada contra ciertas variantes virales", resaltó Fauci.
En el tiempo transcurrido desde la publicación del artículo, los investigadores casi triplicaron su cohorte de pacientes y realizaron un método adicional de análisis estadístico riguroso.
"También hemos añadido una cohorte de donantes no expuestos", apunta la primera autora del estudio, Alison Tarke, estudiante de doctorado de la Universidad de Génova.
LOS TRES GRUPOS DE PACIENTES INVESTIGADOS
Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron las células T de tres grupos diferentes: personas que se habían recuperado de la COVID-19, personas que habían recibido las vacunas (en este caso de Moderna o Pfizer-BioNTech) y personas nunca expuestas al SARS-CoV-2 (a partir de muestras tomadas antes de la pandemia).
Es probable que tanto los sujetos recuperados como los vacunados tengan células T que reconozcan el "linaje ancestral" del SARS-CoV-2; es decir, la cepa original que surgió al principio de la pandemia. Sin embargo, el virus ha mutado desde diciembre de 2019 y se han identificado variantes.
La pregunta era si las personas con células T entrenadas para reconocer la cepa original también reconocerían las nuevas variantes. Los investigadores probaron las respuestas de las células T de los grupos de donantes contra cuatro variantes: Alfa (B.1.1.7), Beta (B.1.351), Gamma (P.1) y Épsilon (B.1.427/B.1.429).
Los investigadores descubrieron que tanto los individuos vacunados como los pacientes recuperados tenían células T de reacción cruzada que podían dirigirse a estas variantes.
BUENA NOTICIA
Se trata de una buena noticia para cualquiera que haya recibido vacunas y para cualquiera que se haya recuperado de cualquier variante del virus.
"Con este estudio, el mensaje es optimista. Al menos, en lo que respecta a la respuesta de las células T, su sistema inmunitario sigue siendo capaz de reconocer estas nuevas variantes y sus células T podrán responder", destaca Tarke.
Los investigadores buscan ahora formas de aprovechar lo flexible que parece ser la respuesta de las células T.
LA IMPORTANCIA DE LAS DOSIS DE REFUERZO
Dado que las células T ya se esfuerzan por reconocer las variantes del SARS-CoV-2, Grifoni afirma que las futuras dosis de refuerzo podrían aumentar la inmunidad al incitar al organismo a producir más anticuerpos contra las variantes y/o al añadir partes adicionales del virus reconocidas por las células T.
También existe la posibilidad de que esta investigación sobre el SARS-CoV-2 conduzca algún día a una vacuna universal contra los coronavirus.
Este tipo de vacuna entrenaría al organismo para reconocer los detalles estructurales, como los elementos de la proteína de la espiga, que todos los coronavirus tienen en común. "Esta investigación demuestra que una vacuna contra todos los coronavirus es factible", afirma Grifoni.
El grupo está estudiando ahora un grupo mucho más amplio de 12 variantes, entre ellas Delta (B.1.617.2), Eta (B.1.525), Iota (B.1.526), Kappa (B.1.617.1), Lambda (C37) y las variantes B.1.526.1, B.1.617.3, R1 y B.1.1.519. (EUROPA PRESS)
Las mutaciones 'inusuales' de la variante Lambda desconciertan a los científicos
Un trabajo publicado en Financial Times se centra en la variante Lambda, detectada por primera vez en Perú (inicialmente conocida como C.37) y que ya se ha extendido a 27 países, incluido el Reino Unido.
Esta última variante del coronavirus que ha llamado la atención de la Organización Mundial de la Salud, preocupa a los expertos de América Latina y desconcierta a los científicos debido a su conjunto "inusual" de mutaciones.
El Ministerio de Salud Pública de Inglaterra (Public Health England, PHE) reveló esta semana que la variante Lambda ha sido identificada en todo el Reino Unido, aunque el número de casos seguía siendo pequeño.
Pablo Tsukayama, doctor en microbiología molecular de la Universidad Cayetano Heredia de Lima, la capital de Perú, dijo que cuando los médicos notaron la variante por primera vez en diciembre representaba “solo una de cada 200 muestras”.
“En marzo, sin embargo, representaba alrededor del 50 por ciento de las muestras en Lima y ahora es alrededor del 80 por ciento. Eso sugeriría que su tasa de transmisión es más alta que otras variantes”, dijo.
Según la OMS, Lambda representó el 82 por ciento de los nuevos casos de la COVID-19 en mayo y junio en Perú, que tiene la tasa de mortalidad por coronavirus más alta del mundo.
En el vecino Chile, representa casi un tercio de los casos nuevos. Sin embargo, los científicos no están seguros de si las mutaciones en Lambda lo hacen más transmisible.
“Por el momento no hay evidencia que sugiera que sea más agresivo que otras variantes”, dijo Jairo Méndez Rico, asesor sobre enfermedades virales emergentes de la Organización Panamericana de la Salud. "Es posible que tenga una mayor tasa de contagio, pero es necesario trabajar más en él", advirtió.
La OMS en junio nombró a Lambda como la séptima "variante de interés" hasta el momento. El organismo de salud mundial cree que tales cepas son una amenaza menor que sus cuatro "variantes de preocupación": Alfa, Beta, Gamma y Delta, detectadas originalmente en el Reino Unido, Sudáfrica, Brasil e India, respectivamente, pero dice que aún deben ser monitoreadas estrechamente.
Una semana después, el 23 de junio, el PHE designó a Lambda como una variante bajo investigación "debido a la expansión internacional y varias mutaciones notables".
Lambda no torna las vacunas menos efectivas
El PHE enfatizó que actualmente no hay evidencia de que Lambda haya causado una enfermedad más grave o haya hecho que las vacunas sean menos efectivas.
"Una de las razones por las que es difícil entender la amenaza de Lambda, utilizando datos computacionales y de laboratorio, es que tiene un conjunto de mutaciones bastante inusual, en comparación con otras variantes", explicó Jeff Barrett, director de COVID-19 Genomics, iniciativa en el Wellcome Sanger Institute del Reino Unido.
Barrett agregó que la falta de instalaciones de secuenciación genética en América Latina había dificultado saber hasta qué punto Lambda estaba impulsando los brotes de la COVID-19 en la región.
Lambda tiene un patrón único de siete mutaciones en la proteína de pico que usa el virus para infectar células humanas. Los investigadores están particularmente intrigados por una mutación llamada L452Q, que es similar a la mutación L452R que se cree que contribuye a la alta infecciosidad de la variante Delta.
En Chile se investigó a personal sanitario con dos dosis de CoronaVac
Mónica Acevedo y sus colegas de la Universidad de Chile en Santiago estudiaron el efecto de Lambda sobre la infectividad viral utilizando muestras de sangre de trabajadores de la salud locales que habían recibido dos dosis de la vacuna CoronaVac de China.
Sus resultados, publicados el jueves en un artículo preimpreso, sugieren que Lambda es más infeccioso que Gamma y Alpha y capaz de escapar de los anticuerpos producidos por la vacunación.
"Nuestros datos muestran por primera vez que las mutaciones presentes en la proteína de pico de la variante Lambda confieren escape a los anticuerpos neutralizantes y una mayor infectividad", escribieron.
En Brasil, donde la variante Gamma también ha provocado infecciones, un equipo de investigadores de un hospital en la ciudad sureña de Porto Alegre analizó a un paciente infectado con Lambda.
“Teniendo en cuenta que esta variante se ha extendido rápidamente en Perú, Ecuador, Chile y Argentina, creemos que Lambda tiene un potencial considerable para convertirse en una variante de preocupación”, concluyeron en un documento preimpreso, que no ha sido revisado por pares.
América Latina ha sido la región del mundo más afectada por la pandemia. Hogar de solo el 8 por ciento de la población mundial, representa el 20 por ciento de los casos de coronavirus.
En las últimas semanas, Colombia, Paraguay y Uruguay han experimentado un aumento en el número de casos.
“Si bien estamos viendo cierto alivio del virus en los países del hemisferio norte, para la mayoría de los países de nuestra región el fin sigue siendo un futuro lejano”, dijo esta semana la directora de la OPS, Carissa Etienne.
Los casos siguen aumentando en países como Colombia, Brasil, Bolivia y Uruguay, dijo Etienne, y agregó que los hospitales estaban luchando por expandir las unidades de cuidados intensivos.
“A pesar de este panorama preocupante, solo una de cada 10 personas en América Latina y el Caribe ha sido vacunada completamente contra la COVID-19, una situación inaceptable”, dijo.