SANTO DOMINGO República Dominicana.- Unos científicos chinos diseñaron una especie de "caballos de Troya” para esconder a unos ajusticiadores de tumores cancerígenos, un trabajo de investigación básica en terapias prácticas que en el futuro podría beneficiar a los enfermos con tumores.

Tras cinco años de investigación sobre la mejor vía de cortar el suministro de sangre del tumor utilizando nanoportadores basados en el ADN, esta técnica china funcionó en ratones y, aunque aún queda mucho trecho por recorrer, quizás sea el arma que ayudará a acabar con los tumores cancerígenos en los humanos.

Este fue uno de los 30 trabajos que el Centro Nacional de Nanociencia y Tecnología (NCNST) de China declaró ganadores en agosto de 2018 de un concurso de tecnologías innovadoras para el futuro, competición que animó a científicos jóvenes chinos a idear tecnologías novedosas y poner en marcha la innovación.

Shi Quanwei, uno de los miembros del equipo de investigación galardonado, confirmó a la agencia de prensa oficial china Xinhua que ya se ha completado la verificación en laboratorio de este proceso, pero que efectivamente todavía queda mucho camino para llegar a la producción industrial de estos "caballos de Troya” y a su aplicación en la guerra a los tumores cancerígenos.

Las células del cáncer necesitan mucha nutrición para multiplicarse y para ello se alimentan a través de los vasos sanguíneos. Entonces, si a un tumor cancerígeno se le corta el suministro de sangre quedará aislado, y eso hicieron estos científicos.

Toda la sangre, el oxígeno y la energía se transmiten a las células cancerosas a través de los vasos sanguíneos, por lo que el objetivo de estos investigadores fue bloquear el paso del alimento y lo lograron en un experimento que logró estrangular tumores en ratones.

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Estos científicos  diseñaron, a través de nanotecnología y plegando moléculas de ADN en un proceso similar a la papiroflexia, lo que denominan "el caballo de Troya", más delgado que 1/4000 de un cabello y que libera "asesinos" para combatir los tumores.

Ding Baoquan, investigador del NCNST, dobló un ADN monocatenario de un fago (tipo de virus) en forma de hoja rectangular para después colocar cuatro moléculas de trombina (enzima de coagulación en el plasma sanguíneo) en la misma y enrollar todo.

En la interfaz, a través de fragmentos de ADN de proteína nucleolina se instalaron bloqueos, formando un nanorobot ("caballo de Troya"), con un diámetro de 19 nanómetros y unos 90 de largo. Una vez inyectado, el "caballo de Troya" viajó a través de los vasos sanguíneos y solo los tumores tuvieron "la llave" para abrir los bloqueos.

Una vez liberadas las moléculas de trombina, se encargan de atraer plaquetas y proteína de fibrinógeno para formar un gran trombo o coágulo en el vaso sanguíneo y cortar el suministro de sangre, logrando así aislar al tumor. Una vez finalizada la tarea el nanorobot puede eliminarse sin problema.

En un experimento con ocho ratones con melanoma, en tres de ellos el tumor desapareció, prolongándose su vida de 20,5 días a 45, sin encontrarse metástasis ni resto del cáncer en ellos.

Los investigadores han llevado a cabo experimentos controlados con el nanorobot en más de 200 ratones con melanoma, cáncer de mama, cáncer de ovario y cáncer de pulmón primario, resultando efectivo para eliminar el tumor en la mayoría de los casos.

Antes de la aplicación en ensayos clínicos, se debe mejorar la técnica de producción y ampliar la escala de fabricación de nanorrobots, y a la par –admitieron los científicos- seguir investigando sobre sus efectos y seguridad.