SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En la Hermandad de Pensionados de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional existe una red que practica la usura con cheques mensuales y con los préstamos de la cooperativa a cientos de hombres y mujeres jubilados, en especial a los ancianos, según reveló una fuente.
Las víctimas principales del abuso son las personas mayores que van solos y desde provincias a la sede de la Hermandad, en la avenida John F. Kennedy, según la fuente, un pariente de una persona mayor cuyos únicos ingresos provienen de su pensión.
Cuando ciertos pensionados y pensionadas necesitan dinero para comer o pagar la casa, acuden a “vender el cheque”, es decir, pagan a usureros que les dan menos dinero que el monto real del cheque que les pagarán en ese mes, pero salen de allí con el efectivo que necesitan para sobrevivir.
Según el denunciante, otra estafa a las personas mayores es que les piden que “den algo” para que les agilicen la transacción de sus préstamos, y así no tienen que esperar por el dinero que necesitan.
Los trámites de los préstamos, en teoría, tardan entre 15 días y un mes, pero si los pensionados quieren pueden obtener su dinero el mismo día, al pagar a los intermediarios una agilización del empréstito, según la fuente. Ese “servicio” tiene un precio de usura.
Por un préstamo de 10,000 pesos agilizado, un jubilado puede llegar a pagar hasta 2,000 pesos, el equivalente a un 20% del monto que le otorgue la cooperativa de la Hermandad. Si solicita 20,000 ó 25,000, la comisión puede costarle hasta 4,000 ó 6,000 pesos, cuenta la fuente.
“Yo nunca dejo que mi papá venga solo. Siempre vengo con él, porque yo he visto muchos viejos que los engañan y le quitan una gran parte del cheque y también los ponen a firmar hasta dos préstamos"
El monto no incluye el seguro que por regla les cobra la cooperativa, cuyo costo anda por los 1,300 pesos.
“Yo nunca dejo que mi papá venga solo. Siempre vengo con él, porque yo he visto muchos viejos que los engañan y le quitan una gran parte del cheque y también los ponen a firmar hasta dos préstamos. Después ellos cuando vienen a cobrar el cheque mensual no entienden por qué les descuentan tanto”.
Una joven pensionada de la milicia por motivos de salud contó que en dos ocasiones ha tenido que “dar dos viajes” desde San Cristóbal y dejar de hacer sus actividades cotidianas, porque no ha aceptado pagar por la agilización.
Uno de las decenas de ancianos que se reúnen bajo las sombras en el parqueo de la institución explica que la mayoría de ellos está “en mala” y va a tomar dinero prestado a los prestamistas que allí tienen su base de operaciones, porque lo que cobran no es suficiente.
Sea que opten por la “venta de cheque” o por la agilización de préstamos de la cooperativa, los jubilados y jubiladas de escasos recursos y numerosas necesidades están a la merced de intermediarios y prestamistas.