Naciones Unidas, 13 abr (EFE/Mario Villar).- La tensión entre EE.UU. y Rusia en torno a Siria siguió aumentando hoy en la ONU, donde las dos potencias intercambiaron acusaciones a la espera de que Washington decida si responde militarmente al supuesto uso de armas químicas.
"La Guerra Fría ha vuelto", lamentó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, durante una nueva reunión del Consejo de Seguridad en la que, lejos de acercar posturas, las dos partes insistieron una vez más en sus tesis.
Rusia, que convocó la sesión ante las "amenazas" de EE.UU. a Siria, volvió a defender que el supuesto ataque químico del pasado sábado en Duma fue un montaje y que Washington y sus aliados quieren usarlo como pretexto para actuar contra las autoridades de Damasco.
"Parece que Washington ha adoptado una política categórica para desencadenar una situación militar contra Siria. Esto no puede tolerarse", dijo el embajador ruso, Vasili Nebenzia.
Nebenzia dijo que EE.UU., con sus amenazas, está mostrando un comportamiento "no digno" de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Rusia puede quejarse todo lo que quiera sobre noticias falsas, pero nadie se cree sus mentiras y sus cortinas de humo", le respondió la representante estadounidense, Nikki Haley.
La reunión de hoy fue la cuarta sobre Siria que el Consejo de Seguridad celebra esta semana, pero por ahora las potencias no muestran ninguna señal de acercamiento.
La embajadora aseguró que su país tiene "prueba" de que el ataque existió y defendió que Rusia es también responsable de él, por no parar los pies al Gobierno de Bachar al Asad, al que Occidente culpa de lo ocurrido en Duma, donde murieron cerca de medio centenar de personas supuestamente por una sustancia tóxica.
Haley dijo que Rusia "no se ha detenido ante nada para defender los múltiples usos de armas químicas del régimen sirio", utilizando repetidamente su poder de veto para evitar medidas del Consejo de Seguridad.
"Se suponía que Rusia debía garantizar que Al Asad no usaba armas químicas y Rusia ha hecho lo contrario", recalcó.
Según apuntó, EE.UU. calcula que el régimen ha utilizado armas químicas al menos cincuenta veces, por lo que el episodio de Duma no es algo aislado.
Haley confirmó que por ahora el presidente estadounidense, Donald Trump, no ha tomado una decisión sobre un posible ataque contra Siria a modo de represalia, pero insistió en que tiene que haber algún tipo de respuesta.
La embajadora, que ayer estuvo en las reuniones mantenidas en la Casa Blanca para discutir qué hacer ante al supuesto ataque químico, dijo que hoy regresará a Washington para continuar las consultas.
Haley defendió que es fundamental no precipitarse y tomar las precauciones necesarias antes de actuar.
Estados Unidos, dijo, está consultando sus movimientos con Francia y el Reino Unido, que hoy coincidieron en que el uso de armas químicas no puede quedar impune.
"Debemos parar la escalada química siria. No podemos dejar que un país desafíe a este Consejo y al derecho internacional", recalcó el embajador francés, François Delattre.
Mientras, la representante británica, Karen Pierce, negó categóricamente las acusaciones rusas de que Londres habría participado en el montaje del supuesto ataque de Duma.
"Es una mentira descarada. Es una de las peores piezas de noticias falsas que hemos visto de la maquinaria propagandística de Rusia", dijo Pierce a los periodistas.
La reunión de hoy fue la cuarta sobre Siria que el Consejo de Seguridad celebra esta semana, pero por ahora las potencias no muestran ninguna señal de acercamiento.
Guterres insistió hoy al Consejo en que es clave que se pacte un mecanismo que atribuya responsabilidades por el uso de armas químicas en Siria, algo que existió hasta el pasado noviembre, cuando Rusia bloqueó su continuidad.
Rusia, que acusaba a la investigación internacional de parcial y poco profesional después de que ésta señalase a Damasco como responsable de varios ataques químicos en los últimos años, vetó esta semana una nueva propuesta para resucitarla.
Sin acuerdo sobre ese punto, Guterres cree que los riesgos de un conflicto a gran escala se pueden disparar.
"Las crecientes tensiones y la incapacidad de alcanzar compromisos para establecer un mecanismo de rendición de cuentas amenazan con llevar a una total escalada militar", dijo. EFE