https://www.youtube.com/watch?v=-GVXMdfUjnA

MADRID, España.- Pablo Iglesias ha pasado en los últimos años de ser el revolucionario que clamaba contra el capitalismo en el movimiento social conocido como 15M a ocupar la vicepresidencia del Gobierno español en el primer Ejecutivo de coalición de la historia reciente del país.

Aunque no es oficial, Iglesias (Madrid, 1978) está destinado a coordinar, desde una de las tres vicepresidencias, toda la política de Asuntos Sociales e Igualdad del Gobierno más izquierdista de la actual etapa democrática.

Un cargo insospechado hace unos meses, cuando en julio pasado fue vetado por el líder socialista, Pedro Sánchez, con quien ahora se prodiga en abrazos y palabras de buena voluntad, para formar parte de un Gobierno de coalición como el que ahora ambos pondrán en marcha.

"No voy a ser la excusa para que no haya una coalición de izquierdas", dijo entonces el líder de la formación Unidas Podemos, que ha experimentado una clara evolución hacia la moderación y la institucionalidad.

Seis años después de la fundación de Unidas Podemos, un Pablo Iglesias más maduro e influido por su paternidad -es padre de tres hijos junto a la número dos del partido y futura ministra de Igualdad, Irene Montero-, que según sus palabras le ha hecho ser "otra persona", ha llegado donde siempre quiso: formar parte del Gobierno.

Lo que no ha variado en estos años ha sido su imagen: continúa llevando su larga coleta, pantalones tejanos y camisas arremangadas y sin corbata, salvo en raras excepciones.

UN CAMINO CON CURVAS

Desde su militancia comunista de juventud, pasando por su participación en el movimiento social de los indignados en 2011, en plena crisis económica, que lo llevó a fundar Podemos tres años después, la carrera política de Pablo Iglesias no ha sido un camino lineal.

En su trayectoria ha tenido que superar fuertes tensiones internas en su partido que acabaron con la salida de la dirección de algunas de las figuras más destacadas, compañeros suyos en la fundación de la formación, y que le reprochan su autoritarismo.

Pero su liderazgo nunca sucumbió ni a esas tensiones, ni a las críticas, ni tan siquiera los vaivenes de su partido en los resultados electorales. Por contra supo mantenerse a pesar de los negros augurios de las encuestas: "Hacer política es cabalgar contradicciones", decía.

Iglesias fue profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid hasta 2014, cuando aspiraba a "asaltar los cielos" y convertirse en el líder de la izquierda española, desbancando a los socialistas.

"Hoy empieza a nacer una organización política que está aquí para ganar y para formar gobierno", fueron sus palabras en enero de 2014 durante la primera asamblea de Podemos, un partido que se ha identificado con los movimientos bolivarianos de América Latina.

VARIOS INTENTOS FALLIDOS

La llegada al poder la intentó desde los comicios de diciembre de 2015, cuando su partido, con poco más de un año de vida, logró 69 escaños de los 350 que componen el Congreso español.

Pero la desconfianza mutua hizo que no cuajara un acuerdo con los socialistas para formar gobierno, en el que el propio Iglesias se postulaba como vicepresidente. Ese fracaso forzó la convocatoria de nuevas elecciones.

En contra de lo que esperaban Iglesias y sus partidarios, los votos no aumentaron en los nuevos comicios de junio de 2016, mientras que el gobernante Partido Popular (conservador) salió reforzado.

Eso causó tensiones en Podemos, que se saldaron con la salida de la dirección de parte del grupo fundador del partido, mientras que Iglesias consolidó su liderazgo con un nuevo equipo.

Sin embargo, dos años después, Pablo Iglesias fue clave para que el socialista Pedro Sánchez se convirtiera en presidente del Ejecutivo en junio de 2018, gracias a su apoyo en la moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy (PP).

Ese apoyo se lo reprochó a Sánchez cuando tuvo que hacerse a un lado, hace unos meses, después de las elecciones de abril, para desbloquear unas negociaciones fallidas que finalmente acabaron en unos nuevos comicios, en noviembre pasado.

En estas últimas elecciones, socialistas y Podemos sufrieron sendos retrocesos, lo que movió a sus líderes a superar finalmente sus diferencias y sellar el pacto de gobierno que esta semana acaba de fructificar.

Todas las diferencias políticas y personales entre Iglesias y Sánchez se olvidaron hoy, al menos momentáneamente, en el abrazo que se dieron tras la victoria del socialista. Y Pablo Iglesias lloró de emoción. EFE, Alida Juliani