SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Harry Villegas (Pombo) quien desde los 14 años acompañó a Ernesto Guevara hasta su muerte en 1967, falleció este domingo en La Habana a los 79 años aquejado de una disfunción múltiple de órganos, informaron medios estatales de la isla.

Villegas nació el 10 de mayo 1940 en la ciudad oriental Yara, de la provincia Granma, y muy joven se alzó con la guerrillera revolucionaria en las montañas de la oriental Sierra Maestra cubana, donde integró la columna que dirigió el «Che» Guevara en ese movimiento revolucionario.

Tras el triunfo de la Revolución en la isla en 1959, Villegas continuó acompañando a Guevara -como jefe de su escolta personal- y posteriormente en 1965 en la guerrilla de el Congo.

A continuación les presentamos un entrevista realizada por el periodista Fausto Rosario y que fuere publicada en el periódico El Siglo. 

Lea íntegra la entrevista:

Sobreviviente de la guerrilla del Che en Bolivia recuerda los momentos de la caída del líder revolucionario en La Higuera

Pombo coloca en la misma fila al Che, Caamaño, Martí y Fidel

Desde los 14 años acompañó a Ernesto Guevara hasta su muerte en 1967

Harry Villegas es Pombo, el hombre que acompañó a Ernesto Guevara, el Che, en la guerrilla de Bolivia, y que lo vio morir el 8 de octubre de 1967 en La Higuera. Desde los 14 años acompañó el guerrillero más universal y fue su jefe de seguridad y su sombra, tanto en Cuba como en Africa, pero también en las montañas andinas. Caído el Che, Pombo debió asumir la dirección del movimiento guerrillero y hacer el juramento de la continuidad.

Con motivo del 35 aniversario de aquellos acontecimientos, ha llegado a la República Dominicana, invitado por los movimientos de solidaridad con Cuba y por la propia embajada cubana en Santo Domingo. Pombo no es un ex guerrillero. Es en la actualidad general de brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Héroe Nacional de Cuba.

Es vicepresidente de la Asociación de Combatientes Cubanos y libró junto al Che todas las batallas en las que estuvo involucrado el legendario dirigente revolucionario. Fue responsable de conducir a los guerrilleros que acompañaban al Che, y los llevó hasta Chile, desde donde retornaron a Cuba.

A 35 años de los acontecimientos de Bolivia, que se recuerdan hoy en todo el mundo por ser el aniversario de la muerte del Che, llegó al país interesado en compartir parte de su historia y de su experiencia. Es la primera vez que visita la República Dominicana, y El Caribe tuvo la oportunidad de entrevistarle.

¿Cuál es el sabor que tienen aquellos acontecimientos, 35 años después?

El sabor y la impresión que nos deja a nosotros valorar 35 años de lucha y de combatividad por la humanidad es de meditar y avanzar. El futuro hoy es mucho más difícil que el que teníamos en aquel momento, porque con la globalización ha avanzado la miseria, la explotación y la depauperación. Tenemos que ser optimistas en que el hombre viva mejor. Ese era el sueño del Che, es el sueño de Fidel y creo que debe ser el sueño de todo hombre honesto.

¿Qué buscaba el Che?

El Che era bolivariano, marxista y cristiano. Los objetivos de El Che iban encaminados al bienestar de la humanidad y esos fueron los mismos objetivos que tuvo Cristo. Hoy, vivo el Che, estaría luchando junto a los pueblos por lograr una globalización más humana y encaminada al bienestar del ser humano.

El Che hubiera evolucionada dialécticamente. No era un hombre que le gustara la guerra. Tenía el amor como elemento principal, el amor por la humanidad y por la justicia.

Los sobrevivientes de las guerrillas toman siempre caminos diferentes. En el país tomaron caminos distintos Hamlet, Toribio y Claudio. Los sobrevivientes de la guerrilla del Che tomaron caminos diferentes. Pombo siguió por un lado, Urbano por otro y El Guajiro hizo otra cosa. ¿Qué pasa con los sobrevivientes cuando fracasan los movimientos, que siempre se separan?

Los nueve sobrevivientes que salieron de La Quebrada del Yuro no es cierto que hayan tomado caminos distintos. Los bolivianos ofrendaron sus vidas en aras de conseguir los mismos objetivos: Inti, Darío, Ñato, y los cubanos nos mantuvimos en los caminos trazados por el Che. Asimismo hay que ser justo y reconocer que hay un cubano que traicionó. Lo dice la Biblia, no todos los seres humanos son iguales ni son coherentes con su obra y con su propia vida. Y cuando analizamos al traidor, a Dariel Alarcón, tenemos que decir que traicionó.

Ayer hablaba con Vicenta Vélez, la viuda de Caamaño, y no entendía la traición de Benigno. Nosotros somos gentes de cultura de base. Benigno era analfabeto y aprendió a leer y a escribir con la revolución. Aprendió a pensar a los 30 años y no logró profundizar en el pensamiento de la revolución y le salió más el individualismo.

En Bolivia el Ché mencionó tres elementos para calificar a Benigno, y dijo “simple, sin dobleces y con problemas en la comida”. Cuando uno valora lo que significa para El Ché un guerrillero, que era un reformador social, se da cuenta que lo que el Che entendía era que Benigno no había llegado al escalón humano de ser un revolucionario, un reformador social.

No fijo que fuera un hombre sencillo, dijo que era simple, que no tenía toda la textura necesaria para ser revolucionario. Y dice que no tenía dobleces, porque es un campesino, y en la sicología del campesino la dobles es difícil de detectar. Pero dice que tenía problemas en la comida. Para el Che los dos momentos estelares del guerrillero eran el combate y la comida. No todos los días se comía ni todos los días se combatía. La equidad en la comida era fundamental, y si alguien se quedaba sin comer, era el jefe y ese era el Che. Y Benigno se fue detrás de la comida. No se fue para Haití o Paraguay, que tienen complejidades económicas. Se fue para Francia.

Pero hay un paralelismo entre usted y Benigno, porque ambos son de procedencia campesina, se integran adolescentes a la lucha revolucionaria, y en su caso usted siguió con la revolución y él se marchó.

El Che cuando nos valoró nos valoró de manera diferente. No te he dado ni te daré la valoración que hizo el Che de mi, porque no sería justo. A nosotros nos unía un ideal, no un hombre, pero el Che era en ese momento en la lucha continental el elemento que llevaba la guía y las vías para alcanzar ese ideal. Nosotros, cuando conocimos de la muerte de el Che, estando todavía en La Higuera, bajo un árbol marabú, decidimos que las ideas de el Che no habían muerto, que las causas por las que el Che luchaba estaban latentes, que por lo tanto la lucha continuaba. El compromiso lo hicimos seis sobrevivientes, que estábamos frente al enemigo, en La Quebrada del Yuro, y apenas nos acabábamos de enterar el día 9 de octubre que el Che había muerto.

¿Cómo se enteran de la muerte del Che?

Cuando escuchábamos la información, con los detalles de las cosas que llevaba puestas nos dimos cuenta de que era el Ché. Nos convencimos que el Che había muerto cuando empezaron a dar la información de qué traía: su chamarra, dos relojes Rolex, los zapatos mocasines, y efectivamente esto nos golpeó duramente.

Yo tenía muchos años con él, desde los 14 años no me había separado de él, y la noticia me golpeó mucho. Pero había una realidad: estábamos cercados por el enemigo a 50 o 100 metros, y teníamos dos divisiones del ejército con por lo menos 10 mil hombres detrás de nosotros.

¿Qué hicieron para salir de allí?

Lo primero que hicimos fue elegir un jefe. Se valoró a dos personas, miembros del Estado Mayor, Inti Peredo y yo. Yo había peleado a La Sierra Maestra, había peleado en la invasión, había estado con el Che en el Africa, y me eligieron como jefe. Había que trazar la continuidad de la obra del Che. Acordamos que nadie podía separarse, pero había problemas logísticos. Por ejemplo yo era negro y no hablaba el quechua, decidimos no separarnos, pero no nos fue posible. Pasamos muchas dificultades.

Un mes después, en un combate, le pegaron un tiro al Ñato en la columna vertebral. El se percata que no tiene movimientos en los brazos ni en las piernas y nos pide que le quitemos la vida, que no lo dejemos caer prisionero.

Yo no me sentía en capacidad de tomar esa decisión y decidí colectivizarla. Y llamé a sus hermanos más cercanos y tomamos la decisión de complacerle. Ahora, la cuestión era ¿quién lo hacía y cómo lo hacía? En medio de la discusión Benigno dijo yo lo hago y así se hizo. Imagínate ese tipo de decisión que había que tomar.

¿Entiende por qué se separaron los sobrevivientes de la guerrilla de Caamaño?

Yo no te podría decir por qué después de la muerte de Caamaño no se pudo mantener el grupo unido, si las razones y las causas deben de persistir porque son muy justas, como son justas las del Che, las de Martí y las de Fidel. Martí quería una república con todos y para el bien de todos. Si tu ves todos estos elementos de Martí te das cuenta que eran las mismas ideas de Caamaño. Eso creo.

¿Qué queda del Che, luego de pasar como funcionario y como guerrillero a una posición de héroe mítico?

No podemos ver al Che como un funcionario de la Revolución Cubana. Pienso que el Che es un ciudadano del mundo. Lo que queda del Che es el reclamo de justicia en todas partes del mundo.

Alain Touraine, sociólogo francés, plantea que la revolución cubana ha terminado comercializando al Che. ¿Usted qué responde?

Pienso este francés (Alain Touraine) está equivocado. Además escogió el lugar más inapropiado para decir que el Che se ha convertido en un ícono y en una figura turística. Nosotros nos hemos opuesto a que el mundo comercializador lo utilice, en donde el mercado libre domina y en donde la libertad del mercado se impone.

Hay leyes que no hemos podido controlar, aunque ganamos algunas batallas. Ganamos una en la que se utilizaban la foto del Che para vender perfumes en Francia. Ganamos otra con una marca de cervezas en Europa que le pusieron Che. Algunas no las hemos podido ganar. No podemos prohibir a la gente que se lo ponga en su pecho.

¿Cuáles son los valores que sobresalen del Che?

La fuerza más importante del Che es su ejemplo personal.