La encuesta Mark Penn/Stagwell sacudió esta semana los ámbitos políticos, al arrojar un alto crecimiento de la candidatura presidencial del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que recibe un aliento que parecía necesitar, aunque deja dudas por haber tenido una muestra de sólo un millar de cuestionados por la insegura vía telefónica.
La investigación plantea un escenario de doble votación y ratifica a Luis Abinader, del Partido Revolucionario Dominicano (PRM) como el candidato de mayor preferencia para convertirse en el próximo presidente, dejando al expresidente Leonel Fernández con la posibilidad de negociar para inclinar la balanza.
El más estrecho resultado
La encuesta Penn, que auspicia el informativo SIN, sorprendió esta semana con los resultados más estrechos arrojados por las investigaciones de mayor credibilidad, provocando intensos debates y dejando algunas dudas porque por primera vez esa firma se vale de la vía telefónica, más vulnerable por la alta proporción de personas dependiendo actualmente de la ayuda gubernamental y con una muestra de sólo 1020 entrevistas.
Para la votación del 5 de julio, el resultado fue un virtual empate técnico entre el favorito Luis Abinader y Gonzalo Castillo del partido gobernante, con preferencias de 39 y 37%, dejando en tercer lugar, con 10%, al expresidente Leonel Fernández, candidato del nuevo partido Fuerza del Pueblo (FP), y con un alto 13% de personas que no respondieron. Tal resultado remite a una segunda votación, que se realizaría el 26 de julio, en la cual, según la misma encuesta, Abinader obtendría un 46% y Castillo 42, todavía con un alto 12% que no sabe o no responde por quién votaría.
Abinader mantiene las mayores posibilidades de crecer porque es el candidato de mejor tasa de favorabilidad en la misma encuesta entre todos los candidatos presidenciales, con una opinión favorable de 57% y desfavorable de 35 para un balance neto positivo de 22, mientras Castillo registra favorabilidad de 50 con 44% desfavorable, para un neto de sólo 6. Fernández aparece con un neto negativo de 15 puntos, 3 más que Guillermo Moreno, el cuarto candidato presidencial, del partido Al País, que aparece con 12.
En relación a la anterior encuesta de Penn, publicada en enero, resalta que Gonzalo Castillo creció 9 puntos, al pasar de 28 a 37% en las preferencias para próximo presidente, mientras Abinader cayó 4 puntos, de 43 a 39%. Las preferencias por Leonel Fernández se redujeron de 19 a 10% y las de Moreno de 3 a 1%, configurando una progresiva bipolarización.
Las otras encuestas
Una hipótesis válida es que el crecimiento de las preferencias por la candidatura oficialista de Gonzalo Castillo ha sido generado por el inesperado coronavirus. Otras dos encuestas acreditadas también dieron mayores ventajas a Abinader antes de la aparición de la pandemia. La Gallup-HOY en enero le otorgó 42% frente a 31 de Castillo y 16 de Fernández, y la Greenberg-Diario Libre en marzo lo colocó ganador en primera vuelta con 52%, dejando a los otros dos en 24 y 17%.
En los ámbitos del PRM rechazan enfáticamente el balance arrojado por la Penn, basados en sus propias investigaciones, especialmente las del Centro Económico del Cibao (CEC) en las que han mantenido una victoria en primera vuelta. La última de esta misma semana arrojó 54%, frente a 39 para Castillo y 10 para Fernández. Pero esta es ahora telefónica. Las de esa firma, dirigida por el sociólogo Leonardo Aguilera, fueron acertadas al adelantar con bastante aproximación a la victoria del PRM en las elecciones municipales de marzo en el DN, Santo Domingo Este y Oeste, La Vega, Puerto Plata, Higuey, San Pedro de Macorís y otros municipios. No le dieron ganancia en Santiago, Santo Domingo Norte o en Moca, donde efectivamente perdieron.
Otras encuestadoras, como la ASISA, ABC Marketing, Estudios e Investigaciones Profesionales Grupo de Investigación y Desarrollo Lerebours también han otorgado amplias ventajas en mayo a la candidatura perremeísta. Mientras la Mercadología de Dorín Cabrera, difundida esta semana por el Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, arrojaba una amplia ventaja para la del PLD de 46.9 a 36.7, con sólo 9.5 para FP. Pero esta encuestadora dio ganadores a los candidatos peledeístas en el DN, SDE, SDO y en otros municipios donde la oposición obtuvo más del 50% en marzo.
Las encuestas telefónicas
Las encuestas de Mark Penn son de las más acreditadas del mercado nacional y se realizan desde hace 4 décadas, con muchos más aciertos que fallos, pero siempre se habían hecho con una muestra territorial, y en persona, por segmentos económico-sociales, edad y sexo. Así fue la de enero, pero ahora por vía telefónica, que no ofrece la misma garantía, aunque en ambos casos se indica el mismo margen de error, de 3%.
La ficha técnica de ahora indica que se comprobó en el padrón electoral que el dueño del teléfono por donde se hizo la entrevista está registrado en el lugar seleccionado como muestra. Sin embargo, no puede haber la misma garantía de que quien responda sea el dueño efectivo. Pero sobre todo que las respuestas sean sinceras, por la altísima proporción de personas que por la emergencia del coronavirus están recibiendo subsidios del gobierno, cientos de miles dependientes del plan social que dirige la vicepresidenta Margarita Cedeño, a la vez candidata vicepresidencial del partido oficialista.
A diferencia de las encuestas personales, donde el entrevistador puede mostrar identificación, y vérsele la cara, por teléfono el receptor no tiene ninguna forma de saber si quien le interroga es un encuestador o agente de un partido o de una agencia gubernamental, por lo que puede optar por ocultar su preferencia. Aún antes de la emergencia sanitaria, el 8 de febrero, “El Tema de Hoy” presentó un cuadro demostrativo de que el 25% del electorado recibía pago mensual del Estado, como empleado o a través de diversos programas de subsidios. Esa proporción se ha incrementado con cientos de miles de personas favorecidas por los programas de emergencia Quédate en Casa y FASE. Eso pudo incidir en que quienes no responden pasaran de 6 a 13% en las dos encuestas Penn.
El Estado en la campaña
Pero asumiendo como objetivo, el crecimiento de 9 puntos de la candidatura presidencial del PLD, no debería ser sorprendente con todas las ventajas que le ha otorgado el “Estado en campaña”, presidido por Danilo Medina, quien proclamó en discurso público que él ganará las elecciones, aún después de no haber podido ser candidato. El estado de excepción para combatir el coronavirus le ha permitido disponer de más de 100 mil millones de pesos, para asistencia social y financiamientos, de los cuales a junio habrán gastado 57 mil millones, según informó el ministro de Hacienda.
Con recursos ilimitados, flotillas de aviones y helicópteros, así como de camiones y vehículos para desinfectar, Gonzalo Castillo ha emergido como el chapulín colorado de la pandemia. El gobierno le auspició que sustituyera al Estado en la búsqueda, hasta en China, de los primeros equipos y materiales para afrontar la pandemia, igual en el rescate de dominicanos varados en diversos países. Desinfectó y repartió alimentos, mascarillas, gas propano y otros artículos hasta en las horas del toque de queda, mostrado en videos. Sus recursos han alcanzado hasta para regalar y reparar viviendas, que aparecen en su campaña publicitaria. Su gasto en propaganda supera muchas veces la de todos los demás candidatos presidenciales juntos. Empresas asociadas y cotizantes del candidato oficialista han sido beneficiarias de una alta proporción de las Compras de Emergencia, en licitaciones cuestionadas, por velocidad y sobrevaluaciones.
Si se quiere mayor ventajismo ahí está el caso de la candidata a la Vicepresidencia que ha dispuesto ayudas para cientos de miles de personas, en una labor ejecutiva prohibida por la Constitución y las leyes del Régimen Electoral y de Función pública para los candidatos a cargos electivos. De nada han valido los reclamos de la oposición, pues no hay órgano de contención ante la irrupción del Estado en las campañas electorales.
Con tantas ventajas la candidatura de Castillo debió haber crecido más de los 9 puntos acumulados en los 4 meses de enero a mayo. Faltándole todavía 13 puntos para que pueda alcanzar la mayoría absoluta, apenas a 5 semanas de las elecciones.
Advertencias a la oposición
El crecimiento de las preferencias por la candidatura oficialista puede haber sido inflado por la desconfianza en la vía telefónica, pero nadie debe dudar que sea objetivo en mayor o menor medida. En lo inmediato tiene un doble efecto, un balón de oxígeno para los dirigentes peledeístas, muchos ausentes de la campaña, incluyendo a figuras relevantes de su Comité Político y a los que disputaron la candidatura presidencial. Mientras por el otro lado, produce desconcierto en los ámbitos opositores, tanto del PRM como de la FP.
Los opositores no deberían permitirse la tentación de la simple descalificación de una encuestadora con suficiente crédito acumulado, y más bien deberían asumir la posibilidad de que el gobierno esté sacando capital electoral de la crisis sanitaria y las necesidades económicas y sociales que ha detonado. Deberían enfatizar las demandas de equidad en la competencia electoral, de transparencia en el gasto público y de cumplimiento de las normativas constitucionales y legales.
Desde luego que eso remite a las debilidades institucionales dominicanas con órganos maniatados por la manipulación del gobierno y su partido y una opinión pública que ve como normales cualquier atropello a la competencia democrática, influida por miles de comentaristas y comunicadores pagados por nóminas y con la inmensa publicidad estatal.
El sacudimiento generado por la encuesta Penn podría tener como efecto que en el PRM baje un poco el triunfalismo y retome su apelación a la sociedad civil y comunitaria, a los dirigentes sociales, especialmente a los jóvenes que antes de la pandemia protagonizaban en las plazas públicas y las redes. El proyecto de Cumbre por la Unidad y la Recuperación Nacional se inscribe en la dirección correcta, pero requerirán mucho más en esta recta final, siempre contando con que el gobierno manipulará todo lo referente a la pandemia, sin la cual probablemente no se estaría hablando de elecciones.-