SANTO DOMINGO, República Dominicana.- A casi un año de la llegada de la covid-19, la enfermedad, que ha arrebatado la vida de 2,904 dominicanas y dominicanos, además de afectar a cerca de 900 mil personas en el país, el virus SARS-CoV-2 no es percibido por los ciudadanos como una "sentencia de muerte".
Según datos recabados por el Centro Económico del Cibao (CEC), 59.7 % de las personas consultadas dijeron es poco probable que quienes son diagnosticados con la covid-19 mueran por complicaciones relacionados al virus, mientras que la posición opuesta la mantuvo el 30.2 %, con un 10 % de los encuestados que dijo no saber.
La percepción sobre la mortalidad de la enfermedad varía según la clase social, siendo los consultados de menor ingresos (68.8 %), quienes afirman, de forma amplia en dicho renglón, que es poco probable que un paciente diagnosticado con la covid pueda perder la vida. A estos le siguen quienes se identifican como clase alta (49.2 %) y muy de cerca las personas de clase media (48.3 %).
En las diferentes zonas del país, el temor a desarrollar una situación de salud grave solo alcanza el 22 % en Santo Domingo, frente al 70.2 % que entiende que es poco probable que el paciente muera.
En la región Norte, la cifra de quienes creen que podría un paciente diagnosticado con el virus pueda morir se duplica, alcanzando el 43.8 %, mientras que el 50.5 % opina lo contrario. A este le sigue la zona del Sur del país, donde la percepción de la mortalidad vuelve a descender, llegando a 28.4 % la cantidad de personas que entienden que es probable un deceso tras ser diagnosticado con la SARS-CoV-2. Sin embargo, en esta región, el número de personas que dicen no estar seguros de que el resultado sea el deceso, aumenta a un 21.8 %.
Finalmente, en la región Este, sólo el 17.3 % de los consultados dijo que era probable que quienes se contagian de la enfermedad mueran, frente al 74.4 % que sostiene lo opuesto.
Cambios en la alimentación
Aunque la pandemia de covid-19 significó realizar enormes cambios para evitar contagios, para una parte de los dominicanos la “covidianidad” no trajo consigo cambios drásticos en sus hábitos alimenticios.
La encuesta del CEC señala que el 67.1 % de las personas consultadas aseguró que sigue comiendo lo mismo, frente a un 32.1 % de los encuestados que dijo que ha cambiado sus hábitos, aceptando comida que antes no aceptaba.
Entre las distintas clases sociales, la alimentación se mantuvo sin cambios en el 70.5 %, 73.7 % y 62.6 % de clase alta, media y baja respectivamente.
Aceptar comida que antes no aceptaba, como cambio a raíz de la covid-19, se registró en el 29 % de los encuestados de clase alta, 26.3 % de clase media y 36.1 % de clase baja.
Por zonas geográficas, la ingesta de alimentos se ha mantenido para el 66.9 % de los habitantes de Santo Domingo, 68.0 % de la región Norte, 68.7 % de la región Sur y 62.0 % Este, mientras que las modificaciones se dieron en el 32.1 %, 30.6 %, 31.3 % y 38.0 % de las regiones en el orden antes mencionado.