Se sabe que muchos animales son bisexuales. Pero lo que no teníamos tan presente es que algunos animales -y, concretamente, los peces- usan la bisexualidad como un arma de seducción.
Un estudio encontró que los peces hembra se sienten atraídos por los peces macho que coquetean con otros peces de su mismo sexo.
Las hembras suelen preferir a una pareja que ven interactuando sexualmente con otros peces. Es un fenómeno llamado apareamiento de copia (en inglés, "mate copy").
Los científicos alemanes estudiaron el comportamiento del pez tropical Poécilia mexicano, conocido como el Poécilo del Atlántico.
Y encontraron que las hembras no dejan de sentirse atraídas por los machos que se juntan con otros machos. Por el contrario, lo ven como un atributo.
Apareamiento de copia
David Bierbach, de la Universidad de Frankfurt, lideró la investigación, que es publicada en el diario científico de la Real Sociedad Británica, Biology Letters.
En el estudio, los científicos dicen que el comportamiento homosexual en el reino animal es todo un acertijo.
"El comportamiento homosexual entre los machos está presente en la mayoría de los animales, pero representa un rompecabezas darwiniano porque el apareamiento del mismo sexo debería reducir la salud reproductiva del macho", dice el estudio.
Sin embargo, muchos animales que se involucran en comportamientos homosexuales también se aparean con los individuos del sexo opuesto. Los pingüinos y los bonobos son algunos de ellos.
Los biólogos creen que este tipo de acciones podría darles ventajas genéticas, a pesar de la aparente falta de reproducción, a través de efectos colaterales.
En teoría, al juntarse con machos pueden aumentar las chances de aparearse con mujeres.
El apareamiento de copia implica que las hembras usan la información social para escoger a sus compañeros.
Los Poécilos del Atlántico "muerden" o coquetean cerca de las áreas genitales de las potenciales parejas para demostrar su disposición a aparearse.
Entre más muerdan, más demuestran su disposición y buena salud, lo que los hacen más atractivos. Como estrategia, entonces, los machos muerden tanto a hembras como a machos.
Este apareamiento de copia puede explicar por qué diferentes especies, no solo los peces, tienen relaciones homosexuales.
Arma de seducción
Estudios de este pez en particular, que se encuentra desde México hasta Guatemala, han demostrado que los animales pueden discernir los sexos basándose en las feromonas y pistas visuales, lo que refuta las teorías de que no reconocen el sexo.
Pero, si pueden diferenciar el sexo, ¿por qué escogen aparearse con congéneres?
Para entender este comportamiento los científicos trajeron al Poécilo del Atlántico al laboratorio.
Usando videos animados, el equipo testeó los criterios de las hembras para encontrar a un macho atractivo.
Mientras que las hembras encontraron al macho colorido más atractivo que su contraparte despintada, reaccionaron mejor a peces "menos atractivos" que vieron mordiendo a otros machos.
"Nos sorprendió encontrar que las interacciones homosexuales que observamos tenían la misma influencia sobre las mujeres que las interacciones heterosexuales", explicó Bierbach.
"Las implicaciones (de los que observamos) son que la actividad sexual per se es una característica que usan las mujeres para evaluar la calidad de los hombres y que nuestros resultados podrían aplicar a otras especies".
Los científicos dicen que esta podría ser una táctica usada por los machos más subordinados y pequeños -es decir, los menos atractivos- para llamar la atención de las mujeres.
"Los machos pueden aumentar su atractividad con las interacciones homosexuales, lo que de por sí aumenta la probabilidad de interacciones sexuales para el hombre, dijo Bierbach a la BBC.
"No sabemos qué tan amplio es el apareamiento de copia, pero hasta ahora ha sido reportado en muchas especies, entre ellas las moscas, los peces, los pájaros y los mamíferos, incluidos los seres humanos".