NUEVA YORK, Estados Unidos.-La República Dominicana defendió el derecho que tienen las mujeres a los servicios de Salud Sexual y Reproductiva, y apoyó en el Consejo de Seguridad las propuestas de protección y amparo para las mujeres víctimas de violencia sexual en conflictos armados.
En un debate sobre el tema, el representante dominicano en el Consejo de Seguridad, embajador José Singer, dijo que “negar el acceso a la salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas es exponerlas a tratos degradantes, crueles e inhumanos, equivalentes a más sufrimiento de las víctimas de la violencia sexual”.
Pass Blue, que es la publicación más importante que sigue la ONU, resaltó la referencia sobre la República Dominicana diciendo lo siguiente: “Fue la República Dominicana, que comparte la isla de La Española con Haití en el Caribe y es católica romana, la que más se destacó por el derecho de las mujeres y las niñas a tener acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva”.
José Singer Weisinger, el enviado especial del país en el Consejo, dijo que dicho acceso era "no negociable" y que rechazarlo es "equivalente a degradar un trato cruel e inhumano y un mayor sufrimiento".
A continuación la presentación completa del embajador José Singer
Debate Abierto: Violencia sexual en conflicto
23-4-2019
Doy las gracias al presidente por haber convocado la sesión de hoy. Y deseo aprovechar la ocasión para reconocer el liderazgo y el eminente trabajo de la Sra. Pramila Patten y de su oficina, y agradecer su ilustrativa intervención, así como la del Secretario General, la Sra. Amal Clooney, Dr. Denis Mukwegea y a la Sra. Ines Miloud y Nadia Murad, a quienes quisiera expresar mi admiración por sus luchas y convicciones profundas. Permítame recordar lo que decía el comité sueco en sus consideraciones para otorgar a esta luchadora por los derechos de la mujer el Premio Nobel de la Paz: “Nadia Murad es ella misma una víctima de crímenes de guerra. Rehusó aceptar los códigos sociales que requieren a las mujeres que callen y se avergüencen por los abusos a que han sido sometidas. Ella ha mostrado un coraje poco común al comunicar sus propios sufrimientos y hablar por otras víctimas”.
Señor presidente,
Al analizar el valioso informe del Secretario General, nos consterna constatar que aún tomando en cuenta apreciables avances en los últimos diez años, la violencia sexual se ha mantenido como un cruel flagelo, e incluso ha empeorado en varios escenarios de conflicto.
En miras al vigésimo aniversario de la resolución 1325 y al Décimo Aniversario de la creación del mandato de la Representante Especial sobre Violencia Sexual en Conflicto, se hace aún más crucial realizar mayores esfuerzos para hacer realidad las resoluciones de este Consejo de Seguridad.
La violencia sexual en el conflicto es usada para desplazar comunidades, como medio de represión, y como táctica de terrorismo. No podemos entonces tener esperanza de subsanar o eliminar conflictos si no reconocemos y enfrentamos en su justa medida el impacto y las secuelas de estos crímenes sobre la búsqueda y mantenimiento de la paz.
En concreto hay varios aspectos urgentes que merecen especial atención.
El primero es asegurar que las víctimas participen en procesos de toma de decisiones de manera que las iniciativas promovidas aborden plenamente sus preocupaciones, incluyendo en situaciones post-conflicto.
En este sentido, aplaudimos los avances de la Iniciativa de las Naciones Unidas contra la Violencia Sexual en los Conflictos, y esperamos que se pueda ampliar la cantidad de proyectos en proceso de implementación.
En segundo lugar, debemos insistir en todas las medidas posibles para poner fin a la impunidad por los delitos de violencia sexual, pues esta impunidad además genera espacio para nuevas violaciones.
Debemos por tanto apoyar todas las reformas que aumenten la eficacia de los sistemas de justicia, como las reformas de los marcos jurídicos para que tomen en cuenta estos delitos, garantizando siempre que las sobrevivientes y testigos sean protegidos.
Sólo así crearemos las condiciones para que las víctimas sean escuchadas y reciban apoyo sin ser estigmatizadas.
En tercer lugar, es primordial incorporar la violencia sexual entre los criterios para imponer sanciones y que seriamente se condene a los perpetradores de violencia sexual listados en el anexo del informe del Secretario General en esta materia.
Es vital así que se confiera con expertos en género a los Comités de Sanciones y que la Representante Especial sobre Violencia Sexual en Conflicto informe constantemente a los mismos.
Consideramos indispensable que en el Consejo de Seguridad realice misiones a escenarios de conflicto, concentrándose especialmente en conocer de primera mano las preocupaciones de las víctimas de violencia sexual.
De igual manera, el Grupo Informal de Expertos sobre Mujeres, Paz y Seguridad es una plataforma de inmenso valor para monitorear el cumplimiento de las partes estatales y no estatales del conflicto.
Cuarto, es prioritario que las víctimas de violencia sexual tengan acceso a los servicios de atención a la salud, incluidos servicios de salud sexual y reproductiva, cuando sabemos que las mujeres y las niñas en conflicto se encuentran en mayor riesgo de embarazos no deseados, mortalidad materna, heridas sexuales y reproductivas severas y a contraer infecciones de transmisión sexual.
Para el gobierno del presidente Danilo Medina, los esfuerzos para poner fin a la violencia de género, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, no solo implica acceso a servicios clínicos sino también la protección frente al matrimonio forzoso y temprano de niños y niñas y todos los demás prejuicios resultantes de los rezagos de la mentalidad patriarcal. Hablamos de componentes primordiales de nuestra agenda sociopolítica.
Negar el acceso a la salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas es exponerlas a tratos degradantes, crueles e inhumanos, equivalentes a más sufrimiento de las víctimas de la violencia sexual.
Insisto, con la venia de todos ustedes, para nuestro gobierno y el presidente Medina, son cuestiones de principios innegociables, no importan las consecuencias políticas en términos de críticas o desavenencia de sectores tradicionales. Porque, para nosotros, el tema de género es y será una cuestión de primer orden: sencillamente, la adecuación de la República Dominicana a las corrientes modernas de acción y pensamiento en lo referente a la mujer, sus derechos y el respeto que desde hace tiempo le ha faltado.
Por último, celebramos que la Representante Especial esté trabajando de manera coordinada con las demás instancias de las Naciones Unidas en este sentido y acogemos con beneplácito la recomendación del Secretario General de reforzar la colaboración de las organizaciones regionales y subregionales con las Naciones Unidas en este tema.
Quiero destacar aquí las metas trazadas por la Iniciativa Spotlight como ejemplo de una alianza estratégica que creemos fomentará la paz y seguridad para las mujeres, y que esperamos haga aportes importantes hacia la prevención.
Señoras y señores,
Enfrentar un problema de esta envergadura requiere el esfuerzo de todos.
Por ende apelamos a que todos los Estados Miembros a asumir plenamente sus compromisos con la normativa internacional de derechos humanos y el derecho humanitario internacional.
Reconocemos la invaluable labor de la sociedad civil, las organizaciones de jóvenes y los defensores de los derechos de las mujeres y apelamos que continúen acompañando y liderando esta lucha crucial para el futuro de la humanidad.
Muchas gracias