Especial del Sistema de las Naciones Unidas en República Dominicana para Acento

Santo Domingo. – “En el 2030, quiero ver calles bonitas en mi barrio y que haya mucho empleo”, contó Rafi, quien vive en “El Progreso”, un habitante de los Alcarrizos, comunidad visitada por un equipo de Naciones Unidas en octubre de 2016 para entrevistar a distintas personas sobre sus expectativas para la República Dominicana en 14 años.

Para los residentes de esa comunidad, el 2030 no era un año particularmente significativo. No lo relacionaban con el año para el que debe haberse cumplido la llamada Agenda 2030, una cartera de 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) con 169 metas y más de 200 indicadores que buscan dar respuesta a las problemáticas que más afectan al mundo, y que fue adoptada en el 2015 por 193 países, incluyendo la República Dominicana.

Los  entrevistados no conocían la Agenda, ni la propuesta de los ODS. Sin embargo, las aspiraciones que contaron que tenían para su comunidad y su país en el 2030 sí formaban parte de esta guía para el desarrollo. “Que el barrio progrese, como dice su nombre, que haya más escuelas y más calles, y que tengamos todo lo que nos falta”, respondió Nancy, otra residente del “Progreso”. Sin saberlo, Nancy contaba con que el país cumpliese con el ODS 4 sobre educación y el ODS 11 sobre ciudades sostenibles.

“Una comunidad en pleno desarrollo, con democracia y pulcritud”, declaró Miguel Ángel, también habitante de la comunidad, deseando un país donde las metas del ODS 16—sobre paz, justicia e instituciones sólidas—sean cumplidas.

No es coincidencia que los objetivos que se plantean en la Agenda sean tan cercanos a la realidad y las aspiraciones de la ciudadanía. En la base de su formación estuvo entablar una conversación global sobre el mundo que querían las personas mediante consultas, encuestas, plataformas digitales y visitas al terreno que fueron realizadas desde el 2012.

Fue una prioridad para Ban Ki-Moon, secretario general de las Naciones Unidas hasta el 2016, y quien lideró la conformación de la entonces llamada Agenda Post-2015. “Quiero que este sea el proceso de desarrollo más inclusivo que el mundo haya visto. El desarrollo, después de todo, es sobre la gente; sus ambiciones y aspiraciones deben definir nuestras metas y políticas.”

República Dominicana tuvo una voz importante en esta conversación. 220,000 dominicanos y dominicanas votaron por sus prioridades en la Encuesta Mi Mundo, una de las plataformas en la que las personas podían elegir cuáles eran sus prioridades de desarrollo, que se verían reflejadas en la Agenda 2030.

En estas jornadas, más de 200 voluntarios y voluntarias en todo el país llevaron encuestas a comunidades en 30 provincias, trabajando para garantizar que los y las habitantes de cada casa en estos barrios, contribuyeran votando por sus prioridades. “El trabajo que hacemos es importante porque hay que saber lo que el pueblo necesita”, dijo una de las voluntarias que ayudó a desarrollar la encuesta en el municipio de Moca durante el último día de su jornada. 

En el país, se organizaron además consultas sectoriales con personas con discapacidad, personas envejecientes, personas que trabajan en la acción humanitaria, personas LGBT, entre otros grupos. En estas, se recogió una visión cualitativa de lo que estas poblaciones consideraban imprescindible incluir en la agenda de desarrollo.

El resultado de estas consultas participativas fue la Agenda 2030, una guía por y para la gente, que requiere de todos y todas para lograrla. Su implementación exitosa demanda que se conozca de su existencia, y que se conozca y promueva el trabajo que se realiza en el país en torno a los ODS.

En especial ahora, que los pueblos se unen por los derechos las mujeres, por los derechos de las personas migrantes, por tener instituciones sólidas, por contar con una educación accesible y de calidad, la Agenda 2030 se hace cada vez más relevante.

Por lo que hoy iniciaron “Voces por el desarrollo sostenible”, una serie de especiales de Naciones Unidas para Acento, que busca seguir reinventando la conversación sobre el desarrollo, poniendo en primera plana las historias y perspectivas de personas que en cada comunidad trabajan para lograr los ODS. Desde hoy, inicia un proyecto que seguirá muy de cerca la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible que, para lograrse, necesitará de las voces de todas las personas.