SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Después del terremoto en Haití, en el 2010, la tasa de embarazo en los campamentos era tres veces superior a la tasa urbana promedio antes de la crisis, con aproximadamente un 66 % de embarazos no deseados o no planificados, según datos suministrados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en República Dominicana, que presentó hoy el informe Estado de la Población Mundial 2015: Refugio en la tormenta.

El documento, el cual se trata de una agenda transformadora para las mujeres y las niñas en un mundo proclive a las crisis, su publicación emblema a nivel global desde 1987, establece además que las niñas, sobre todo las no acompañadas, entablaron relaciones con hombres expresamente para garantizar su seguridad económica y el índice de violaciones aumentó de forma notable.

El documento es dedicado cada año a temas de impacto mundial y en él se plasma la evolución de los principales indicadores demográficos y de seguimiento a los objetivos de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD).

“Este Estado 2015 es un llamado a favor de las principales víctimas de las emergencias humanitarias en el mundo: Niñas, adolescentes y mujeres, quienes pagan un precio desproporcionado en ese tipo de circunstancias”, destacó la representante auxiliar de UNFPA en República Dominicana, Sonia Vásquez.

La funcionaria apuntó que veintiséis millones de mujeres y adolescentes entre 15 y 49 años están en desventaja y expuestas a riesgos de violencia, abusos, explotación sexual, embarazos no deseados, partos inseguros, infecciones de transmisión sexual y VIH, y muchas veces, a ser convertidas en botín, arma de guerra o morir por falta de prevención, protección y atención en contextos de emergencias y desastres.

Vásquez explicó que unos 200 millones de personas son afectadas anualmente por emergencias y desastres naturales y 100 millones necesitan ayuda humanitaria, el mayor número desde la II Guerra Mundial.

Señaló que la República Dominicana, ubicada en la ruta de los huracanes del Atlántico y como territorio insular, fue uno de los países más afectados por eventos climáticos extremos, durante el período 1994–2013, ocupando el octavo lugar del mundo en el Índice de Riesgo Climático Global (IRC) a largo plazo. Además, ha sido duramente impactada por las emergencias y desastres que ocurren del otro lado de la frontera: en el vecino Haití, que ocupa el tercer lugar entre los 10 países catalogados como de mayor afectación por riesgos climatológicos.

“La situación del cambio climático es una amenaza constante para la población dominicana, sobre todo para los y las más pobres, con la ocurrencia regular de lluvias prolongadas, tormentas, huracanes y sequías. Además de otros fenómenos silenciosos como la subida del nivel del mar y la degradación progresiva del medio ambiente. Como dijera el presidente de la República, Danilo Medina, en su discurso reciente en la Cumbre del Clima COP2, en París, el cambio climático es un desafío para la supervivencia en el país”, aseveró.

Vásquez ponderó el hecho de que los hombres y mujeres que integran el Comité Técnico de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) son sensibles a la situación y que el país cuenta con una “Guía de atención en Salud Sexual y Reproductiva en situaciones de emergencias, contingencias y desastres”, publicada por el Ministerio de Salud Pública, bajo el liderazgo de la Dirección Materno Infantil y Adolescente (DIGEMIA) y su titular, doctora Lilliam Fondeur, con el acompañamiento de UNFPA.

“Hay que continuar trabajando en la prevención y desarrollar estrategias para la respuesta, que incluyan prever atención obstétrica y neonatal de urgencia, sistema de remisión de urgencias obstétricas, suministros para partos higiénicos y sin riesgos, anticoncepción, preservativos, antirretrovirales y atención clínica para supervivientes de violaciones, a fin de reducir la transmisión del VIH, prevenir la mortalidad materna e infantil y prevenir y gestionar las consecuencias de la violencia sexual. Ya sabemos que la falta de iluminación en los albergues, el baño retirado o mantener juntos a hombres y mujeres, puede dar lugar a acosos y violaciones sexuales”, detalló.

Indicó que también hay que trabajar en la disponibilidad de data municipal y provincial, porque ante un desastre se deben tener las cifras y características sociodemográficas de la población afectada.

“La idea es no limitarnos a reaccionar a los desastres y conflictos cuando se desatan, hay que apostar a la prevención, la preparación y el empoderamiento de las personas y comunidades para afrontar las crisis y recuperarse de ellas”, manifestó la funcionaria.