París, Francia- El delegado permanente de la República Dominicana ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Andrés L. Mateo, dijo hoy que el país debe iniciar con seguridad su programa de recuperación de la educación.
“Hay que abrir las escuelas en la República Dominicana siguiendo los protocolos más exitosos, como el francés, creando todas las condiciones para que el sector público del sistema educativo dominicano no quede a la zaga del sector privado”, sustentó
Plantea seguir protocolo de organismos internacionales
El embajador Mateo dijo que, “organismos internacionales como la UNESCO han señalado que el primer imperativo en este momento es reabrir los centros educativos en condiciones de seguridad e inclusión. Aquí en la UNESCO hay mucha conciencia de lo que significa la apertura de las escuelas en el mundo”, destacó el representante dominicano ante el organismo multilateral.
Resaltó que esa acción representa un peldaño inevitable para ir adecuando la enseñanza y el aprendizaje a los desafíos mundiales de nuestro tiempo y la nueva normalidad.
A seguidas agregó que, “la pandemia ha desnudado las desigualdades sacando a la luz el poder de la educación en la edificación de la justicia social”.
Expresó que “el Covid-19 ha desarticulado toda la vida de relación social conocida. No hay una actividad humana que no se haya resentido, y nunca el futuro se había dibujado tan complejo e incierto”.
“Por la naturaleza misma de la enseñanza, la pandemia hizo estrago en el sistema educativo mundial. En un momento culminante de su despliegue, abril del 2020, había unos mil cuatrocientos millones de estudiantes fuera de las aulas”, rememoró el también escritor.
Recordó que recientemente el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estableció que cerca del 60 por ciento de los niños que a nivel mundial perdieron un año escolar completo están en América Latina y el Caribe, una evidencia espantosa de la desarticulación del sistema mundial de educación, y de la desigualdad del impacto.
“Ningún sistema educativo estaba preparado para reaccionar de inmediato, y el camino fue lento, tortuoso y creativo”, dijo el delegado permanente del país ante el órgano de las Naciones Unidas.
La vuelta al nuevo concepto de normalidad
Asimismo, el embajador Andrés L. Mateo afirmó que “las condiciones han cambiado, pues actualmente conocemos mucho más sobre el virus, hay un proceso de vacunación en marcha a nivel mundial, los procedimientos clínicos y las vacunas han disminuido considerablemente la mortalidad, y la vuelta al nuevo concepto de normalidad será más rápido y aprovechable para los países que logren más temprano la recuperación del sistema educativo”.
Se refirió a que, “en la UNESCO hemos seguido paso a paso, incluso con una minuciosidad estadística, todo lo relativo a la evolución de la pandemia y su impacto en la educación, y liderando las propuestas de recuperación”.
Añadió que, “por eso, en la Declaración de la Reunión mundial sobre la educación que celebramos en octubre del 2020 se proclama: ‘Reabrir las instituciones educativas en condiciones de seguridad sobre la base de pruebas científicas y teniendo en cuenta los contextos locales, y asegurar que los planes de reapertura estén orientados a la equidad, teniendo en cuenta que las cuestiones de género sean inclusivas y tengan objetivos específicos’”.
Observó que desde la UNESCO se habla de que los planes de apertura estén orientados con equidad, que significa la protección de los más vulnerables, reforzar y restablecer la regularización de los servicios escolares como la comida, el agua, etc.
Expresó que hay que conceder la prioridad a la salud y a la seguridad de estudiantes y maestros, pero hay que asumir la apertura de las escuelas como un peldaño inevitable para ir adecuando la enseñanza y el aprendizaje a los desafíos mundiales de nuestro tiempo, y la nueva normalidad.