Ilha Grande es un popular destino turístico, pero por un siglo estuvo cerrada a los visitantes, siendo albergue primero para los enfermos de lepra y después en una prisión de alta seguridad que fue cerrada en 1994.
Julio llegó a la isla en 1958, cuando tenía 27 años.
El no habla de sus crímenes más allá de su arrepentimiento tras haber sido declarado culpable de varios asesinatos.
Todos sus compañeros de prisión murieron y él es el único que permanece en la isla.
Esta es su historia, contada desde las ruinas de la prisión.
Video producido por el periodista Gibby Zobel. Agradecimientos al Ecomuseu, de Ilha Grande.