Río de Janeiro, 27 jul (EFE).- El papa Francisco dijo hoy que hace falta una Iglesia que se dé cuenta de las razones por las que muchas personas se alejan de ella y que lo reconozca con valentía, una Iglesia que sepa escuchar y que se ponga en camino con la gente.

Francisco hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a los obispos brasileños, ante los que afirmó que la Iglesia no puede alejarse de la sencillez y la simplicidad y no debe ceder al miedo, el desencanto, el desánimo, a las lamentaciones.

El papa Bergoglio señaló que tal vez la Iglesia se ha mostrado demasiado lejana de las necesidades de los hombres, "demasiado pobre para responder a sus inquietudes, demasiado fría, prisionera de su propio lenguaje rígido" y que ello ha propiciado el abandono de muchos.

También dijo que tal vez el mundo ha convertido a la Iglesia en "una reliquia del pasado, insuficiente para las nuevas cuestiones" y que "quizás la Iglesia tenía respuestas para la infancia del hombre, pero no para su edad adulta".

"El hecho es que actualmente hay muchos casos, no sólo los que buscan respuestas en los nuevos y difusos grupos religiosos (en referencia velada a las sectas), sino también aquellos que parecen vivir ya sin Dios, tanto en la teoría como en la práctica", manifestó.

Ante esa situación, se preguntó qué hay que hacer para llegar de nuevo a los hombres.

"Hace falta una Iglesia que no tenga miedo a entrar en su noche, que sepa dialogar con aquellos discípulos que huyendo de ella, vagan sin una meta, solos, con su propio desencanto, con la decepción de un cristianismo considerado ya estéril, infecundo, impotente para generar sentido", afirmó.

El pontífice añadió que hace falta una Iglesia capaz de acompañar, "de ir más allá del mero escuchar, una Iglesia que pueda descifrar esa noche que entraña la fuga de tantos hermanos y hermanas, que se dé cuenta de que las razones por las que hay quien se aleja contienen ya en sí mismas también los motivos para un posible retorno, pero es necesario saber leer el todo con valentía".

"Quisiera que hoy nos preguntáramos todos: ¿Somos aún una Iglesia capaz de inflamar el corazón?.

El papa Bergoglio añadió que muchos se han ido "porque se les ha prometido algo más alto, algo más fuerte, algo más veloz".

Francisco subrayó que la Iglesia ha de recordar siempre que no puede alejarse de la sencillez, ya que de lo contrario olvida el lenguaje del misterio y no sólo se queda fuera sino que ni siquiera consigue entrar en aquellos que buscan a Dios.

"A veces perdemos a quienes no nos entienden porque hemos olvidado la sencillez. Sin la gramática de la simplicidad, la Iglesia se ve privada de las condiciones que hacen posible 'pescar' a Dios en las aguas profundas de su misterio", aseguró.

Francisco critico la globalización "implacable" y dijo que aunque tiene cosas positivas, muchos olvidan el "lado oscuro".

En el lado oscuro señaló "la confusión del sentido de la vida, la desintegración personal, la pérdida de la experiencia de pertenecer a un cualquier 'nido', la violencia sutil pero implacable, la ruptura interior y las fracturas en las familias, la soledad y el abandono".

También incluyó "las divisiones y la incapacidad de amar, de perdonar, de comprender, el veneno interior que hace de la vida un infierno, la necesidad de ternura por sentirse tan inadecuados e infelices, los intentos fallidos de encontrar respuestas en la droga, el alcohol, el sexo, convertidos en otras tantas prisiones".

Respecto a los desafíos de la Iglesia en Brasil, destacó la necesidad de dar prioridad a la formación de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, una mayor colegialidad de la conferencia episcopal, estar en estado permanente de misión y un mayor papel de la mujer en la Iglesia.

Reivindicó el derecho a anunciar el Evangelio con libertad y defendió la amazonía.

"La Iglesia está presente en la Amazonía desde el principio con misioneros, congregaciones religiosas, y todavía hoy está presente y es determinante para el futuro de la zona", afirmó. EFE