Ciudad del Vaticano, 15 jun.- El papa Francisco criticó hoy "un modelo de vida económica y social caracterizado por tantas desigualdades y egoísmos" y "que a menudo no duda en explotar a las personas y los recursos".

Así lo aseveró en un mensaje al foro de GLOBSEC, con sede en Bratislava, una organización considerada entre las más importantes en Europa Central y Oriental en el área de seguridad y política exterior, y en el que realizó un llamamiento "no sólo a reconstruir lo que había, sino a corregir lo que ya no funcionaba antes de la llegada del coronavirus y que ha contribuido a agravar la crisis".

"El que quiere levantarse de una caída debe confrontarse con las circunstancias de su derrumbe y reconocer los elementos de responsabilidad", dijo.

El discurso de Francisco se basó en los verbos ver, juzgar y actuar, y comenzó afirmando: "Veo, pues, un mundo que se ha dejado engañar por una ilusoria sensación de seguridad basada en el afán de lucro".

"Veo un modelo de vida económica y social caracterizado por tantas desigualdades y egoísmos, en el que una exigua minoría de la población mundial posee la mayoría de los bienes, y que a menudo no duda en explotar a las personas y los recursos", añadió.

Y continuó: "veo un estilo de vida que no presta el suficiente cuidado al medio ambiente. Nos hemos acostumbrado a consumir y destruir sin reparos lo que pertenece a todos y debe custodiarse con respeto, creando una 'deuda ecológica' que pesa sobre todo en los pobres y en las generaciones futuras".

Sobre el juzgar, llamó a aprovechar "este momento para dar pasos adelante".

"La crisis que ha afectado a todos nos recuerda que nadie se salva solo. La crisis abre el camino a un futuro que reconozca la verdadera igualdad de todo ser humano: no una igualdad abstracta, sino concreta que ofrezca a las personas y a los pueblos oportunidades reales y equitativas de desarrollo", agregó.

También instó a actuar porque quien no lo hace "desperdicia las oportunidades que ofrece la crisis".

"Actuar, frente a la injusticia social y la marginación, requiere un modelo de desarrollo que ponga en el centro a cada hombre y a todo el hombre como pilar fundamental a respetar y proteger, adoptando una metodología que incluya la ética de la solidaridad y la caridad política'", dijo.

Y pidió "decisiones que conviertan la muerte en vida, las armas en alimento" y que se emprenda "una conversión ecológica". EFE