La historia de la diseñadora, educadora y escritora Ermelinda Peña, titulada El niño libertador, nos muestra al patricio dominicano Juan Pablo Duarte y Diez como la persona que fue desde muy joven: un visionario, soñador, valiente y esforzado.

La autora lo presenta como “Pablito” y usando su imaginación y creatividad, introduce a sus compañeros de lucha independentista desde el principio, como los personajes Francisco y Mellita.

Sin embargo, es fiel al protagonista y la trama que en la vida real se desarrolló,  tratando detalles como sus intereses y amor por el estudio: “le gustaba leer, recitar poesía, tocar la flauta y la guitarra”, así como “aprender de contabilidad  e idiomas como el francés, inglés, alemán y portugués”.

De igual forma, habla de la creación de La Trinitaria y La Filantrópica como instituciones forjadoras del movimiento de la Independencia, así como los sacrificios, incluido el exilio, que nuestro padre fundador tuvo que vivir.

A su vez, involucra un aspecto muchas veces olvidado en la Historia, el aporte de las mujeres febreristas, presentando el espíritu patriótico que desde muy jóvenes estas mujeres evidentemente forjaron: “las niñas no se quedaron atrás, pues a viva voz dijeron: ¡Nosotras apoyamos la independencia!”

Y así de una forma cercana  y llana para los jóvenes lectores, Ermelinda Peña nos cuenta con altura y respeto, la vida y hazañas de Duarte, motivando a cultivar los valores que han sido pilares de nuestra nacionalidad, como el amor, la nobleza, el estudio y el trabajo.