WASHINGTON, EEUU.- La Junta de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional dio el lunes luz verde a un préstamo por 650 mil millones dólares para que los países más vulnerables hagan frente  a las secuelas que ha dejado la COVID-19.

"Esta es una decisión histórica. La mayor asignación de DEG (Derechos especiales de giro) en la historia del FMI y una inyección en el brazo para la economía mundial en momentos de una crisis sin precedentes. Ayudará particularmente a nuestros países más vulnerables que luchan por hacer frente al impacto de la crisis de COVID-19”, dijo en un comunicado Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El organismo rector del Fondo Monetario Internacional aprobó una expansión de $ 650 mil millones en los recursos de la agencia para apoyar a los países económicamente vulnerables que luchan contra la pandemia de coronavirus y la recesión económica que ha causado.

La institución crediticia de 190 naciones dijo que la asignación general de DEG entrará en vigencia el 23 de agosto y se acreditarán a los países miembros del FMI en proporción a sus cuotas existentes con la agencia. Aproximadamente 275 mil millones de dólares de la nueva asignación se destinarán a los países más pobres del mundo.

También se evalúan formas en que los países más ricos podrían canalizar voluntariamente los DEG a los países más pobres.

El gran impulso de los recursos del FMI había sido rechazado por la administración de Donald Trump, pero una vez que fue reemplazado por el presidente Joe Biden su secretaria del Tesoro, Janet Yellen, apoyó la propuesta.

La pandemia aumentó el saldo comercial, pero el FMI prevé que baje

La pandemia de COVID-19 aumentó el saldo comercial mundial, es decir, la suma de los superávits y déficits comerciales de todos los países, pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que este recupere la tendencia a la baja en los próximos años.

En un informe sobre el sector exterior publicado este lunes, el Fondo explicó que, según sus cálculos, este indicador de la actividad comercial global pasó del 2,8 % del producto interior bruto (PIB) mundial en 2019 al 3,2 % en 2020.

Esto significa que el año pasado, en líneas generales, los países registraron más y mayores superávits (vendieron más productos y servicios al exterior de los que importaron) y menos y menores déficits, aunque no todos los países siguieron necesariamente esta tendencia.

Así, por ejemplo, economías que ya tradicionalmente venían acumulando déficits en la balanza comercial como Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Canadá volvieron a cerrar el ejercicio con números negativos, mientras que naciones como Alemania, Países Bajos, México, Polonia y Rusia cerraron con grandes superávits.

En los años previos al estallido de la pandemia, la tendencia venía siendo de un progresivo acercamiento al cero, es decir, se registraban más y mayores superávits en el cómputo total, pero estos eran cada vez más bajos.

Según las estimaciones del FMI, esa tendencia se habría mantenido en 2020 de no ser por el coronavirus, y el organismo internacional espera que una vez se regrese a la normalidad con la pandemia ya bajo control, el saldo comercial mundial vuelva a bajar cada año de forma gradual hasta situarse en el 2,5 % del PIB mundial en 2026.

Eso significa que, de acuerdo con los pronósticos del Fondo, entre 2022 y 2026 los países con superávits comerciales pasarán, de media, a importar más o exportar menos, mientras que los países con déficits pasarán, también de media, a importar menos o exportar más.

Cabe mencionar que esta métrica de la balanza comercial se limita a las transacciones de bienes y servicios, sin incluir las operaciones financieras, que se calculan usando otro indicador.

El informe identificó cuatro razones fundamentales que explican el cambio de tendencia en 2020: la reducción del turismo -que afectó duramente a la economía de países como España y Turquía-, la caída de la demanda de petróleo en los primeros meses de la pandemia, el aumento del comercio de productos médicos y el cambio de hábitos en el consumo de los hogares (que pasó de servicios a bienes duraderos). Con informaciones de EFE de otros servicios de Acento