SANTIAGO DE CHILE.- El chileno Luis Sepúlveda, habitante de diez países donde vivió en su incansable deambular, murió hoy en España asesinado por la COVID-19.
Fue escritor, cineasta, ambientalista, estuvo preso durante la dictadura militar de Augusto Pinochet y vivió en una decena de países, pero la experiencia que más le marcó fue su estadía en el Amazonas del Ecuador con los indígenas shuar, de la que nació su gran obra: "Un viejo que leía novelas de amor".
Nacido el 4 de octubre de 1949 en la ciudad de Ovalle, 400 kilómetros al norte de la capital chilena, y fallecido este jueves en Oviedo (norte de España) por coronavirus, Sepúlveda estuvo desde joven fascinado por las artes y la política y solía decir que le habían concebido "rojo, profundamente rojo".
Hijo de un militante comunista y de una enfermera mapuche, el autor se crió en Santiago y estudió en el emblemático y combativo Instituto Nacional, bastión de la educación pública chilena y por cuyas aulas han pasado numerosos presidentes, ministros, intelectuales, empresarios, artistas y escritores.
Allí comenzó a escribir inspirado por una profesora de Historia y a los 17 años publicó su primer poemario. Tras superar la secundaria, ingresó en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile y se graduó como director.
ADMIRADOR DE ALLENDE Y VIAJERO INCANSABLE
Su militancia política inició bien joven cuando se afilió a "La Jota", nombre popular con el que se conoce a las Juventudes Comunistas de Chile (JJ.CC.) y, tras ser expulsado en 1968, militó en una escisión del Partido Socialista.
Profundo admirador del expresidente socialista Salvador Allende, Sepúlveda fue detenido por el régimen de Augusto Pinochet tras el golpe de Estado de septiembre de 1973.
Tras ser liberado, comprendió que debía rehacer su vida lejos de Chile y en 1977 abandonó el país rumbo a Buenos Aires. Pasó por Uruguay, Brasil, Paraguay y Perú, y en Ecuador conoció a los shuar, un pueblo indígena que vive en la selva amazónica.
Su convivencia con los shuar le inspiró "Un viejo que leía novelas de amor" (1988), que tuvo un rotundo éxito internacional, con más de 18 millones de ejemplares vendidos, y fue traducida a más de 60 idiomas.
La novela, que se alzó con el Premio Tigre Juan un año después de su publicación, narra la historia de Antonio José Bolívar Proaño, un indígena shuar que decide enfrentarse a la vejez y pasar las solitarias noches amazónicas leyendo las novelas de amor que dos veces al año le lleva un dentista.
ALEMANIA, GREENPEACE Y ASTURIAS
Tras su paso por la selva, viajó a Nicaragua para participar en la Revolución Sandinista que en 1979 derrocó al exdictador Anastasio Somoza. Luego se trasladó a Hamburgo, Alemania, donde vivió más de 15 años y se graduó en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Heidelberg.
En Alemania fue también donde se empezó a interesar por el ecologismo hasta el punto de que trabajó varios años para la ONG Greenpeace y se embarcó en una de sus naves para luchar contra la caza de ballenas.
A mediados de la década de 1990, se instaló en Asturias (norte de España), donde vivió juntos a su mujer, la poeta Carmen Yáñez, y donde falleció este jueves a los 70 años por coronavirus en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) de Oviedo, donde ingresó a finales de febrero con síntomas de neumonía.
Su caso fue el primero de Asturias y los primeros síntomas aparecieron a su regreso de Portugal, donde participó en el Festival Correntes d’Escritas a finales de febrero.
Pese a estar a más de 14.000 kilómetros de distancia, desde Asturias siguió muy cerca la ola de protestas sociales contra la desigualdad que estallaron en Chile el pasado octubre y en una de sus últimas columnas tildó al presidente Sebastián Piñera de "fantoche inepto y de reconocido prontuario delictual".
El autor, que cosechó más éxito en el extranjero que en Chile, donde solo se alzó con el Premio Gabriela Mistral de Poesía en 1976, publicó otras obras a lo largo de su carrera como "Mundo del fin del mundo", "Nombre de torero", "Patagonia Express", "Desencuentros", "Diario de un killer sentimental" o "Historia de un perro llamado Leal".
No llegó a vivir formalmente en Italia, pero casi. por lo que el mundo de la literatura y la política de I ese país lamenta su fallecimiento y destaca de él que fue un genio "comprometido políticamente contra las dictaduras".
"Nos deja un gran escritor y un hombre políticamente comprometido contra las dictaduras: la muerte de Luis Sepúlveda es una herida para la literatura a nivel mundial", ha declarado el partido gubernamental Movimiento 5 Estrellas (M5S) en una nota.
También el secretario nacional del Partido Demócrata (PD), Nicola Zingaretti, ha lamentado que "la bestia del coronavirus" haya acabado con la vida del autor de "Un viejo que leía novelas de amor" y ha destacado que el mundo seguirá recordando "sus libros, sus palabras y sus emociones".
Para el senador y expresidente de esta cámara Pietro Grasso, Sepúlveda fue "un gran escritor y un gran hombre", que contó al mundo valores "fundamentales como la libertad, la igualdad, el compromiso" con sus historias y su incansable compromiso civil.
La casa editorial Guanda ha destacado la colaboración estrecha con el autor chileno durante más de treinta años y ha elogiado "su trabajo como narrador, que ha conquistado a millones de lectores y tuvo siempre un carácter muy innovador".
"Respetuoso siempre con la tradición del boom latinoamericano, dio forma su propio estilo inconfundible, el estilo de una nueva generación", ha apuntado el presidente de la editorial, Luigi Brioschi, en una nota.
El director del Salón del Libro de Turín, uno de los eventos literarios más prestigiosos del país, Nicola Lagioia, calificó a Sepúlveda "como de la familia" y recordó sus múltiples visitas a esta feria del norte del país, la última en 2019.
La muerte de Sepúlveda encabeza las portadas de los principales diarios italianos en su versión electrónica y es el primer trending topic en Twitter.
El escritor, guionista y director de cine chileno falleció este jueves a los 70 años en un hospital de Oviedo (norte de España) donde permanecía ingresado en estado grave desde el 29 de febrero por una neumonía asociada al coronavirus, informó a Efe un portavoz de la familia. EFE