12 enero 2015 Última actualización: 01:55 GMT
Este 12 de enero se cumplen cinco años de la tragedia que dejó 250.000 muertos y 1,5 millones de personas desplazadas. Riccardo Venturi viajó hasta Haití para documentar la vida de las personas después de aquel hecho.
El 12 de enero de 2010, Haití sufrió un terremoto de magnitud 7. Se estima que murieron más de 250.000 personas y 1,5 millones fueron desplazadas. Han pasado cinco años y más de 85.500 viven en campamentos. Los niños son especialmente vulnerables al crecer sin acceso a servicios básicos como agua corriente, sanitarios, salud y educación. El fotógrafo Riccardo Venturi viajó al país con la ONG Save the Children para documentar sus vidas.
Marie Darline tiene 15 años y vive en un campamento con otros desplazados por el terremoto. "Llevo cuatro años en este campamento. No me gusta, pero es lo que tenemos", cuenta. "No me siento segura porque la gente no se respeta. Una vez mataron a un policía, le dispararon y huyeron en moto. Tenemos comisaría pero no agentes", explica. "No podemos salir tarde, tenemos miedo porque hay jóvenes en las calles que nos capturarían".
Elinaud, de 28 años, vive en la comuna Dessalines con sus padres. Es uno de los cienos de miles de haitianos contagiados con cólera en un brote que se extendió por el país. "No estoy seguro de cómo me contagié pero como trabajo en el campo y no hay letrinas, puede haber sido eso", explica. "Sentí como si tuviera fuego en el estómago y temí que iba a morir. Fui a un centro en Marchand de Dessalines para que me trataran y me dieran un kit contra el cólera de Save the Children. Ahora sé cómo prevenirlo, sé que tengo que lavarme las manos antes de ir al baño y después", cuenta. "Ayudo a mi familia trabajando en el campo. Tengo hermanos y hermanas, somos once, nueve viven aquí conmigo".
Edrine tiene 14 años y vive con su familia. Son seis. Llegaron al campamento un día después del terremoto.
"Vivíamos en una casa pero fue destruida. No estamos cómodos, cuando llueve entra mucha agua. Nos gustaría tener picos y palas para poder hacer canales para el agua".
Katiana, de 13 años, teme por su seguridad en el campamento pero agrega que también le preocupa la falta de atención médica. "Las luces de la calle están rotas así que no estás segura. Pero el mayor problema es sanitario. No hay centro médico".
Shesnerline Woodeline, de 15 años, cree que la falta de centro médico es una prioridad. "Y después haría una plaza para que los niños pudieran jugar. También una comisaría de policía más segura porque la que hay está toda rota", afirma. "Quiero ser diplomática porque me interesa la política y quiero hablar y compartir ideas. Quiero representar a mi país".
"Me llamo Betchina, tengo 13 años. Estoy en sexto grado. Me fue bien en los exámenes de hoy. Cuando termine la escuela quiero ser enfermera porque quiero ayudar a la gente. Cuando pasó el terremoto, me estaba bañando con mi hermano. En pleno temblor salí corriendo. Un bloque de hormigón me cayó en la rodilla y nuestra casa quedó completamente destruida. Me hice daño en la rodilla y estuve en el hospital un tiempo. Me cosieron la rodilla y entraba y salía del hospital. Antes del terremoto yo podía caminar y después ya no".