El debate sobre la educación está ocurriendo, y no como parte de una estrategia preestablecida, sino como algo normal y casual, entre intelectuales y gente del sector educativo. Miguel D. Mena, escritor residente en Berlín, sostiene que no sabe qué haría el Ministerio de Educación con los fondos del 4% del PIB.

De su lado, Rafael Toribio, ex rector de INTEC, da a conocer lo que sería posible con el aporte del 4% al sector educativo. Son dos visiones, una más pesimista, pero en fin dos puntos de vista que compartimos con los lectores de ACENTO.

Tengo mis dudas con el 4%

En nuestro país ahora todo el mundo lucha por el cuatro por ciento por la Educación. Confieso que, a pesar de haberme pasado casi un mes en la Isla recientemente, no pude  informarme lo suficiente sobre el contenido de esa exigencia.

En principio pienso que cada tanque de guerra y cada artillería pesada de nuestro ejército, de eliminarse, podría contribuir a constiruir más escuelas y a dotar a nuestros estudiantes de mayor soporte.

Es decir: ESTOY MÁS QUE DE ACUERDO CONQUE SE LE DE EL CUATRO Y AÚN UN MAYOR PORCIENTO A LA EDUCACIÓN. El problema es el siguiente: si el Ministerio de Educación contara con ese cuatro por ciento, ¿qué harían?

Hasta ahora hay dos puntos más que débiles del Ministerio de Educación: los niños se están envenenando con una leche que no es leche -como lo demostró Nuria- y ahora, resulta que con el "Texto integral" se borra la lecto-escritura, etc., es decir, que ya nuestros niños no leerán -como nosotros alguna vez lo hicimos- en voz alta y tratando de corregir la dicción y explicando luego lo que leyeron. En resumen: no sé por qué al actual estilo de trabajo del Ministerio de Educación hay que subirle el presupuesto. ¿Tal vez para que den mejor leche? ¿Para que construyan más y mejores escuelas? ¿Para que compren los aparatos de videos que necesitarán nuestros esforzados niños para aprender a leer y escribir, como se contempla en el actual libro de texto de la primaria?

Tengo mis dudas.
Un abrazo
Miguel

Educación con calidad para todos

El licenciado Rafael Toribio, educador y comunicador, miembro de la Coalición por una Educación Digna, con motivo de las fiestas de navidad, hace una reflexión sobre qué se haría con esos recursos:

En esta navidad, la reflexión que hago llegar en forma de felicitación, es en esta ocasión un reclamo de "educación, de calidad, para todos"

Tenemos escuelas con dos y tres tandas; demasiadas aulas con sobre población y un estudio reveló  que no se llega a las tres horas de docencia por tanda. Una buena parte de las escuelas  carece de la infraestructura física adecuada; muchas sin agua potable. Una alta proporción de los planteles funcionan en espacios alquilados. Recientemente se anunció que la secundaria nocturna se suspendería por falta de energía eléctrica

En todas las pruebas internacionales somos "los primeros de los últimos". En muchas, los últimos. Los resultados de las Pruebas Nacionales demuestran que nuestros  estudiantes aprenden cada día menos. Sabemos que, salvo excepciones, terminan siendo maestros y maestras quienes no han podido estudiar otra carrera. La mayoría lo hace, no por vocación, sino por necesidad. El desarrollo del currículum, mucho más si se basa en la metodología de texto integrado y convergencia de medios, exige docentes altamente capacitados

Siendo la empresa más importante del país, la educación no cuenta con los mejores gerentes. Tiene más cuadros políticos y maestros promovidos que gerentes adecuados.

Todas estas carencias permanecen a pesar de que el Producto Interno Bruto ha crecido en los últimos años a razón de un 5.3% anual, el mayor de todos los países de América Latina. Lo poco destinado a educación no ha sido para lo sustancial, sino para el sostenimiento del sistema. Resultado: déficit enorme en los factores que dan cuenta de la calidad en la educación

Para mayor cantidad de aulas y de docentes capacitados; para que haya una tanda por plantel, se aumente el trabajo académico, al menos cinco horas diarias y disminuya la cantidad de alumnos por aula. Para que la educación nocturna se mantenga. Para que dejemos de ser los "primeros de los últimos"; podamos reclutar como maestros a mejores profesionales y para la gestión a mejores gerentes, tenemos que aumentar más y gestionar  mejor la inversión en la educación. Lo mínimo es el 4% del PIB establecido por ley.

Además de cumplir con lo que establece la Constitución y una ley que no ha sido derogada, el reclamo de mayor inversión "no es un falso debate". Es la única forma de lograr Una Educación de Calidad, para todos.