Bruselas, 16 jun (EFE).- La interrupción del suministro de gas ruso hacia Ucrania ha devuelto hoy la atención al problema de la dependencia energética que tiene la UE, pese a que Bruselas insiste en que la situación "es mejor que en 2009″, cuando otra crisis ruso-ucraniana del gas llegó a afectar a varios Estados miembros.
Más del 50 % de la energía que consume la Unión Europea (UE) se importa, lo que genera una factura diaria de 1.000 millones de euros, según datos facilitados por fuentes comunitarias.
Un tercio de las importaciones de petróleo de la Unión en 2013 procedieron de Rusia (33%), un 11 % de Noruega y un 8 % de Arabia Saudí, y costaron 300.000 millones de euros, mientras que Rusia también fue el principal abastecedor de gas (39 %), seguido de Noruega (34 %) y Argelia (14 %).
Pese a que la dependencia del petróleo es muy marcada en la UE, es la interrupción del flujo de gas lo que resulta más problemático, debido a la ausencia de verdaderas vías alternativas a los gasoductos existentes para su transporte.
Letonia, Lituania, Estonia, Finlandia, Eslovaquia y Bulgaria dependen al 100 % de las importaciones de gas de Rusia, mientras que la República Checa y Austria también tienen un suministro de gas demasiado concentrado, según el estudio sobre dependencia energética presentado por la Comisión Europea (CE) en mayo.
"La situación ha cambiado desde 2009. Ahora tenemos más interconexiones entre Estados miembros, más opciones de flujo inverso, que permite que el gas circule en dos direcciones (en los gasoductos)", señaló hoy la portavoz de Energía de la CE, Sabine Berger, en la conferencia de prensa diaria del organismo.
El Ejecutivo comunitario dice no tener de momento datos oficiales que confirmen la interrupción y asegura que el flujo de gas hacia la UE sigue siendo normal y no se ha activado el mecanismo de alerta, al tiempo que se muestra confiada en resolver el conflicto en próximos contactos con Rusia y Ucrania.
Desde Santander (España), el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, instó hoy a Rusia y Ucrania a que acepten la solución propuesta por Bruselas para solucionar su conflicto por el abastecimiento y el precio del gas ruso, que Kiev considera excesivo.
Según este planteamiento, que Kiev estaría dispuesta a aceptar, pero Moscú aún no ha valorado, Ucrania pagaría primero 1.000 millones de dólares para saldar parte de su deuda con Rusia por sus exportaciones de gas, y luego realizaría otros seis pagos hasta finales de año.
Rusia cumplió este lunes con sus amenazas de corte del flujo de gas hacia Ucrania porque Kiev no ha accedido a pagar antes de esta fecha los 1.950 millones de dólares que le reclamaba por el gas recibido en noviembre y diciembre de 2013 y parte del de abril y mayo de este año.
Ucrania pedía que se la aplicase un precio de 268,5 dólares por mil metros cúbicos del hidrocarburo, que es lo que Rusia le cobraba hasta diciembre del año pasado, y que Moscú elevó hasta los 485 dólares tras la caída del Gobierno de Víktor Yanukóvich y el acercamiento del país a la UE.
La Unión, por su parte, planea realizar pruebas de resistencia para examinar la situación exacta de los socios más expuestos de cara al invierno y tomar medidas en consecuencia.
Además, el Grupo de Coordinación del Gas -que reúne a expertos de los Veintiocho, la CE y la industria- se reunirá esta semana para evaluar la situación actual.
Bruselas ya alertó en mayo de que si Rusia cortara el suministro de gas hacia la UE en pleno invierno casi todos los socios comunitarios se verían afectados, excepto España, Portugal y el sur de Francia, mientras que si el corte viniese solo de Ucrania, principal país de tránsito de gas ruso hacia territorio comunitario, los efectos serían menos severos.
La CE insiste, en cualquier caso, en que Rusia es la primera interesada en que no haya una interrupción del suministro hacia territorio comunitario porque la UE es su principal cliente.
Moscú, consciente de ello, acaba de cerrar un acuerdo de 400.000 millones de dólares con China para suministrarle 38.000 millones de metros cúbicos de gas al año durante tres décadas a partir de 2018.
Sin embargo, en la actualidad el 52 % de los ingresos públicos de Rusia proceden de la venta de gas y petróleo y de los impuestos vinculados a la exportación, y de ese total el 70 % está directamente relacionado con las exportaciones hacia la UE, según indicaron fuentes comunitarias. EFE