BONAO, República Dominicana.- En un municipio de la provincia Monseñor Nouel, nació Mariana. Llegó al mundo por cesárea, de cinco libras y 11 onzas.

Pero su llegada fue agridulce. Mariana (nombre dado a la niña para proteger su identidad) es el fruto de una violación a su madre, una adolescente de 14 años, presuntamente perpetrada por su padrastro.

Fue por curiosidad que la madre de la adolescente y abuela de la bebé – a quien en este reportaje se le nombrará como Mayra para proteger la identidad de la menor – que se supo del embarazo.

Narra que decidió llevarla al ginecólogo porque "no le bajó la regla". Indica además que notaba que su vientre estaba creciendo.

“No me di cuenta antes porque ella usa pampers – pañales desechables – y los pampers a veces me la pelan, y yo bañándola, ella como que me halaba. Yo pensaba que eran los pampers, y quizá fue que en ese momento él le hizo lo que le hizo”, explica.

Sostiene que esos fueron los únicos signos que pudo identificar como inusuales en el comportamiento de su hija Laura. La menor tampoco mostró indiferencia o rechazo hacia su pareja.

Sin embargo, asegura que nunca le cruzó por la mente que la persona con la que compartió durante los últimos siete años podía ser el responsable de la violación.

Preocupada, Mayra buscó un médico con carácter de urgencia y cuando atendieron a su hija, confirmaron que tenía 10 semanas de embarazo.

"… hasta el sol de hoy"

Detrás de todo lo que implica una violación, el caso de Laura – también nombre ficticio – es aún más grave, debido a que presenta discapacidad cognitiva, según relata su progenitora, por haber convulsionado al nacer.

Aunque su físico muestra el cuerpo de una niña de 14 años, su mente tiene tres.

Cuando se confirmó el embarazo, Mayra no tenía un culpable. Hizo la denuncia en la Unidad de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales de la provincia sin tener idea de quién podía ser el responsable, hasta que su pareja se encargó de levantar sospechas por cuenta propia.

Sonografía de la menor, cuyo nombre se omite. Datos censurados.

Estuvo protegida junto a su hija unos días y cuando volvió, él no estaba. Fue a través de una conversación por chat que le avisó que se iba. "A él le tocaba una entrevista con la fiscal, a la que no se presentó", destaca.

Cuenta que el hombre dejó el trabajo, cambió el celular, abandonó todo y desapareció físicamente "hasta el sol de hoy".

En el tiempo transcurrido, el sospechoso ha establecido contacto telefónico de manera esporádica. En una ocasión, facilitó una dirección y cuando fueron a buscarlo con la magistrada que lleva el caso, no estaba.

De un momento a otro, desde hace pocas semanas mantienen comunicación constante. De acuerdo con ella, la fiscal está al tanto de la conversación que mantiene con él.

Mariana ya cumplió un año de edad y el presunto culpable no se ha enfrentado, siquiera, a una medida de coerción. Hay una orden de arresto en su contra de fecha 11 de enero 2019 que no se ha efectuado.

Mayra indica que el sospechoso tiene la posibilidad de huir al extranjero y, según información a la que Acento tuvo acceso, la Fiscalía no ha dado con él desde que huyó tras conocer la noticia del embarazo.

(Extracto de conversación con Mayra)

— ¿Qué él le decía? ¿Cuál era su razón de huir?

— Decía que tenía miedo de entregarse por lo que le puedan hacer en el cuartel.

— Pues entonces desde ese momento él le hablaba de entregarse. O sea, ¿él se culpaba?

— No, él no se culpó así directamente. Es en estos días que me está diciendo que sí, que fue él, y subiendo fotos de la niña, la bebé.

¿Cómo sucedió?

Se desconoce la respuesta a esta pregunta. Según el médico legista que atendió el caso, la niña fue penetrada con 13 años.

Hasta el momento Mayra sólo imagina, supone e investiga por cuenta propia.

Entre las conversaciones que guarda la mujer con su ex pareja, él le dijo que se masturbó al lado de la niña en una silla de la pequeña sala de su casa.

Una respuesta denegada

Al consultar el caso con Fátima Lorenzo, coordinadora general del Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), opinó que “esto que sucede con la señora es porque ha sentido que no tiene el apoyo ni el seguimiento que necesita para que el caso de su hija sea resuelto, entonces le está fallando la justicia. Eso revictimiza al niño o niña y a la familia, porque dicen que una respuesta a destiempo, es una respuesta denegada.”

“Uno de los elementos fundamentales que hay que entender es que en toda esta problemática hay un tema de relaciones de poder. Vivimos en una sociedad que, a pesar de todo lo que se discute de la violencia contra las mujeres y niños, niñas y adolescentes (NNA), hay una sensibilidad en la sociedad, pero cuando vamos al tema de las leyes hay un quiebre entre cómo se tienen que manejar y coordinar las instituciones para dar un proceso coherente. Por ejemplo, cuando se hace una denuncia de un niño o niña abusada”, señala Lorenzo.

Mayra parece ser la personificación de esa dificultad. A un año y medio de lo sucedido, pide con desesperación que lleven a cabo una investigación efectiva para dar con un culpable antes de que el mayor sospechoso, su ex pareja, huya del país.

Orden de arresto.

La señora denuncia que les lleva a las autoridades toda la información que consigue, pero estos no dan respuesta efectiva. Asegura que es ella quien investiga y “le cae atrás” al caso, que aún no ha llegado a tribunales, ya que, sin encontrar al imputado, no puede abrirse un proceso judicial.

Ruddys Polanco, abogado con experiencia en casos de violación niños, niñas y adolescentes consultado por Acento para conocer su opinión sobre la actuación de las autoridades, no pudo ocultar su sorpresa al conocer el caso y saber que el principal sospechoso no ha sido apresado, algo que califica como "gravísimo".

“¡¿Una niña de 13 años violada por su padrastro y a un año y pico no ha sido apresado?!”, expresa Polanco. "Y no se sabe dónde está? No pero es que este país es muy pequeño", agrega.

A su entender, la Fiscalía tiene que apoderarse de esa situación, especialmente cuando se ha identificado a una persona, tiene su nombre, tiene su número. "¿Y la Fiscalía de Bonao no ha actuado?", continúa preguntándose Polanco sobre el accionar del órgano persecutor.

Este medio estableció contacto con la fiscal que está apoderada del caso en el Distrito Judicial de Monseñor Nouel, quien de acuerdo al reglamento que sigue, refirió que se le solicitara información a la Procuraduría General de la República (PGR).

Pavel Abad de Jesús, representante legal de la familia afectada, cataloga la situación como una negligencia del Ministerio Público, que ha fallado en dar seguimiento.

Foto ©Mery Ann Escolástico/Acento.com.do

"Dejé de ser yo para ser ella"

"El proceso de una barriga es incómodo para una persona que tiene sus cinco sentidos y buenos; imagínese ella que no los tiene", dice Mayra sobre el proceso que tuvo que soportar su hija durante el embarazo.

Cuenta que en los meses previos al parto, los psicólogos y doctores le explicaron lo que iba a comenzar a experimentar en su cuerpo. "Le decían que tenía un chichí, que tenía que cuidarlo".

"Yo me enfoqué en mi muchacha y su barriga. Dejé de ser yo para ser ella", relata Mayra, afirmando que abandonó todo, incluyendo su trabajo, para dedicarse a su hija embarazada a tiempo completo.

En la actualidad no tiene ingresos fijos. Para el sustento económico recibe ayuda de su familia y se auxilia de la Tarjeta de Solidaridad.

Violación a menores de edad en datos

La segunda edición del Directorio Nacional de Atención a Víctimas define violación como todo acto de penetración sexual, de cualquier naturaleza que sea, cometido contra una persona mediante violencia, constreñimiento, amenaza, sorpresa o engaño.

El artículo 396 de la ley 136-03 que crea el Código para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, describe el abuso sexual como la práctica sexual con un NNA por un adulto o persona cinco años mayor, para su propia gratificación sexual, sin consideración del desarrollo sicosexual del NNA y que puede ocurrir aún sin contacto físico.

En el 2019, el Consejo Nacional Para la Niñez y la Adolescencia (CONANI) registró 25 casos concernientes a abuso sexual de menores entre 13 y 18 años de edad en la región Cibao Sur, a la que pertenece Bonao como municipio de la provincia Monseñor Nouel.

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Un artículo publicado en fecha 28 de enero 2020 en el periódico Listín Diario Digital por el periodista Ramón Cruz Benzán, señala que, durante el año 2019, las distintas fiscalías del país registraron dos mil 999 casos de violación sexual a menores de edad, cometidos incluso por padres y padrastros, así como abuso físico y abuso psicológico.

Según datos estadísticos de la Procuraduría General de la República (PGR), se registraron 643 casos de abuso sexual a menores de edad.

Hasta octubre del año 2019, el Ministerio Público recibió 566 denuncias de abuso sexual a menores de edad, habiendo judicializado 146 hasta esa fecha.

Frente a una posible inactividad de la Fiscalía, se aconseja a los responsables de los menores de edad visitar la PGR y consultar la línea de violencia sexual contra menores en el Distrito Nacional (Línea Vida 809-200-1202), que se encarga de atender los casos graves.

En el proceso de un caso como este, si hay una denuncia o una querella formal de violación, la Fiscalía debe solicitar una orden de arresto en contra de la persona imputada, apresarla y conocer una medida de coerción. Si la víctima es menor de edad, se debe llevar a una entrevista ante el Tribunal de NNA en la cámara Gesell, y en función de eso proceder.

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