Sao Paulo (EFE).- "El nacimiento de una niña sana y sin ningún problema a lo largo del embarazo ha mostrado a todo el mundo que el donante fallecido es factible" y "que el órgano (trasplantado) sigue viable para un posterior embarazo", celebró el médico.

Andraus y su colega Dani Ejzenberg trasplantaron en 2016 un útero de una donante fallecida a una paciente de 32 años, quien 15 meses después, en diciembre de 2017, dio a la luz en el Hospital de las Clínicas de la Universidad de Sao Paulo a una niña que está a punto de cumplir un año de vida, como lo informó Salud de Acento oportunamente: https://acento.com.do/2018/salud/8630708-nacio-brasil-primer-bebe-utero-trasplantado-una-donante-fallecida/

"Fueron más de tres años de preparación. Hemos estudiado todo lo que fue publicado y realizado previamente. Entrenamos con investigación y cirugías de experimentación", contó Andraus.

Esos tres años de preparación incluyeron una visita al doctor Mats Brännström, responsable del desarrollo de esa técnica en Suecia, país donde se produjo además el primer parto a partir del trasplante uterino de un donante vivo, en 2013.

Si bien admitió un cierto "temor" de que "pasara algo malo" o que la paciente sufriera "una isquemia mayor", Andraus insistió en que cree que, tras los buenos resultados alcanzados, el procedimiento es un "ejemplo" para todo el mundo de que se trata de una alternativa "viable" que podría aumentar las opciones de concepción para las mujeres con problemas de fertilidad uterina.

"Una nueva modalidad que funcionó sin problemas para la paciente y quien ahora está contentísima", conmemoró el médico al revelar que, para la realización del trasplante, la paciente pasó por una serie de pruebas médicas y psicológicas y varias consultas con un "equipo multidisciplinar".

"Es una paciente muy bien preparada, con familia constituida y con un marido. Ella siempre demostró muchas ganas de hacer el procedimiento y tener a su hijo", expresó el médico en la entrevista.

Ha generado polémicas, sobre todo respecto a la necesidad de tal cirugía

Andraus reconoció que el procedimiento ha generado polémicas, sobre todo respecto a la necesidad de una cirugía de alta complejidad en pacientes que no corren riesgo de muerte.

"Sin dudas la polémica existe, por el hecho de tratarse de un trasplante de un órgano no vital. Es una discusión que existe, pero el trasplante de útero no es el único órgano no vital que es trasplantado", ponderó.

Asimismo, opinó que se trata de "un procedimiento que mejora mucho la calidad de vida de una pareja que quiere tener un hijo biológico" y de "una madre que quiere quedar embarazada".

"Yo creo que ese tipo de trasplante se va a desarrollar por todo el mundo y será una opción más para que las mujeres y las parejas que tienen problemas de fertilidad puedan tener un bebé sano", afirmó Andraus.

"Es una alternativa buena, porque usamos el útero de un donante fallecido que ya era donante de órganos, tiene un costo más bajo y ofrece menos riesgos a las pacientes sanas que se someten a una cirugía", concluyó. EFE