BOA VISTA, Brasil.- El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, llamó “traficante de drogas” al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y simplemente garantizó que Washington “lo va a sacar” del cargo que ocupa.
“No debemos olvidar que está destruyendo su propio país y también es un narcotraficante. Está impactando la vida de Estados Unidos, pero lo vamos a sacar de allí”, sostuvo el representante de Donald Trump para la política exterior del “imperialismo” como Maduro llama a esa nación.
La prensa venezolana destacó de inmediato el asunto y, por ejemplo, el sitio de noticias La Patilla publicó:
Pompeo está a pocos metros de la frontera de Brasil con Venezuela, en la ciudad de Boa Vista, capital del Estado de Roraima, país que visita junto a otros asimismo fronterizos con Venezuela, incluida Colombia con cuyo presidente, Iván Duque, también se reunirá este fin de semana.
En Boa Vista, Pompeo fue recibido por el canciller brasileño, Ernesto Araújo, y ambos no escatimaron en repudiar al Gobierno de Maduro, Incluso Araújo remarcó sin tapujos que “el régimen de Nicolás Maduro debe desaparecer” y Pompeo al unísono repitió que “Venezuela debe volver a la democracia”.
La gira de Pompeo centrada en “el peligro a la seguridad regional” que le atribuye a Venezuela bajo el mando de Maduro se produce en momentos en que se reveló un contundente informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que lo acusa de crímenes de lesa humanidad, a él personalmente y a otros ministros clave, civiles y militares, entre ellos el uso sistemático de torturas, desapariciones y asesinatos, y también delitos tales como forjar pruebas para inculpaciones e imputaciones falsas de opositores, sus familiares y allegados.
El viaje de Pompeo también tiene como telón de fondo la campaña por la reelección de Donald Trump, quien debe conquistar al votante latino residente en Estados Unidos que hace años le demanda poner fin “a la dictadura de Maduro”.
En el encuentro con Araújo, Pompeo reveló que desde que el país sudamericano comenzó a recibir migrantes venezolanos en febrero de 2018, EEUU le transfirió alrededor de 80 millones de dólares, suma que representa una quinta parte del costo de la “Operación Acogida” que recibe a los migrantes venezolanos e intenta insertarlos en las comunidades brasileñas. Estados Unidos busca asegurarse de que esos migrantes no vayan a su territorio.
Al respecto, la directora del programa de derechos humanos Conectas, Camila Asano, afirmó que era una “hipocresía” por parte del Gobierno de Jair Bolsonaro hablar de logros de su programa porque Brasil prohíbe el ingreso a personas que huyen de la crisis humanitaria en Venezuela, pero permite el ingreso de turistas e inversionistas por vía aérea en plena pandemia.