WASHINGTON, EEUU.- El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, deseó este viernes unas elecciones libres y justas en Bolivia, Ecuador y Perú, países andinos que este domingo celebran comicios.
"En nombre del pueblo de Estados Unidos, deseo a los ciudadanos de Bolivia, Ecuador y Perú unas elecciones exitosas el 11 de abril, que sean justas, libres, accesibles y pacíficas", dijo en un comunicado.
Agregó que el respeto a los resultados, las libertades fundamentales y la rendición de cuentas deben ir de la mano de una votación "justa y libre".
Opinó que la democracia florece cuando los ciudadanos y los Gobiernos promueven activamente la igualdad ante la ley y los derechos humanos para todos.
"La historia, aquí en las Américas y más allá, ha demostrado que las sociedades que siguen un camino no democrático tienen dificultades para recuperar el terreno perdido", recordó.
A su juicio, para evitar que esto pase, hay que permanecer alerta para fortalecer las instituciones democráticas que apoyan el cumplimiento de la ley, una prensa libre, el buen gobierno y que crean sistemas que resuelven los problemas para avanzar hacia el futuro.
Blinken hizo mención a la firma hace veinte años en Lima de la Carta Democrática Interamericana que dice que "la democracia es una forma de vida basada en la libertad y la mejora de las condiciones económicas, sociales y culturales por los pueblos de las Américas".
Y señaló su esperanza de que esa vía democrática se preserve el próximo domingo y en ocasiones futuras.
En los comicios en Ecuador, se elegirá al presidente y vicepresidente de la República; mientras que Perú acoge elecciones generales; y Bolivia vivirá la segunda vuelta de los comicios para elegir a los gobernadores de cuatro departamentos.
Ecuador con ideologías polarizadas y votantes desencantados
Dos ideologías enfrentadas desde hace años lucharán el domingo por las riendas de Ecuador con propuestas diametralmente opuestas en casi en todos los campos, que encuentran a un votante desencantado y navegando entre las crisis sanitaria y económica, y la dicotomía: correísmo-anticorreísmo.
En el balotaje se medirán Andrés Arauz, de Unión por la Esperanza, apoyado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017), y el centroderechista Guillermo Lasso, del movimiento Creando Oportunidades, que se postula por tercera vez a la Presidencia.
POLARIZACIÓN Y SIMILITUDES
Se trata de una confrontación de modelos, entre una economía centralizada y una social de mercado; entre una postura que defiende la progresividad de derechos, sobre todo en materia laboral, y otra de revisión y flexibilización de las modalidades de trabajo, explicó a Efe el politólogo César Ulloa.
Asimismo, entre el regreso al modelo originario de Correa y la propuesta de Lasso de fuertes reformas a la Constitución; estatista el uno, liberal el otro.
Si bien en la orilla de las similitudes, los dos candidatos son sumamente conservadores y no han mencionado siquiera en sus campañas cuestiones como la despenalización del aborto, consumo de cannabis o la eutanasia.
Por ello, Ulloa reduce la síntesis política actual a "correísmo, sí; correísmo, no", ya que "en la estructura del correísmo están los mismos protagonistas de los (últimos) 14 años", recuerda al incluir al actual presidente, Lenín Moreno, quien llegó al poder con el apoyo de Correa aunque poco después se distanciara de él.
MÁS ALLÁ DE LA IDEOLOGÍA
Lejos del enfrentamiento ideológico, está la cruda realidad en el terreno que afronta la ciudadanía, particularmente desde el estallido de la pandemia en febrero de 2020.
"Los ecuatorianos quieren respuestas concretas a lo que han pasado en los últimos años. Lo que buscan es en quién confiar, quién va a dirigir un plan de vacunación, quién les va a dar empleo, y esto va más allá de si es o no correísta", explicó a Efe la consultora política Wendy Reyes, que ve una complejidad mucho más allá de las ideologías.
Docente en varias universidades, sostiene que esos planteamientos ya se evidenciaron en la primera vuelta, cuando el 47,53 % de los votos se repartieron entre 14 de los 16 candidatos en liza.
La mayor parte se concentraron en torno a Yaku Pérez (19,39 %) y Xavier Hervás (15,68 %), ambos de la izquierda pero también anticorreístas.
Por ello, Reyes insiste en que el votante quiere "algo distinto, que vaya más allá del correísmo y anticorreísmo".
VOTANTE DESENCANTADO
Con una campaña política marcada por las restricciones de la covid-19, los candidatos se han enganchado a las redes sociales para tratar de conquistar al votante menos ideológico, cuyo desencanto se ha profundizado por la crisis actual.
"El ánimo del ecuatoriano es de hartazgo, de decepción", y por eso, en medio de tanta incertidumbre, busca una candidatura que le dé soluciones a sus problemas, que le demuestre liderazgo, confianza, insiste Reyes al asegurar que el voto no será "ideológico", sino "emocional y coyuntural".
Y cree que ni Arauz ni Lasso han podido captar aún a los indecisos; ni conectar con el hartazgo que la política genera en la población; ni con ese padre de la zona rural cuyo hijo está sin educación en tiempos de pandemia porque sólo "una de cada diez familias tiene un computador" en el área, dijo la experta.
VOTO NULO, VOTO VERGONZANTE
Un hartazgo que podría traducirse en "voto nulo" el próximo domingo si cunde el llamamiento del movimiento indígena que respaldaba a Pérez -frustrado por sus desoídas denuncias de fraude-, y que ha sido replicado desde algunos círculos ciudadanos.
En la primera vuelta del 7 de febrero, el voto nulo llegó al 9,55 % del escrutinio y Ulloa calcula que el domingo podría haber un "histórico" en torno al 13 ó 15 %, pese a que en Ecuador "un altísimo porcentaje decide el día que concurre a las urnas".
Y mientras Reyes calcula que un 25 % aún no ha decidido su voto, él presume que los indecisos "ya han tomado partido", pero no revelan su intención por el llamado "voto vergonzante".
Vergonzante porque durante tres campañas consecutivas, Lasso ha calificado al voto correísta "como el voto pro Venezuela, socialista, corrupto", por lo que "a nadie le gusta" revelar sus preferencias por una corriente "asociada en la opinión pública con la corrupción", explicó.
Paralelamente, añadió Ulloa, "a mucha gente tampoco le gusta decir que va a votar por Lasso por la etiqueta que se le ha puesto de banquero, de elite, de privilegios" en un Ecuador donde casi el 50 % de la población vive en condición de pobreza y extrema pobreza.
Ideologías aparte, cualquiera que gane las elecciones tendrá serias dificultades frente a una Asamblea Nacional completamente divida, una crisis económica histórica y la pandemia.
Gane quien gane, cree Reyes, es urgente que los políticos se pongan la "camiseta de Ecuador", pues si el próximo presidente "no logra posicionarse bien el primer año, es posible que ni alcance a terminar los cuatro" de mandato.
Perú inicia este viernes su período de reflexión electoral de cara a las elecciones generales previstas para el próximo domingo, un período marcado por la absoluta incertidumbre sobre el resultado y por tener a todo el país enfrascado en un arcaico y compulsivo juego de las "charadas" electorales: la difusión camuflada de encuestas, prohibidas por ley pero que corren como la pólvora entre una población ansiosa.
Con siete candidatos apretados en un puño por entrar entre los dos primeros y optar así a la segunda vuelta, la angustia es patente en el país y en sus redes sociales, más aún desde que las últimas encuestas difundidas legalmente señalaran que el candidato de ultraizquierda Pedro Castillo había irrumpido en el grupo de candidatos con muy serias opciones, reventando las expectativas y haciendo del voto por cálculo político una necesidad para muchos.
En ese contexto es en el que aparecen, desde que el pasado domingo entrara en vigor la prohibición para difundir encuestas, estudios y sondeos de cualquier naturaleza relativos a las elecciones, los subterfugios para publicar "fotos del momento", en un juego de adivinanzas y jeroglíficos burdos, casi siempre evidentes y que desde luego dejan en evidencia la existencia de una norma arcaica y perjudicial.
Y es que la necesidad de "ocultar" estos resultados permite la difusión sin control alguno de productos falsos, manipulados o abiertamente inventados, orientados a influir en la elección y no a informar sobre la misma.
NARANJAS, BERENJENAS Y PESCADOS
Así, los peruanos se encuentran con mensajes de Twitter o cadenas de WhatsApp que sustituyen a los partidos por un menú de opciones más o menos relacionadas con las formaciones políticas o los candidatos en liza.
Y como es un "menú", lo más común es que sean alimentos los que identifican a los candidatos.
Como una naranja, que se refiere directamente al color partidario del movimiento fujimorista Fuerza Popular y su candidata Keiko Fujimori, quien a veces, por su ascendencia japonesa, también es reconocida como "Chaufa", el arroz típico de los restaurantes orientales peruanos.
El Partido Morado, de una forma que requiere relativamente mayor imaginación, aparece frecuentemente en forma de berenjena, por su color, mientras que el Frente Popular Agrícola FIA del Perú (Frepap) es representado por un pescado, el mismo que aparece en su logo partidario.
El ultraderechista Rafael López Aliaga, celebrado como el "tio Porky" por su aspecto rechoncho y sonrosado, es claramente un "chancho" en estas encuestas. Para añadir detalles, por si aparece alguna duda, hay quien se refiere al candidato, miembro del Opus Dei, como "chancho al cilicio", un juego entre el instrumento de mortificación personal que confesó usar con cierta frecuencia y el popular plato callejero de "chancho al cilindro".
En ese sentido, en Perú es ilegal decir, por ejemplo, que Keiko Fujimori domina en las últimas encuestas con aproximadamente un 12 % de intención de voto, pero no decir que "un 12 % de los peruanos prefiere comer naranja".
Esto da lugar a expresiones como "Una cosecha de naranjas (Fujimori) en tren (Hernando de Soto, neoliberal cuyo símbolo partidario es un tren) ponen al chancho (López Aliaga) a la parrilla", que significan que los dos primeros partidos superan en intención de voto al último.
Otras opciones son más ambiguas: cuy con mote, comida provinciana y andina por excelencia, se aplica tanto a Pedro Castillo como a Yonhy Lescano, ambos procedentes de la zona serrana, lo que contribuye a la confusión para el neófito.
UN MAL AMBIENTE
Más allá de simpáticas muestras de ingenio y capacidad para la mofa que generan estos subterfugios, lo cierto es que la prohibición de difundir encuestas y sondeos en el tramo final de la campaña electoral lo que hace es generar "un mal ambiente", según indicó a Efe Adriana Urrutia, presidenta de la Asociación Civil Transparencia.
"La prohibición de encuestas es sin duda perjudicial e incluso la Comisión de Alto Nivel para la reforma política solicitó modificar esa prohibición. Desde Transparencia nos sumamos señalando que no es una prohibición sume nada, particularmente en los últimos días de la campaña electoral. Lo que hace es generar un entorno, un ambiente que refuerza una idea de que no se puede hablar de la situación electoral o política. Necesitamos develar ese secretismo para que los ciudadanos puedan dar su voto en función de más variables", razonó.
Lo cierto es que hay varias propuestas de ley en marcha para modificar la norma, considerada por algunos legisladores no solo "absurda e inviable", sino que además resulta una prohibición imposible de hacer cumplir.
Sin embargo, si finalmente logra cambiarse, llegará tarde para una votación como la del domingo, en la que existe una disparidad de candidatos y propuestas sin precedentes. EFE