Arrestos, muertes extrajudiciales y denuncias de torturas, fueron algunos de los actos recogidos y publicados en un informe sobre derechos humanos que realizó el Departamento de Estado de los Estados Unidos, dado a conocer el pasado miércoles 13.
El documento, colgado en el portal de la entidad y que recoge datos sobre derechos humanos en 2015, señala que si bien el gobierno ni sus agencias han cometido asesinatos con fines políticos, hubo reportes se fuerzas de seguridad involucradas en muertes extrajudiciales, injustificadas o fue utilizada fuerza excesiva.
Resalta que, según un informe de la Policía Nacional, 128 personas murieron al confrontar a la entidad hasta septiembre. Para octubre, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), reportó que las muertes en enfrentamientos se habían elevado a 160 y que el uso excesivo era evidente en más del 70 por ciento de los casos.
También reporta el asalto y homicidio de Franchesca Lugo Miranda, perpetuado por agentes de la policía, cuando se encontraba junto a su novio Melvin Darío Tapia Díaz, y el hermano de su pareja, Greysel Darío Tapia Díaz.
En lo que se refiere a arrestos, crueldad o actos de degradación, el informe recoge reportes hechos por la Procuraduría General, en los que la Policía estuvo envuelta en incidentes que resultaron en mutilaciones o heridas graves a civiles desarmados. Mientras que Amnistía Internacional, reportó el uso de electrochóques durante el interrogatorio a sospechosos.
Dichos actos de abuso físico o tortura están penados por la ley, con sentencias de 10 a 15 años.
Detalla que en algunos casos, la fiscalía presenta cargos contra la policía y agentes militares que supuestamente comenten estos actos. También se han conocido en las cortes homicidios y otros crímenes cometidos por miembros de los organismos de seguridad. Otros se han manejado de manera interna en dichos organismos, sin embargo Derechos Humanos reportó que en muchos casos, los abusos no son castigados.
La CNDH reportó que la Policía empleó varias formas de tortura física y mental para obtener confesiones de sospechosos bajo custodia, tales como asfixia con bolsas plásticas, golpes con palos de escoba o con objetos que no dejen marcas, o forzar a los detenidos a mantenerse de pie toda la noche.
El Departamento de Estado explica en el informe que la falta de monitoreo y entrenamiento a los miembros de los organismos de seguridad dificulta los esfuerzos de los altos mandos policiales, los cuales han tomado la prohibición del abuso físico y trato inhumano como algo serio.
Condición de los centros penitenciarios
En lo que se refiere a los centros penitenciarios, el documento indica que las condiciones van desde lo razonable hasta muy severas, con situaciones que ponen en riesgo la vida de los internos, como enfermedades contagiosas, además de una baja salubridad y acceso a servicios de salud, falta de personal de prisión bien capacitado y actos de violencia entre internos.
"Estos problemas se exacerbaron con la sobrepoblación en las prisiones tradicionales y la falta de capacidad para segregar decenas de miles de detenidos en prisión preventiva e internos con enfermedades contagiosas de la población general en las prisiones".
Resalta que de acuerdo con la Dirección de Prisiones, personal militar y de policía trabaja en prisiones tradicionales, mientras que un cuerpo de guardias civiles entrenados proporcionan seguridad en las 20 nuevas cárceles "modelo", conocidos como centros de corrección y rehabilitación (CRC) , “que en general cumplen las normas internacionales”.
La sobrepoblación en las prisiones fue uno de los aspectos destacados por el Departamento de Estado.
Hasta septiembre, la cantidad de prisioneros en los 39 centros alcanzaba los 24,806, cuando la capacidad es de 14,109.
La Victoria es uno de las prisiones tomadas como ejemplo en el informe, la cual posee una población de 8,039 en un espacio diseñado para menos de dos mil personas.
Sobre los malos tratos, abusos a internos y violencia en los recintos, destacó que de enero a septiembre, 63 personas murieron dentro de las cárceles, sin embargo, ninguna muerte fue atribuida al abuso de los guardias de la prisión.
Sin embargo, los informes de malos tratos y la violencia en las prisiones fueron comunes, al igual que los informes de acoso, extorsión y requisas inapropiadas a los visitantes de la prisión. “Algunas prisiones permanecieron fuera del control de las autoridades”, según el informe, y hubo acusaciones de drogas y tráfico de armas, prostitución y abuso sexual en las prisiones.
“Los guardias de prisiones tradicionales controlaban a menudo sólo el perímetro externo, mientras que los internos gobernaban el interior con sus propias reglas y el sistema de justicia”.
Condiciones sanitarias en las prisiones
En lo que respecta a las atenciones de salud, subraya que si bien las prisiones poseen enfermería, la mayoría no pueden suplir las necesidades de los reclusos. “En las cárceles tradicionales, los prisioneros deben comprar sus medicamentos”.
Las enfermedades contagiosas, como la tuberculosis y el VIH fueron un problema serio, según el informe, el cual reseña que en noviembre, tuvieron que ser removidos de la cárcel de Higüey 80 internos bajo sospecha de estar infectados con tuberculosis, luego de que tres personas fallecieran por esta causa. En octubre, 168 presos fueron diagnosticados con tuberculosis y 216 con VIH (el dos por ciento de la población carcelaria).
Según la Dirección de Prisiones, destaca el documento del Departamento de Estado, a los prisioneros VIH positivo se les suministra tratamiento, empero, la CNDH aseguró que “ninguna de las prisiones tradicionales estaba equipada adecuadamente para suministrar dicho tratamiento”.
Los internos con enfermedades terminales o casos severos de VIH/sida, fueron transferidos a hospitales temporalmente y muchas veces son favorecidos con solicitudes de cambio de su sentencia a arresto domiciliario.
Otras enfermedades comunes como gripe, bronquitis, gastroenteritis, infecciones pulmonares y de la piel, así como infecciones parasitarias, hepatitis y diabetes fueron halladas en los internos.
Indica que de manera común, los prisioneros dormían en el suelo debido a la falta de camas. En Najayo Hombres, por ejemplo, hasta 65 internos compartían una sola ducha e inodoro.
La alimentación en las cárceles también aparece como un problema en el informe, ya que si bien, el informe destaca que el director general de prisiones aseguró que los reclusos reciben tres comidas al día, en las prisiones tradicionales, los reclusos están obligados a comprar comida en las inmediaciones de los centros, las cuales son obtenidas a través de miembros de familia o deben mendigar para sobrevivir.
La CNDH informó que en algunas prisiones tradicionales había comida y agua potable insuficiente para satisfacer las necesidades de los reclusos.
El registro en las prisiones tradicionales fue inadecuado, debido, principalmente, a la escases de recursos.
Reporta, sin embargo, que el Gobierno dominicano ha hecho avances con la implementación de Centros Correccionales más nuevos, donde los prisioneros han experimentado mejoras en sus condiciones en comparación a otras instalaciones.
El informe recoge la apertura en febrero del Centro Integral de niños en los conflictos en la ciudad de Los Alcarrizos, en agosto el nuevo CRC para 700 reclusos en la ciudad de San Cristóbal, con camas individuales y espacio para seguir estudios y las artes. También el centro para los internos de edades comprendidas entre 60 y 65, abierto en septiembre.