SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Las primeras medidas anunciadas por el presidente Luis Abinader para hacerle frente a la pandemia de COVID-19 y garantizar cobertura de servicios de salud a toda la ciudadanía, en la practica son hazañas que requerirán de un esfuerzo económico extraordinario, si no casi imposible, para materializarlas en el tiempo prometido.

Abinader prometió aumentar “el presupuesto de salud hasta llegar a más de RD$66,000 millones en los primeros cuatro meses de Gobierno”, lo que equivale al 70% de los RD$94,896 millones presupuestados al Ministerio de Salud para todo el año 2020.

Esos RD$66,000 millones en cuatro meses, equivalen a 16,500 millones de pesos mensuales, más del doble de los RD$7,908 millones mensuales que se invierten actualmente. “En el lenguaje presupuestario, no habría capacidad para gastarlo adecuadamente en el tiempo planteado”, advierte el economista Nelson Suarez.

Abinader explicó que parte de ese dinero saldrá de “eliminar los organismos e instituciones innecesarias o con duplicidad de funciones”. Hasta este momento, la desaparición de OISOE, CEA y FOMPER anunciadas ya, tienen juntas un presupuesto de 13,974 millones de pesos, apenas el 21% de los millones 66,000 más que ha prometido la nueva gestión.

Con 120 días para identificar ese monto, el economista Suarez insiste que esas reestructuraciones, “no son tan automáticas y no producirán resultados en tan corto plazo. Lo que si es claro, es que el Gobierno tiene un gran déficit fiscal al mes de julio, de mas de RD$164,000 millones”.

Otra promesa de Abinader fue incluir para diciembre “más de dos millones de ciudadanos al seguro familiar de salud" para diciembre de este año. En términos concretos, la promesa del nuevo presidente implicará acelerar el ritmo hasta lograr en cuatro meses lo que al país le tomó seis años. Esto así, porque las estadísticas de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL) apuntan a que en mayo del 2014 habían 5,7 millones de personas afiliadas al seguro familiar de salud, entre contributivo y subsidiado, y fue en el 2020 cuando la cifra de asegurados aumentó dos millones más, para alcanzar en mayo de este año los 7,776,071 afiliados, en ambos regímenes.

Desde el Servicio Nacional de Salud (Senasa), una fuente asegura que “si hay voluntad política, es viable” la promesa. Y es que como respuesta a la pandemia, Senasa registró los más de 2 millones de ciudadanos que no pertenecen ni al régimen contributivo ni subsidiado, con miras a garantizarles las pruebas del virus gratuitas. Con este registro ya hecho, para otorgarle un seguro a los trabajadores informales, faltaría agotar un proceso de habilitación y financiamiento.

Abinader también busca duplicar “en los próximos meses” la capacidad de camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). “Eso es viable totalmente. Además, recuerda que siempre se ha hablado de una alianza publico-privada, lo que indica que las clínicas brindaran parte de esas camas”, asegura el médico intensivista José Miguel Stefan, director de Medicina Crítica de Cedimat.

El Gobierno saliente cerró con 283 camas de UCI en el sector público, lo que equivaldría a habilitar otras 283 camas para llevar la cifra a 566. Stefan calcula que el costo de una cama UCI, puede andar los US$30,000 o RD$35,000 dólares, es decir, habilitar el doble de camas UCI en la red pública de salud costaría alrededor de RD$497 millones de pesos.

Las promesas de salud incluyen 12 hospitales temporales, un plan de detección, aislamiento y rastreo del virus, el acceso a la vacuna a toda la población, más camas, más de 1,000 médicos y enfermeras capacitados.

A todo esto, el economista Suarez recuerda otras medidas anunciadas: mantener los programas de asistencia hasta diciembre; los RD$5,000 millones para financiamiento a la agricultura, las tablet a los estudiantes, la intervención de 30,000 viviendas, entre otras promesas que requerirán otros miles de millones de pesos, en poco tiempo.