SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El Dr. Eduardo Ogando, epidemiólogo profesor de Springfield College (EEUU) enumeró los que a su juicio son los errores y las conspiraciones que se pueden detectar en el manejo de la pandemia del coronavirus.
Consideró que con los avances actuales en materia de en las ciencias, las tecnologías y la información no se justifica que el virus haya ocasionado tanto daño a la salud y a la economía.
Atribuye el impacto negativo de la pandemia a los desaciertos, las improvisaciones, los errores y hasta a las posibles conspiraciones de líderes mundiales, organizaciones sanitarias, gobiernos e intereses económicos y políticos.
A continuación la reflexión del Dr. Eduardo Ogando:
Errores y conspiraciones en el manejo de la pandemia
Una mirada a la gestión de la pandemia Covid-19, evidencia que nunca en la historia de las epidemias habíamos visto tantos desaciertos. La realidad de la pandemia está opacada por intereses económicos, oscurantismo, limitaciones técnicas y conspiraciones; que van desde el origen del virus y las alertas oficiales, pasando por las medidas de control, los protocolos, las vacunas, veracidad de los datos que se publican, hasta la incertidumbre en los esquemas de tratamiento y las necropsias; a ciencia incierta estamos envueltos en una gran nebulosa.
No niego que el virus es altamente contagioso y virulento, pero comparado con el desarrollo científico-técnico de hoy, más la globalización de la información, no hay razón que justifique los daños a la salud y a la economía, a no ser los desaciertos, improvisaciones, errores, y quizá conspiraciones de líderes mundiales, organizaciones sanitarias, gobiernos, e intereses económicos y políticos, que lanzan sus redes a un océano revuelto llamado pandemia.
Antes de enumerar algunos de los más visibles desaciertos, errores o conspiraciones, me permito aclarar que sólo existen dos mecanismos para contagiarse con el virus Sars-CoV-2:
- El virus entra al cuerpo por la boca, por la nariz, o por los ojos, usando el aire como medio de transporte, desde un enfermo hacia un sano.
- Una persona sana también puede contagiarse, al tocarse la boca, la nariz, o los ojos con sus manos contaminadas.
Usando la imaginación, si yo fuese un profesor de escuela primaria, le explicaría ese mecanismo de contagio a mis estudiantes de escuela primaria, abastecería mi escuela con mascarillas y guantes, enseñaría a mis estudiantes a usarlos adecuadamente, y quedaría controlada la pandemia; ese es el plano teórico, que es el fundamento de la praxis.
Veamos algunos desaciertos intencionales o no, en la gestión de la pandemia Covid-19:
- China declaró tarde la epidemia.
- China, no aceptó la ayuda ofrecida por la OMS y CDC para control de la epidemia.
- Todavía China no acepta una investigación externa sobre el origen del virus sin la participación de sus propios técnicos, junto a los técnicos internacionales.
- La OMS, declaró tardíamente la pandemia.
- La misma OMS, recomendó tardíamente el cierre de las fronteras.
- Esa misma OMS, protocolizó sólo tres acciones para controlar el contagio: a) evitar el contacto con enfermos, b) lavarse las manos con agua y jabón, o usar gel anti bacterial, y c) estornudar en pañuelo desechable o en el pliegue del codo. Demasiado simple.
- Esa misma OMS, declaró no necesario el uso de mascarillas; y a la fecha de hoy, todavía no las promueve, sabiendo que la mascarilla es la mejor barrera física para evitar el contagio de enfermedades trasmitidas por aire, desde La Gripe Española, de 1918.
- La representante de OPS/OMS, en la R.D, todavía sostiene que los guantes no son necesarios. Al parecer ignora que los guantes son la única barrera efectiva para evitar el contagio Mano-Rostro, es decir, evitar el contagio mecánico, con nuestras propias manos, después de haber tocado superficies contaminadas.
- Los tomadores de decisiones, que antes fueron técnicos, se han burocratizado y parecen comulgar con los intereses políticos y económicos
- Ayer el director de Enfermedades Trasmisibles de OPS/OMS, hizo pronóstico sombrío para Brasil, al tiempo que coreó a Bill Gates, recomendando el incremento pruebas rápidas; nunca recomendó las mascarillas, cientos de veces más efectivas y baratas.
- El control de la pandemia en los países está en manos de políticos, autoridades médicas subalternas, y de especialistas clínicos, que no entienden mucho de epidemiología; ellos priorizan el tratamiento de los enfermos y no el control del contagio, que es un millón de veces más económico y efectivo, y favorece a la gente, no a la industria.
- Mundialmente hay buenos epidemiólogos, pero no toman decisiones, sólo cumplen tareas venidas de la centralización normativa; olvidando la descentralización operativa en los niveles locales, que favorecen la salud de la población y no al gran capital.
- Hay buenos investigadores, pero un proyecto de investigación toma el sueño eterno, porque las autoridades ni lo entienden, ni lo priorizan o quizá no les conviene.
- La medicina privada, medios diagnostico e industria farmacéutica, se frotan las manos.
- Hay razones para especular que se alimenta la pandemia, a la espera del negocio de las vacunas, el sueño de los magnates de las multinacionales del negocio de la enfermedad.
Esta pandemia no se controla con tratamientos; el tratamiento es para los enfermos, con él se disminuyen los días de invalidez y el índice de letalidad; el control de la pandemia sólo es posible con inmunización, pero todavía no hay; entonces enfoquemos en las barreras de contagio, que a continuación vamos a enumerar asignando un porcentaje arbitrario:
- Uso de mascarillas correctamente ajustadas: 60%, R.D. tiene medalla al mérito (*)
- Educación para la prevención del contagio: 15%
- Uso de guantes, especialmente en lugares públicos: 5%
- Vigilancia epidemiológica con búsqueda activa de casos: 10%
- Higiene (personal, medio ambiente, y agua potable): 5%
- Desinfección de lugares públicos: 1%
- Cuarentena de 12 horas: 1%
- Túneles de desinfección: 1%
- Distanciamiento social de dos metros: 1%
- Pruebas de anticuerpos: 1%
Priorizando el enfoque preventivo sobre el curativo, con las tres primeras medidas de control expuestas más arriba, cualquier país, puede controlar la pandemia, y volver la normalidad, realizando toda actividad posible con mascarillas y guantes, que en términos teóricos hacen el 80% del trabajo. (*) Obligatoria.