BARCELONA, España.- Varias manifestaciones celebradas en diversas ciudades catalanas (noreste) en protesta por el arresto del rapero español Pablo Hasel, en las que participaron miles de personas, acabaron en diversos disturbios que se saldaron con 15 detenciones y 33 heridos, 17 de ellos agentes de la policía catalana.
Sobre el rapero pesan varias condenas: la primera, de 2014, a dos años de cárcel por enaltecer en sus canciones el terrorismo de ETA, los Grapo, Terra Lliure o Al Qaeda, y que la Audiencia Nacional dejó en suspenso, y la segunda, de nueve meses de prisión por el mismo delito y otro de injurias a la monarquía y a las fuerzas de seguridad.
Además, en 2017 fue condenado por un delito de resistencia o desobediencia a la autoridad, y en 2018 por allanamiento de local, sentencias que todavía no son firmes.
Según informaron los Mossos d’Esquadra (fuerza policial de Cataluña), en los incidentes ocho personas fueron detenidas en Lleida, tres en Barcelona, y cuatro en Vic, las localidades catalanas donde, junto con Girona, se produjeron los incidentes más graves durante las manifestaciones que se han celebrado en numerosas poblaciones de Cataluña.
En los incidentes resultaron heridos 17 agentes de la policía catalana, cuatro de ellos en Barcelona, dos en Lleida y once en Vic.
Asimismo, los servicios médicos de emergencias atendieron a cinco manifestantes en Barcelona, otras cinco en Lleida y también en Vic, y una en Girona, algunas de las cuales han sido trasladadas a centros hospitalarios, todas ellas con heridas leves.
Los incidentes, en los que se produjeron enfrentamientos y cargas policiales, así como la quema de contenedores y otro material urbano, se registraron la noche del martes horas después del arresto del rapero español tras encerrarse en la Universidad de Lérida (noreste) para evitar su encarcelamiento.
“¡Resistencia!”, “Pablo, compañero, estamos a tu lado” y “¡Libertad Pablo Hasel!”, fueron los lemas más utilizados durante las manifestaciones convocadas para protestar por la detención del rapero por enaltecimiento del terrorismo.
En Lleida, en cuya universidad fue detenido el rapero la mañana del martes, unas 2.000 personas, según la organización, y 1.400, según la Guardia Urbana, iniciaron la protesta en la plaza de la Catedral, donde leyeron un manifiesto.
La comitiva se dirigió hasta la sede del Partido Socialista de Cataluña (PSC) en Lleida, donde se lanzaron huevos y otros objetos contra la fachada, y posteriormente, a la altura de la plaza Sant Joan, donde arrojaron pintura contra la fachada de la sede del Partido Popular (PP).
Varios centenares de personas caminaron entonces hasta la Subdelegación del Gobierno en Lleida, donde se vivieron los momentos de más tensión al tirar contenedores al suelo, incendiar algunos de ellos y tirar petardos contra algunas furgonetas de los Mossos, uno de cuyos agentes sufrió lesiones.
En Girona, 5.000 personas, según Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana, se reunieron en la plaza 1 de Octubre y después recorrieron diversas calles hasta la delegación de la Generalitat y, poco después, ante los juzgados.
En ese punto, al que se había llegado sin incidente alguno, se produjeron los primeros lanzamientos de objetos y pirotecnia contra los agentes.
Al final, un grupo de manifestantes llegó a la Subdelegación del Gobierno, donde se desataron los disturbios con lanzamientos contra los agentes y con la colocación de una barricada con contenedores.
La protesta en Barcelona congregó a unas 1.700 personas, según la Guardia Urbana.
Los incidentes en la capital catalana se produjeron cuando los participantes se dirigieron a la altura de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, donde los Mossos d’Esquadra cargaron con balas de goma contra algunos manifestantes que lanzaban petardos, piedras y botellas hacia el cordón de agentes y que montaron barricadas con contenedores y otros elementos del mobiliario urbano a los que prendieron fuego.
También atacaron la sucursal de una entidad bancaria y quemaron varias motos estacionadas en la zona de Via Augusta con Travessera de Gràcia. EFE